_Cambios_

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Lilith bajó las escaleras enfadada, un inmenso desmadre la había había despertado abruptamente de su sueño.

-Edalyn, ¿Qué rayos pasa con... -no pudo terminar su frase cuando vió volar todos los platos, vasos y cubiertos de la cocina mientras observaba a su hermana bailar con victoria. -¿Qué carajo pasa aquí?
Eda la observó, y todos los objetos cayeron al suelo, rompiéndose algunos.
-¡Lilith! ¡Inténtalo! -exclamó la menor. Lilith la miró extrañada.
-¿Intentar qué? -cuestionó enfadada. No entendía nada.

-¡INTENTA HACER MAGIA! -gritó aún emocionada Eda.

-¿Pero que cosas dices, Edalyn? -habló. -¿Un guardia te pegó en la cabeza?
Eda refunfuñó molesta.
-¡Sólo hazlo! -vociferó enojada.

Lilith suspiró pesadamente e intentó recordar vagamente cómo se hacía la magia. Probaría con un hechizo de fuego.
Invocó un círculo en el aire sin esperar nada, ya lo había intentado muchas veces, pero para su sorpresa una bola de fuego salió disparada del mismo y se impactó en la sala. Un sonido de algo rompiéndose la apenó.

Aún no lo creí, volvió a hacer el círculo, y de nuevo, otra bola aún más grande salió disparada. Tendría que esforzarse por controlar magia de nuevo.

-P-pero ¿Cómo? -preguntó pasmada. -Nosotras no podemos hacer magia.

-No podíamos -corrigió. -Hasta ahora.

Luz miraba a ambas, estaba radiante de felicidad. Lilith volteó su mirada hacia ella, su sonrisa se deshizo como si la hubieran descubierto.

-Luz... -llamó a la morena. -¿Tienes algo que ver con esto?

Luz se tensó un poco, pero sonrió con normalidad.

-No sé de que me hablas -contestó desconcertada pero con un ligero tono de inocencia. -¡Oh, cierto! ¡Amity!
Evadió el tema y subió las escaleras con la constante mirada de Lilith a sus espaldas.

Entró a su habitación y contempló a una linda pelimenta removiéndose incómodamente. Al parecer no estaba acostumbrada a dormir en el suelo.

-Joder, mi espalda -susurró molesta en voz alta.

Luz rió con una sonrisa cómplice, jamás sería demasiado temprano para molestar a su persona favorita.

-¿Entonces te gustaría un masaje? -preguntó en tono coqueto.
Amity abrió los ojos espantada mientras un fuerte rojo inundaba su cara. La morena se soltó en carcajadas.

-Lo siento, lo siento -se disculpó limpiando unas pequeñas lágrimas mientras intentaba recuperar el aire perdido. -Te quiero.
Amity se abochornó y le lanzó una almohada a la cara. Ahora era ella quien se burlaba.
-Supongo que me lo merecía -admitió con una sonrisa tierna.

El dulce momento acabó cuando la cara de Luz decayó preocupando a Amity.

-Amity, tengo que hablar contigo de algo serio -dijo desviando su mirada hacia el suelo. -Pero no pueden escucharlo Eda o Lilith, ni siquiera King o Hooty.
Solo podemos saberlo tú y yo, por ahora.

La peliverde se sintió aliviada y feliz de que Luz confiara en ella para mantener su secreto, pero quería ver a la morena sonreír.

-Lo entiendo, Luz -acarició su mano con cariño. -¿Quieres ir a comer?

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Quizá habían tardado más de lo esperado, pero por lo menos se sentían seguras.
Luz había huido de la ley una vez más, y esta vez había arrastrado a Amity con ella. La plaza o algún otro lugar público podía ser peligroso, seguramente después del ataque al castillo, la noticia estaría en boca de todos. Era por ello que ahora se encontraban comiendo en un puesto de comida callejera en una parte de la ciudad conocida por su escasa seguridad.

My Little owl lady- Lumity TOH AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora