Capítulo 8

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Habían pasado ya varios días desde la cirugía de Germán, la recuperación era un poco lenta, pero iba de maravilla, Andrés decidió darle el alta médica para que continuara con su recuperación en casa. Los padres de Germán se quedarían más días con ellos, hasta que el terminara su tratamiento para asegurar que el cáncer desapareciera por completo. Germán y Alicia acudieron a consulta con Andrés, quien les dijo que el tratamiento más acertado seria la radioterapia y que causaría menos daños colaterales en la salud de Germán. Así fue que las sesiones de radioterapia comenzaron, Alicia lo acompañaba a todas de igual manera sus padres, Raquel y Sergio los visitaban en algunas ocasiones para ayudarlos o para simplemente pasar un buen rato en agradable compañía, Germán y Sergio se habían hecho muy buenos amigos.

Con el embarazo todo iba bien, Alicia ya había entrado al segundo trimestre, las náuseas habían desaparecido por completo, pero en ocasiones un cansancio y unas tremendas ganas de dormir la invadían, además de que sus antojos no cesaron. El embarazo se empezaba a notar más en su cuerpo, su barriga ya era un poco más grande y a Germán le fascinaba ver como su hijo iba creciendo dentro del vientre de su mujer.

Era un miércoles por la mañana, hoy Germán tendría que ver de nuevo a Andrés, ya había terminado con sus sesiones de radioterapia, hoy Andrés valoraría su condición médica y si todo salía bien, le daría el alta total. Germán se levantó más temprano de lo habitual, la impaciencia por la visita al médico lo había hecho que se despertara más temprano. Lo primero que vio cuando abrió los ojos fue la cara de Alicia quien tenía un gesto de profunda tranquilidad mientras dormía, la miro por unos momentos, contemplando cada facción de su cara, las pecas que tanto amaba y como mientras dormía ponía una mano protectora sobre su vientre. Como si Alicia sintiera la mirada de su marido despertó en ese momento

-Buen día muñeco – Alicia le sonrió

-Buenos días mi vida – Germán le beso

- ¿Qué tal te sientes? ¿Cómo va la herida? – le pregunto Alicia

-Me siento bien cariño, la herida no ha causado molestia alguna – le contesto Germán

-Eso me alegra demasiado muñeco – Alicia le acaricio la cara

-Y tu cariño ¿Cómo te sientes? ¿Qué tal esta nuestro bebé? – le pregunto Germán

-Yo estoy bien muñeco, nuestro pequeñín creo que aun duerme – Alicia dijo tiernamente mientras acariciaba su barriga

-Me alegra mi amor – le dijo Germán, después él se acercó a besar la barriga de Alicia – ya despierta pequeñín que hoy será un gran día

- ¿Sabes que he recordado mucho todos estos días muñeco? – Alicia le dijo mientras se acomodaba a un lado de Germán

- ¿Qué cariño? – le contesto Germán mientras la abrazaba

-Cuando llegaste a cambiar mi vida – Alicia le sonrió

----17 AÑOS ATRÁS----

Habían pasado tres semanas desde la muerte de los padres de Alicia, ella había dejado de asistir a la academia. Raquel la visitaba todos los días, le llevaba comida que cocinaba su madre y le llevaba todos los apuntes de clases y actividades que realizaban para que estuviera al corriente y no se atrasara.

Un día en particular, Raquel caminaba por la academia cuando se encontró a sus compañeros de clase Ángel y Germán, se detuvieron a platicar por unos momentos

-Raquel, ¿Qué tal estas? – le pregunto Ángel

-Bien Ángel, ¿tú que tal? – le contesto Raquel

-Bien, gracias – le sonrió Ángel

-Disculpa Raquel, ya han pasado varios días desde que he visto a Alicia ¿está bien? – le pregunto Germán algo preocupado

Lo que nos depara el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora