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¿Realmente estaba bien recompensar a la morena después de la estupidez que había hecho dos noches anteriores?
Bueno, eso ya no le importaba a la peliverde, acababa de confirmar que lo que sentía por Luz era amor, amor del real. Podría perdonarle cualquier borrachera con tal de volver a besarla otra vez.
¡Por Azura! Sus labios eran tan suaves y lindos como lo había imaginado.

Hoy iba a declararse a la latina ahora que sabía que ella también la veía de un modo romántico. ¿Porqué esperar?
Solo tenía que comprar unas cosas más en el mercado, ir a la casa de la morena, llevarla al mismo kiosko donde tuvieron su primera cita y declararse ahí, y por último, pero no menos importante, pedir permiso a Eda y Lilith. No quería problemas con sus celosas y futuras suegras.
Aunque seguía pensando sobre el "día libre" que le habían dado en el aquelarre. Ella ya había faltado un día por supuestamente "cuidar a su hermana", era justo que trabajara un día más, pero en cambio le habían regalado otro día. Pero lo más raro de todo eso era el tono con el que Kikimora le había dado el mensaje, en su voz se distinguía ¿Sarcasmo? ¿Sorna?
En fin, no se desgastaría pensando en su fastidioso trabajo. Tenía mucho que hacer hoy, ese día tenía que ser especial.

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Luz despertó con un fuerte dolor de cabeza, y el cuerpo totalmente agotado.
Quería seguir durmiendo, pero la fuerte ola de recuerdos le vino a la mente.

Traición, Júpiter, rapto, Belos.

Mierda, era cierto. Su supuesta amiga la había traicionado, había ganado tontamente su confianza solo para entregarla. Se sentía tan estúpida.
Toda la sensibilidad que se había aguantado hasta el momento finalmente estalló, lloró por ser tan tonta, por confiar ciegamente en las personas. ¡Todos se lo habían advertido! Era verdad cuando los demás le decían que solía ser muy ciega. Ciega y estúpida

-Eda...

Lloró por la persona que le dió la bienvenida a ese mágico y extraño mundo y a la cual quería como una madre.

-King...

Lloró por su pequeño y adorable compañero de bromas.

-Lilith...

Lloró por esa noble mujer la cual a pesar de haberlas traicionado, se había arrepentido y había cambiado. La había cuidado como una madre.

-Willow, Gus...

Lloró por sus primeros y mejores amigos.

-Amity...

Lloró con más fuerza por su primer amor. La chica que robaba su mente gran parte de su tiempo.

Y lloró por la persona por la que lloraba cada noche sin falta.

-M-mamá...

Su pequeño sollozo se convirtió en cataratas al recordar a Camila, lo único que le importaba en el mundo humano. Ella era la persona por la que lloraba en silencio todas las noches, la extrañaba mucho. Sentía tanta culpa por haberla abandonado sin intención, Camila la tenía a ella y ella tenía a Camila, pero las cosas habían cambiado y le preocupaba el estado de su madre ahora que estaba sola. ¿Estaría devastada? La simple idea le rompía el corazón.
Quería seguir llorando por todas las personas maravillosas que había conocido en su vida, pero llorar no la iba a sacar de ahí. Esta vez no estaría nadie para salvarla, por una vez tendría que ser su propio caballero.
Secó sus lágrimas y bajó decidida de la cómoda y fina cama. Espera, ¿Cómoda? ¿Fina? ¿Cama?
Dió un vistazo a la gigante y fina habitación en la que estaba, esperando despertar en no sé, un calabozo quizá.

My Little owl lady- Lumity TOH AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora