Capítulo 3

595 58 9
                                    

///Saga///

"Estoy tratando de contener la respiración, permanecer de esta forma, no puedo dejar que este momento termine"                                    Never Enough Loren Allred

Me miro al espejo, pero no veo más que un rostro cansado de no poder volver al pasado y cambiar los errores que aún me hostigan en el presente, en un presente sin ti, y me miro al espejo y veo que lo tengo todo; tengo la gloria; súbditos leales; tengo sueños realizados; pero nada es suficiente, no hay nada que quiera más que tenerte aquí conmigo, que tomes mi mano y digas lo que quiero escuchar, quiero tu jodido amor, quiero ser esclavo de tu piel; ser amo de tus días y noches quiero tenerte. Pero tengo un sueño. Tú, eres mi sueño y mi plan está en marcha y comienzo desde ahora.

///Narrador///

Saga entró al templo de Sagitario, camino por los pasillos llegó hasta una cocina donde estaba Aioros sentado leyendo un par de hojas —Buen día Aioros, perdona que te interrumpa.

Aioros se levantó de su asiento —No perdona por no haberte escuchado gran Patriarca.

—Vamos Aioros dejemos las formalidades que tengo algo importante que decir.

—¿Que sucedió?

—Nada, que hable con Athena — Aioros sintió el deseo repentino de vomitar, hasta sintió que podía vomitar su corazón —Hable con Shion también, y él está de acuerdo.

—¿De qué? o ¿qué? — trataba de sonar lo más calmado que podía.

—De que tu seas mi mano derecha oficialmente, seas mi consejero y también puedas decidir en caso que yo no esté, serias el segundo al mando.

—Pero Patriarca yo...

—Soy sólo Saga, ahora volvemos a estar al mismo nivel. Espero que desayunes bien porque hoy hay un día largo y necesito a mi consejero.

Salió del templo con una sonrisa de oreja a oreja, dejaría que las cosas comiencen a fluir. El día juntos como el anterior, pero esta vez Saga se sentía diferente, con la cabeza en alto, cuando le hablaba Aioros, su voz sonaba más melodiosa. El reloj marcó las seis, aunque Aioros no lo vio, Saga sonrió de oreja a oreja.

—Patri... Saga— aclaró su garganta —Creo que ya debería irme, los últimos documentos puedo revisarlos en mi templo y mañana le presento el análisis.

—Me parece buena idea.

—Bueno, entonces me retiro— se levantó, tomo los documentos listos para salir.

—Pero en realidad puedo pedir tu ayuda.

Aioros lo miró extrañado —¿Pasa algo malo?

—En realidad no, pero necesito la ayuda de alguien, aunque me da vergüenza pedirla, y ya que estas aquí recurro a ti— sonaba más serio de lo normal, Aioros dejo las hojas —Claro, yo te ayudo.

Saga lo llevó hasta la último piso del templo de Atenea, entraron a la pequeña sala, Aioros no comprendía nada hasta que entraron —¿Recuerdas este lugar Aioros?

Él castaño trago saliva, aun la pequeña cuna estaba ahí —Si...lo recuerdo.

—Aquí fue donde intente tomar la vida de nuestra diosa, y tú la salvaste ¿no es así?

—Si, pero no entiendo qué hacemos aquí.

Saga quien estaba delante suyo tocando la cuna giro —Bueno, veras ese día perdí algo importante, ha pasado muchos años y lo estado buscando, desde que regresamos, pero no lo encuentro, sé que se me cayó por aquí, y por eso te necesito quiero que me ayudes a buscar.

Mi manera de pedirte perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora