Capítulo 6

528 45 12
                                    

Saga tenía una amplia sonrisa en el rostro; sonaba en la radio una canción de Kiss, Aioros miraba por la ventana la ciudad, estaba maravillado; Saga lo miraba pasado un rato, aunque Aioros no le hablaba estaba feliz.

—No la recordabas así la ciudad ¿no?
—La verdad, Saga yo no vine mucho a la ciudad, antes a donde máximo salía del santuario era al pueblo, para abastecerme, no sabía que la ciudad era así de bonita.

Miro a Saga —Gracias por traerme.
Saga sonrió —Creo que las gracias las doy yo, porque si viniste.

Aioros, no respondió —Por cierto, muy buena canción... ¿sabes cómo se llama?
Saga sonrió a un más; así era como Aioros salía de las charlas "incomodas" cambiaba de tema —El grupo se llama Kiss y este tema se llama Forever.
—Interesante, Forever creo que es "por siempre", ¿no?

Saga freno en el semáforo que mostraba la luz roja; miro a su compañero, volvió a poner la canción desde el principio y lo miro.

Tengo que decirte lo que siento por dentro, podría mentirme a mí mismo, pero es la verdad. No puedo negarlo cuando te miro a los ojos.

Su mirada era dulce —En esta parte dice chica— Aioros miraba a todos lados con tal de no caer en la mirada de Géminis —Pero tú no eres una chica, así que diré: Chico estoy loco por ti.

Aioros sintió un cosquilleo por todo el cuerpo —¡Saga ya está en verde!
El auto avanzó —¿Te lo sigo traduciendo?

—No, no gracias.
—Pero no llegue a la parte donde le da sentido al nombre...

—No, no realmente, no importa, yo solo la escucharé.
—Sabes, te la estoy dedicando.

—¡Ay!, mira una tienda de ropa.
—Aioros, hemos pasado por muchas tiendas de ropa, y yo no voy a llevarte a una tienda de 3/4, para eso te dejaba ir en pijama, iremos a lo fino— Aioros volcó los ojos.

Saga estacionó su auto; era un sector muy distinto por donde habían pasado; en cada edificio había tiendas; de ropa; joyas; muebles; cada tienda se veía grande y lujosa, hasta parecía que la gente que caminaba por las calles caminando modo pasarela; él pobre arquero se sentía un pobre gusano.
—Llegamos— Saga se detuvo delante de una tienda de ventanas grandes, un edifico negro.
—Saga, hasta aquí llega el olor a caro—miraba sorprendido.

—Tranquilo, ahora entremos.
Estando adentro se mostraba la elegancia del lugar, ni siquiera sentías ese calor de verano, había un aire frío, con un delicioso aroma, la música suave pero que sonaba en todo lado, los maniquíes bien acomodados; los lugares divididos por secciones; colores. Ni bien pisaron la puerta de entrada aparecieron dos señoritas que sonreían, ellas estaban uniformadas.

—Muy buenas tardes señor Saga.
—Desea ir a la misma sección, señor llego una nueva colección.
Aioros lo miro incrédulo

—Buen día señoritas, el día de hoy no vengo por mí, vengo por mi amigo, necesito un traje formal, sofisticado que lo haga ver muy pulcro.

Mientras Géminis hablaba las chicas pareciendo estar a punto de dejar caer su baba, — Por supuesto señor Saga, por favor si nos podrían acompañar.
Aioros miraba a todos lados había como unos diez trabajadores y un un par de compradores, pero todos los veían, lo cual lo hacía sentir más incómodo.

—Mire este traje formal color negro opaco.
—Este traje Slim fit de dos piezas negro claro, le quedaría muy bien.

—Quiero más un traje, azul o tal vez vino, ¿qué te parece esos colores Aioros?

Aioros se sentía como un niño que su madre lo llevaba a comprar —"Así se deben sentir"— pensaba Aioros —Creo que da igual el color.

Saga parecía como si lo hubiesen abofeteado —Ignórenlo por pavor, quiero probar un azul vivo.

—Justo llego un nuevo modelo azul marino Slim fit liso, apegado.

—Bien, también intentaremos, con un gris carbón, y porqué soy curioso y creo que igual le quedará quiero un traje color rojo vino con solapa pico.

—Enseguida le muestro los conjuntos.
Las muchachas salieron corriendo, Saga volteó y vio a un Aioros que veía el techo —Y tu que haces ahí ve a los vestidores.

Se apuntó a si mismo —Yo.
—No, yo, obvio tu si no como te vas a probar.
—Pero solo me debe decir la talla y si es la mía me lo llevo.

Saga levanto la ceja —Es enserio Sagitario.

—Vamos Saga no es para tanto...
Ahí estaba Saga sentado en un sillón mientras tomaba una taza de café —Bien Aioros, sal y sorpréndeme.
Aioros se miraba en el espejo nervioso, intentaba acomodarse bien la corbata; el cabello, no sabía por qué se sentía tan nervioso y presionado; movió la cortina para salir. Saga lo miraba fijamente.

—¿Y?...

—Haber date vuelta.
Giro apenado —Me queda o no.
—Ponte el azul.

Giro enfadado —Ese es el primero que me puse, es más me puse como seis trajes azules Saga, ¡llegamos a las nueve y ya son las doce y media!

Saga volvió a tomar un sorbo de su café, se levantó; puso la taza en aquel delicado platillo, en esa pequeña mesa marrón, se levantó; acomodo su cabello se acercó Aioros —La belleza y la moda cuestan— entro al bastidor, dejándolo estupefacto al castaño.

Salió con un traje azul marino — Ponte este.
—Ya no Saga estoy cansado.
—Aioros, entra y cámbiate —su voz sonó más gruesa de lo normal, su mirada seria y tajante —Por favor.
—Te odio— le arrebató de las manos la ropa, entro de mala gana.

Aioros se puso el saco azul marino un tanto eléctrico; se veía al espejo, realmente le gustaba como se veía; de repente entró Saga al pequeño espacio —Esta corbata es la indicada.

Se paró delante de él, levanto el cuello de la camisa y le puso la corbata, café chocolate; comenzó hacerle el nudo —SA-sa-ga y-o puedo, solo.

—Se que puedes, pero tardas mucho— termino de hacerle el nudo —Joder mírate, te ves jodidamente perfecto— lo tomo de los hombros y lo giro hacia el espejo —Te gusta.

—Me encanta.
—¿Sabes que veo?
—¿Qué?

—Que combina perfecto— sonrío — Perfecto conmigo, resalta mi cabello y con mi traje se verá increíble.
Aioros giro —¿¡Por eso querías que me ponga este color!?

—Y por qué te hace ver lleno de vida, realmente te vez espléndido, esta noche no podre dejar de verte.
—Saga...

Aioros se apegó a Saga, mientras el otro puso sus manos en la cintura del arquero, susurró —Te vez jodidamente sensual.
—¿Eso te gusta?

—Mucho más me excita.
Sus labios empezaron a juntarse, mientras sus cuerpos se apegaban más, haciendo ver que a un el pequeño espacio se viera grande —Dime que sientes ahora— seguía hablando en un susurro.

—Yo...
—Señor Saga.

Ambos se separaron de golpe, Saga esclareció su garganta, salió como si no hubiera pasado nada —Decidió por el Slim fit one Button beach, azul oscuro.
Salieron de la tienda —¿Iremos por los zapatos?

—Primero vamos a comer, ¿que se te antoja?
—Un lugar donde mantenga una considerable distancia entre tu y yo.
—Bueno, ya se dónde— comenzaron a caminar —A mí me parece que la cita va estupenda.
—Saga, cállate.

 —Saga, cállate

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi manera de pedirte perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora