Capitulo 1

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Dos líneas, marcaba la prueba de embarazo, un pequeño ser estaba creciendo dentro de ella.
-Joder -exclamo Alicia mientras una sonrisa se formaba en su rostro- ya decía yo, que no era normal que me sintiera así.
Se quedo un rato sentada sobre el vater sosteniendo entre sus manos la prueba, no lo podía creer, en cierto modo ella y Germán ya se habían hecho a la idea de que no tendrían hijos, pero ahora todo era diferente, ahora había un bebé creciendo dentro de ella, una personita que sería la combinación de ella y de la persona que más amaba en su vida.
Después de unos momentos miro su reloj, faltaban quince minutos para las 9 de la mañana, Alicia tenía que llegar a la comisaría pronto.
Germán se había ido un poco más temprano a su trabajo ya que tenía papeleo atrasado por acomodar y archivar, no había querido despertar a su mujer.
Rápidamente salió del baño, con la prueba en mano, la guardo dentro de su bolsa y tomo las llaves de su coche.
-Nos vemos más tarde comisario, le dijo Alicia a su gato mientras le acariciaba su cabeza.
Abrió la puerta de su departamento y bajo al estacionamiento, se subió al coche y empezó a manejar hacia su trabajo. Durante el camino no pudo evitar imaginarse a Germán y a ella jugando con su hijo o hija. Esas imágenes trajeron una cálida sonrisa su rostro.
-No me quiero ni imaginar cómo va a reaccionar este tío- se dijo así misma mientras una pequeña risa se le escapaba.
Al llegar a la comisaría, estacionó su coche y bajo, cruzó la puerta de entrada, saludo a algunos colegas mientras caminaba hacia su oficina.
-Sierra- la detuvo el Coronel Tamayo, para estrechar su mano- que gusto verte.
-Tamayo- Alicia le estrechó la mano - igualmente, ya hace un tiempo que no te veía.
-Así es, me tomé unos cuantos días libres para ir de vacaciones con la familia - dijo Tamayo en un tono muy relajado.
-Mira nada más lo bien que te han sentado las vacaciones, vienes más relajado -dijo Alicia.
Antes de que el Coronel pudiera responderle, un policía pasó con su plato de comida, el olor le provocó unas náuseas terribles a Alicia por lo que tuvo que ir rápidamente al baño.
-Disculpa- le dijo a Tamayo mientras se volteaba y comenzaba a caminar a paso acelerado llevándose una mano a su boca.
Apenas llegó al baño cuando vomito todo su desayuno.
-Joder, que asco- dijo Alicia mientras apoyaba su cabeza en sus manos.
Cuando sintió que el mareo y la náusea ya había pasado, se levantó y tomó de su bolsa el cepillo de dientes y comenzó a cepillarlos. Cuando salió del baño Tamayo ya no estaba, por lo que se dispuso a ir a su oficina, se sentó detrás de su escritorio y se puso a revisar algunos expedientes, habían sido días demasiado tranquilos y no había casos para resolver.
La inspectora estaba tan concentrada terminando de revisar y ordenar los expedientes cuando alguien tocó a su puerta.
Era la inspectora Raquel Murillo, mejor amiga de Alicia desde que estaban en la academia, a quien ahora consideraba como su hermana, Raquel había estado para Alicia durante uno de los momentos más difíciles de su vida, que fue la muerte de sus padres y viceversa, Sierra había acompañado a Murillo durante todo el proceso se divorcio, fue quien le ayudó a darse cuenta de lo terrible que era su matrimonio.
-¿Se puede? - dijo Raquel con un gesto de pregunta.
-Claro, pasa - Alicia no levanto la mirada del expediente - por favor siéntate ya estoy por terminar con este aburrido papeleo.
-Vale - Raquel se sentó y se puso a revisar su movil mientras esperaba a que Sierra terminara.
-Disculpa, que tenía que terminar esto para que lo manden al archivo - Alicia suspiro mientras metía el último folder a una caja.
-Que no hay problema Alicia, es lo peor de cuando se cierra un caso, el papeleo - Raquel le sonrió- pero he venido a preguntarte algo.
Alicia no dijo ni una palabra, simplemente asintió con la cabeza.
-Hace unos momentos cuando hablabas con Tamayo, te fuiste casi corriendo al baño y tardaste en salir, además de que te ves pálida, ¿estás bien Alicia? - le preguntó Raquel con un tono de preocupación.
Sierra no dijo nada por unos segundos, se moría de ganas por contarle a su mejor amiga acerca del bebé, pero quería que el primero en enterarse fuera Germán.
-Sí sí tía, que estoy bien - Alicia se acomodó en su asiento - seguramente algo de lo que desayuné me ha caído mal.
Raquel arqueó una ceja, obviamente no creyó ni una palabra de lo que le dijo Alicia, la conocía perfectamente y sabía que algo pasaba, pero decidió no insistir en el tema.
-Vale tía, espero que te sientas mejor para la hora de ir a comer, me voy, tengo que llevar una caja al archivo - Raquel se levanto de la silla- ¿te veo más tarde para ir por algo de comida?.
-Vale - Alicia asintió con la cabeza y le sonrió a su amiga.
En cuanto Raquel cerró la puerta y se alejó algunos pasos, Sierra puso su mano sobre su barriga y comenzó a hablarle al bebé
-Que casi nos descubren pequeñín - dijo mientras miraba y acariciaba su vientre - no es que no quiera contarle acerca de ti eh, el primero que tiene que saber es tu padre y se lo voy a decir hoy.
El resto de la mañana pasó bastante lento, hasta que llegó Raquel para ir por algo de comer, la comida le cayó bastante bien a Alicia y al bebé, Murillo y ella hablaron de algunas cosas hasta que llegó el momento de que regresaran a sus oficinas.
Llegó la hora de salir, Alicia se despidió de Raquel y subió a su coche, iría al súper mercado a comprar para preparle la cena a Germán, además de que hoy quería que fuera una cena muy especial.
Camino un rato, pensando en que obsequiarle a Germán, quería comprar algo igual para el y el bebé, hasta que finalmente se le ocurrió el regalo perfecto. A su marido siempre le había encantado el fútbol, así que Alicia decidió ir a la sección de deportes y buscar una playera del Real Madrid para Germán y una mucho más pequeña para el bebé.
-Va a flipar con esto - sonrío Alicia
Después de pagar, subió todas sus compras al coche y condujo hacia su casa. Cuando llegó rápidamente, bajo todo, entro a casa y saludó a comisario.
-Ya estoy de vuelta - le dijo Alicia a su mascota.
Empezó a acomodar las cosas para cocinar, no sin antes poner sobre la mesa del comedor una caja para regalo con las playeras y encima la prueba, tapó la caja y se dispuso a prepara la cena.
Alicia estaba casi por terminar la cena cuando escucho que la puerta se abría.
-Ya estoy en casa cariño.

Lo que nos depara el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora