𝓼𝓪𝓷𝓬𝓽𝓾𝓪𝓻𝔂 [ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ]

Capítulo tres

"Bienvenida al Campamento Mestizo"
POV ______.

Después de que terminara inconsciente no estaba muy segura de que había pasado con mi misterioso vigilante y con el monstruo que me había intentado matar. Comencé a reaccionar después de un rato, los ojos me seguían pesando por lo que solo pude notar pequeños destellos de luz hasta que logré abrirlos un poco. A pesar de estar herida, no sentía ni el más mínimo signo de dolor en mi cuerpo debido a los fuertes entrenamientos y otros métodos especiales que me aplicaron en la organización. Lo único que me altero fue cuando me di cuenta que estaba siendo llevada por alguien. Sus fuertes brazos me tomaban como si no pesara nada y corría a gran velocidad sin perder el equilibrio. Hice el esfuerzo para abrir los ojos un poco más y pude notar un enorme campo verde que se extendía frente a mí. También divise pequeñas siluetas de personas en la lejanía, otros que estaban más cerca  miraban preocupados y otros un tanto curiosos por lo que estaban viendo; deje de tomarles importancia y suspiré aliviada. Seguía en brazos de aquel misterioso chico, me incomode por un momento debido a que no estaba acostumbrada al contacto físico de otra persona. Aunque, me deje llevar porque realmente no tenía fuerza para levantarme y decirle que yo podía hacerlo por mi cuenta. El corazón del chico se escuchaba ligeramente acelerado; tal vez era la preocupación de que llevaba a alguien casi muerta en brazos o correr tanto ya lo había cansado. Los latidos me tranquilizaron y poco a poco empecé a perder la conciencia nuevamente. Me aferré a sus latidos, quería estar despierta. No sabía que podían hacer conmigo estando inconsciente.

—Ponla sobre esta camilla, para atenderla urgentemente— escuché una voz dulce pero decidida, al parecer alguien del equipo médico del Campamento Mestizo. El chico que me había llevado por varios metros en sus brazos finalmente dejo caer mi cuerpo en la camilla, de manera delicada como si temiera que fuera a romperme en mil pedazos.

Antes de que se fuera logre agarrarlo de la mano, su tacto era frío y suave. Intenté descifrar su energía, pero me encontraba muy débil.

—No quiero que me hagan daño—empecé a divagar. ¿Lo decía en serio o solo era actuación? No tenía idea. Solo quería mantenerme en mis cinco sentidos.

El chico se soltó de mi agarre inmediatamente sin decir nada.

—Vas a estar bien solo debemos tratarte las heridas y deberás reposar mucho. Ahora nos encargaremos nosotros— otra voz se hizo presente aún lado mío, me arrulló hasta quedarme dormida por segunda vez.

Doce horas después.

—Dentro de la enfermería del Campamento Mestizo—

Desperté tranquilamente en una camilla de hospital bastante cómoda, al principio estuve desorientada pero de golpe recordé todo lo sucedido. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Estuve dormida muchas horas? Ya no me sentía cansada, al contrario necesitaba salir de la cama lo más pronto posible. Una intravenosa salía de mi brazo derecho y estaba conectada a un suero, me la quité de un jalón y me levanté.

—Yo no me levantaría de esa forma tan apresurada, mucho menos después de ser gravemente herida— antes de escuchar la voz, note su presencia entrando a la habitación. Me senté nuevamente al sentir un dolor fuerte de cabeza.

— ¿Dónde estoy? ¿Por qué me trajeron aquí?—pregunté comenzando de nuevo mi actuación y me di la vuelta para encontrarme con una chica de cabello platinado amarrado en una coleta alta que caía perfectamente sobre su hombro derecho hasta debajo del pecho, sus ojos color avellana me miraban de arriba hacía abajo. Era unos centímetros más alta que yo y estaba muy bien ejercitada. De vestimenta tenía una sudadera azul cielo y un short de mezclilla, también llevaba unos tenis deportivos con calcetas blancas y largas.