Capítulo cuatro

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"Los semidioses están desapareciendo"
POV _____.

Al entrar en la cabaña sentí un aura oscura pero a la vez tranquila y cálida, por afuera no lo parecía pero el espacio de adentro era bastante amplio. En el centro de la habitación había una estatua griega perfectamente esculpida, cada detalle en ella parecía darle vida. Era un hombre hermoso y de su espalda se extendían dos enormes alas que llegaban casi al suelo, lo que más llamó mi atención fueron su facciones delicadas y atractivas, note al instante el parecido de Pandora y los demás, por supuesto, era su padre. El dios posaba de manera sutil pero imponía respeto y alrededor de él habían varias velas blancas encendidas. Alrededor de la estatua se encontraban las camas, los armarios y las cosas de uso personal de cada hijo de Tánatos. El techo estaba decorado con velos grises con destellos blancos, que caían llegando casi al suelo y se movían ligeramente por el escaso viento que entraba a través de las ventanas. La estatua del dios de la muerte me dejó hipnotizada, durante mis clases en la organización llegue a escuchar sobre él y aprendí sobre sus poderes. Era impresionante. Sin embargo, lo que me dejaba sin palabras era darme cuenta que dentro del Campamento tenían una conexión cercana con el mundo divino.

—Bienvenida a nuestro pequeño hogar–dijo Willow aún lado mío. A pesar de ser hija de un dios de la muerte, su personalidad era totalmente opuesta–Tu lugar será el de aquí–me dijo tomándome ligeramente de la mano, jalándome a la orilla derecha de la cabaña donde ya había una cama con sábanas de seda grises, con su respectivo armario, escritorio y mesita de noche.

—Creo que no será necesario ocupar todo el espacio, con la cama está bien no tengo ninguna cosa personal aquí.

—Oh no te preocupes, logré juntar ropa suficiente y también te conseguí unos productos de aseo personal. Se que no es mucho pero es con la mejor intención.

Maldición. ¿Por qué en este lugar son tan cálidos y buenas personas? Se supone que son guerreros de los dioses del Olimpo, preparados para pelear y conquistar lo que sea y a quien sea. Los dioses no son más que seres supremos egoístas y cegados de poder, nada bueno podía salir de aquí. Tenía que mantener mis pensamientos claros en la misión.

—Muchas gracias Willow—contesté amablemente—será mejor que salga con Pandora, debe estar esperándome para ir a esa reunión.

—Claro, es mejor que te apresures, ella odia esperar.

Salí del lugar y recargada sobre el mármol gris de la cabaña se encontraba mi guía y guardiana, tenía la mirada perdida hacia enfrente, pero justo unos segundos después de que saliera me miró.

—Ya era hora. Vámonos.

Dio la vuelta y tomó dirección hacia el campo. La seguí a través de las demás cabañas, cruzamos el campo y fuimos directo hacia la enorme casa que ya había visto con anterioridad. Al momento de entrar a la casa un pensamiento comenzó a invadir cada centímetro de mi mente, la silueta de él se hizo presente. Y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Desde que había llegado al Campamento Mestizo, me mantuve tan ocupada con la misión que ni siquiera me acordé de esa situación qué paso hace un tiempo. Probablemente esté por ahí, en algún rincón de este campamento haciendo su vida, sin recordar nada. Y eso no iba a interferir en mis planes, pero era consciente de que podía traerme problemas si no me concentraba en la misión. Entre a la enorme casa, adentro era cálida y acogedora; automáticamente sentí un alivio tremendo y me sentía protegida, en la base central de la organización las cosas eran totalmente lo contrario, el ambiente era oscuro y sombrío; siempre tenía que estar abrigada porque la temperatura descendía un poco más cada vez que bajábamos a los niveles inferiores.

—¿Te encuentras bien? te noto muy distraída, ven es por acá— la voz de Pandora me sacó de mi trance de golpe.

—Si estoy bien. Me parece muy linda esta casa, en general, el Campamento es maravilloso.

𝓼𝓪𝓷𝓬𝓽𝓾𝓪𝓻𝔂  [ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora