Capítulo 10

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Los días habían pasado muy tranquilos, no habían recibido más cartas y las pruebas habían salido completamente limpias, aún así, a Alicia no le agradaba para nada la situación, sabía que algo pasaba, solamente que aún no descubría lo que era. Las cosas se habían calmado tanto en la científica como en la policía así que de nuevo los días eran aburridos.
Por fin había llegado el día en el cual Alicia y Germán tendrían las visita con el médico, para ver qué tal iba el embarazo, Alicia ya se encontraba de veinte semanas, cada vez se le notaba más y más si barriguita, el ver como si hijo crecía dentro de su mujer era algo que fascinaba muchísimo a Germán, todos los días daba las gracias por la oportunidad de vivir y experimentar todo ese proceso al lado de la persona que más amaba en su vida y porque sabía que tendría la oportunidad de ver crecer a su hijo.
Alicia y Germán se encontraban sentado en la sala de espera.
-Que me muero de ganas por volver a escuchar el corazoncito de nuestro bebé - le dijo Alicia mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro
-Lo se mi vida, yo también me muero por escucharlo - le sonrío Germán
Después de unos momentos de espera, pasaron con el médico, quien como siempre, le hizo preguntas a Alicia sobre cómo se había sentido, si había notado algún cambio extraño entre otras más, luego de las preguntas el médico prosiguió a realizarle la ecografía, también como de costumbre encendió el Doppler para que pudieran escuchar los latidos del bebé, el sonido favorito tanto de Alicia como de Germán.
-¿Les gustaría saber el sexo? - les preguntó el médico
Alicia y Germán inmediatamente se voltearon a ver y compartieron una tierna sonrisa, de alguno manera sabían lo que el otro estaba pensando
-Nos gusta la idea de que sea sorpresa - respondió Alicia con una sonrisa - pero muchas gracias
-Vale, no hay de que - dijo el médico
Después de haber terminado con la ecografía, el médico les dijo que todo iba excelente con el embarazo, que tanto la madre como el bebé se encontraban muy bien, este tema era algo que preocupaba a ambos por todo lo que había sucedido en los meses pasados, pero el saber que los dos se encontraban bien, le causaba una sensación tremenda de alivio, al terminar la consulta, los dos agradecieron al doctor y salieron para dirigirse a casa
-Nuestro chiquitín ya está más grande - le dijo Germán a Alicia mientras una tierna risa se le escapaba
-Lo se muñeco, cada día crece más y más... y yo me pongo más gorda - Alicia rió fuertemente
-Que eso no importaba cariño, tú eres hermosa estés como estes - Germán le dio un beso en la frente
-Gracias guapo - le respondió Alicia para después besarle en los labios
-La idea de esperar a que nazca para saber si es nena o nene me emociona demasiado - le dijo Germán mientras a acariciaba el vientre de Alicia
-A mi también me emociona muchísimo, me hace querer tenerlo o tenerla ya en mis brazos - le respondió Alicia mientras ponía su mano encima de la de Germán
-En un abrir y cerrar de ojos ya estará aquí con nosotros mi vida - le sonrío Germán
——— AL DÍA SIGUIENTE ———
Era fin de semana, normalmente aprovechaban ese día para hacer la compras de la semana, como Alicia estaba durmiendo más de lo normal, Germán decidió que el iría mientras dejaba que su mujer descansara, antes de irse se acercó a la cama del lado donde dormía Alicia
-Te veo más tarde mi vida, los amo - le susurró Germán y le besó tiernamente la frente
Salió de casa y condujo hasta el supermercado, hizo las compras y se detuvo por unos momentos en la sección de bebés, observó varias cosas que le gustaron, pero lo que más le gusto fue una bella frazada para bebé, había de muchos colores pero escogió una de color gris claro, la tocó, era muy suave y lo primero que imagino fue a su bebé envuelto en ella
-Estoy seguro de que le encantará - dijo Germán mientras una gran sonrisa aparecía en su rostro
Siguió caminado por la sección de bebés, buscando algo más para su hijo o hija, mientras caminaba vio también un osito de peluche, también decidió que lo compraría para el bebé, vio algunas cunas, porta bebés, ropita y muchas otras cosas más, pero quería que Alicia estuviera con el para comprar todo eso. Germán estaba muy contento porque poco a poco todo iba tomando forma, el siguiente paso sería pintar la recámara del bebé.
Término de hacer todas las compras, se dirigió de regreso a casa, no sin antes hacer una parada para comprar donuts para Alicia y también unos chicles de melón con pica pica dentro, que recientemente se habían vuelto los favoritos de su mujer. Cuando llegó a casa Alicia fue a recibirle
-Hola mi amor - Alicia le beso
-Hola guapa - Germán también le besó
-¿Porque no me haz despertado para ir contigo? - le preguntó Alicia
-Quería dejarte descansar mi vida, dormías profundamente - le contestó Germán
-No puedes ser más encantador - le guiñó Alicia
-Muñeco, ¿Haz traído donuts? - le preguntó Alicia mientras le hacía una carita
-Claro cariño y también tus chicles favoritos - le dijo Germán mientras le mostraba las compras
-Como te amo - le dijo Alicia tiernamente
-Y yo te amo a ti - le sonrió Germán
Terminaron de guardar todas las compras, Germán había puesto a parte la frazada y el osito
-Mira mi amor, le he comprado esto a nuestro chiquitín - le dijo Germán a Alicia mientras le mostraba los regalos para el bebé
-Mi vida, están preciosos - le dijo Alicia mientras sus ojos se llenaban de lágrimas
-¿Te han gustado cariño?- le preguntó Germán con una gran sonrisa
-Me han encantado muñeco, la frazada es tan suavecita y el osito es hermoso, estoy segura de que a nuestro chiquitín también le encantarán... son perfectos - le respondió Alicia mientras unas cuantas lágrimas caían por su rostro
Germán se acercó a ella para abrazarle fuertemente, Alicia recargó su cabeza en el pecho de él.
-Te amo muñeco - le dijo Alicia
-Te amo mi amor - le respondió Germán
Después de un rato, los dos cocinaron el desayuno, se sentaron a disfrutar de lo que habían preparado, no tenían planeado hacer algo ese día por lo que decidieron que se quedarían en casa. La verdad era que últimamente con todo esto de las hormonas, Germán y Alicia hacían el amor casi todos los días, por eso era que raramente salían de casa si no tenían que hacerlo.
El fin de semana pasó muy rápido, ya era domingo por la noche y se encontraban preparando su ropa para el día siguiente.
Como todos los domingos, ordenaron algo para cenar, mientras esperaban se sentaron en el sillón, Germán leía un libro y Alicia de nuevo estudiaba las cartas, comisario también se les unió y se te echó a un lado de Germán
-Cariño, ¿porque sigues con eso? -  le preguntó Germán un poco extrañado
-Hay algo aquí que no me pinta bien muñeco - le respondió Alicia quien no apartó la vista del papel
-Tal vez fue algún hijo de puta que quiso hacer una broma - le dijo Germán mientras continuaba leyendo
-Pero ¿para que molestarse en dejar esto y además de que no dejaron ningún tipo de rastro en las que tú haz analizado? - le contestó Alicia quien y estaba bastante confundida
-No lo se mi vida, yo tampoco lo entiendo - suspiró Germán
De nuevo Alicia dejó los papeles a un lado, tal vez su marido tenía razón y no se trataba de otra cosa más que de una pesada broma. Alicia decidió que jugaría por un rato con comisario, Germán también se les unió después de un rato. Cada vez que las luces de los coches se reflejaban a través de las persianas, comisario se distraía del juego y se dirigía hacia el lugar donde había visto los reflejos, y fue así que todo cobró sentido, jugando con su gato, Alicia descifró lo que pasaba con las cartas
-¡Joder! - exclamó Alicia
-¿Que pasa cariño? - le preguntó Germán bastante asustado
-Que ya se de que va todo esto de las cartas muñeco - le respondió Alicia
-¿De que hablas mi vida? - le preguntó Germán, quien todavía no lo entendía
-Son una distracción muñeco, van a atracar algún banco y nos han enviado esto para distraernos y hacernos creer que es una mala broma mientras ellos preparan el golpe - le dijo Alicia
-Se lo tienes que decir a Prieto - le dijo Germán
-Lo se mi amor, pero primero hablaré con Tamayo, ya vengo - Alicia de dirigió a su recámara y sacó su móvil para llamar a Tamayo
-¿Que pasa Alicia, todo bien? - le preguntó Tamayo desde el otro lado de la línea
-Hola Tamayo, si si todo bien... escucha, que ya he descifrado lo de las cartas - le dijo Alicia
Le explico todo lo que previamente le había dicho a Germán
-Perfecto Alicia, se lo comunicaré a Prieto, nos veremos mañana a primera hora en la sala de juntas - le respondió Tamayo
-Vale, nos vemos mañana - Alicia terminó la llamada
Regreso a la sala, mientras Alicia hacía la llamada, su cena había llegado, Germán estaba poniendo la mesa.
-¿Que te ha dicho? - le preguntó
-Me ha dicho que se lo comunicará a Prieto y que nos quiere ver mañana a primera hora en la sala de juntas - le respondió Alicia mientras se sentaba
-Eres increíble mi vida - le sonrío Germán
-Basta mi vida, que me pongo roja - le sonrío Alicia - además date el crédito muñeco, de no haber sido por ti hubiera dejado la academia
-Era imposible que te dejara hacer eso cariño - sonrío Germán tiernamente mientras recordaba ese momento
-Gracias, por no de haberme dejado abandonar la academia, además de tirar por la borda estos 15 años de carrera, no hubiera tenido la oportunidad de compartir mi vida contigo mi amor - le sonrío Alicia
-Eso ni de broma cariño, hubiera sido un completo tonto si te hubiera dejado ir - Germán se acercó a besarle
Disfrutaron su cena, después Germán alimento a comisario mientras Alicia se encargaba de los platos, cuando terminaron, tomaron una ducha y después se acostaron en la cama, Germán continuó leyendo su libro, mientras Alicia se acurrucó a su lado, después de unos minutos el comenzó a escuchar los leves ronquidos de su mujer, la volteó a ver y soltó una pequeña risa mientras le ponía las cobijas encima
-Descansen mis amores - susurró Germán después de besarle la frente a Alicia y acariciarle la barriguita
Después de un rato Germán se quedó dormido, hasta que sintió que Alicia se había levantando, ¿a caso se le había hecho tarde?, reviso el reloj, eran casi las 5 de la mañana, Alicia caminaba de la manera más silenciosa posible, tratando de no despertar a Germán, quien escuchó que se dirigía a la cocina, después de unos segundos regreso a la recámara
-Cariño, ¿que haces? - le preguntó Germán
-Joder muñeco, que no quería despertarte, se me antojo una donut - le dijo Alicia antes de darle una mordida a su donut - que el chiquitín y yo teníamos hambre
-Vale cariño - rió Germán - voy a dormir, aún queda tiempo
-Descansa guapo, yo termino mi donut y también me voy a dormir - le dijo Alicia para después besarle - te amamos
-Y yo los amo a ustedes - le respondió Germán
Alicia terminó su donut y se fue a dormir, hasta que la alarma sonó, ambos se levantaron, cocinaron el almuerzo, se arreglaron y se fueron la trabajo, llegaron a la comisaría y fueron directamente a la sala de juntas, donde Raquel, Tamayo y Prieto ya los esperaban.
Alicia volvió a explicar lo que ya le había dicho a Germán y a Tamayo.
-Tenemos que actuar ya - dijo Prieto
-Pero no sabemos cual banco atracarán - respondió Raquel
-Seguramente será algún banco no muy grande - añadió Germán
-Y ¿si es un banco grande? - preguntó Tamayo
-Pues reforzamos las seguridad en todos los bancos de Madrid
-Que no podemos desplegar a todo el cuerpo policiaco - le respondió Alicia - tenemos que atraparlos en la movida
-¿Y que es lo que propones Sierra? - le preguntó Prieto en un tono bastante serio
-Dejemos que atraquen el banco - contestó Alicia
Todos la miraron muy sorprendidos
-Cariño, ¿que dices? - le preguntó Germán bastante extrañando
-Se que suena loco, pero si queremos atraparlos tenemos que dejar que realicen el atraco de otra manera no lo lograremos, podemos prepáranos para cuando el momento llegue - respondió Alicia
-Viéndolo de esa manera, tiene sentido lo que ha dicho Sierra - dijo Raquel
Prieto y Tamayo se quedaron callados pensando por unos momentos
-De acuerdo, pero tenemos que estar completamente preparados, no puedo haber errores - dijo Prieto
Todos estuvieron de acuerdo, la junta terminó Germán regresó a la científica, quedó que recogería a Alicia para ir a comprar la pintura para la recámara del bebé.
El día fue muy aburrido, hasta que llegó la hora de irse a casa, Alicia espero por unos minutos a Germán, cuando llegó se dirigieron a comprar la pintura.
-Muñeco ¿tienes en mente algún color en específico? - le preguntó Alicia
-No mi vida ¿y tú? - le contestó Germán
-Estaba pensando que blanco quedaría bien - le sonrío Alicia
-Me encanta la idea - Germán también le sonrío
Compraron la pintura y todo lo necesario para comenzar con la recámara del bebé, después de hacer la compra se dirigieron a casa, decidieron que al día siguiente comenzarían a pintar. El resto de la tarde pasó rápidamente, ya había anochecido, los dos cocinaron, tomaron una baño bastante relajante y fueron a recostarse en la cama, cada uno leía su libro, de repente Alicia se sentó abruptamente y comenzó a tocar su vientre.
-Mi amor ¿qué está pasando? - le preguntó Germán algo preocupado
-No lo sé - le respondió Alicia quien siguió tocando su vientre
-Alicia, me estás asustando ¿que está pasando? - Germán volvió a preguntarle
-Que se está moviendo, ¡nuestro bebé se está moviendo muñeco! - le dijo Alicia muy emocionada
-¡Joder! - exclamo Germán muy feliz - ¿Qué estás sintiendo cariño?
-Como un cosquilleo, no se como explicarlo - le sonrío Alicia - dame tu mano, a ver si logras sentirlo
Alicia tomó su y la puso donde estaba sintiendo los movimientos del bebé.
-Ahí ¿Lo has sentido? - le preguntó Alicia
-No cariño, no lo he sentido - le contestó Germán un poco decepcionado
-Tal vez en unas dos semanas, que nuestro chiquitín esté más grande ya podrás sentirlo mi vida - le aseguró Alicia
-Tienes razón mi amor, no puedo esperar a sentir a nuestro bebé - le sonrío Germán
Alicia no le dijo nada, simplemente lo miro y le besó tiernamente, y se abrazaron fuertemente, después de un rato Germán apoyo levemente su cabeza en la barriguita de Alicia y comenzó a hablarle al bebé, le dijo cuánto le amaba, que ya quería conocerle y que siempre iba proteger a él y a su mamá. Alicia no podía creer lo afortunada que era de tener a Germán como su marido y padre de su hijo o hija.
Ya era tarde y decidieron dormir, como siempre Alicia se acurrucó al lado de Germán y le dio un beso de buenas noches
-Descansen mi vida, los amo - le susurró Germán
-Descansa guapo, te amamos - le respondió Alicia

Lo que nos depara el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora