Almas De Fuego (Todoroki x Reader) Pausada

La chica del vestido rojo

Narra Shoto

Estaba seguro de que asistir a esta fiesta no era buena idea, pero todos iban y a pesar de cómo me sentía respecto a (t/n) no quería dejarla sola en la fiesta con ese tipo. Aunque significase una distracción ir, y no era como si yo tuviese tiempo para distracciones... el simple hecho de saber que estarían en el mismo lugar, juntos, me irritaba. Ese tipo, su "prometido" como se hacía llamar, me irritaba. Sabía que en realidad no era su prometido, según ella o eso era lo que esperaba. La hermana del vampiro mencionó lo de su compromiso y peor aún lo de su boda. No pude evitar mirarla, escuchar tal cosa me hizo sentir molesto, no... no molesto... Furioso, cómo era posible que de la nada estuviesen planeando una boda pronto. No entendía nada de lo que estaba pasando. Se que es mayor, mucho mayor de hecho y que ha vivido muchos años pero no... tampoco para esto. Después de todo lo que había pasado entre nosotros, con nosotros. Hace poco era simplemente una chica de "nuestra edad" con poderes extraordinarios, una princesa, pero no todo lo que era ahora.

Cada segundo que pasaba mientras la brillante hermana del vampiro hablaba del compromiso, de la fiesta y la boda, me hacía sentir más furioso... No terminaba de comprender mis sentimientos hacia (t/n), pero por supuesto que lo último que quería es que justo que me aleje de ella se casara con otro tipo. Habíamos quedado en ser amigos, yo mismo lo decidí, ni siquiera comprendía mis sentimientos, pero lo que si tenía claro era que quería prender en fuego a ese tipo hasta que se hiciera cenizas. Mire a (t/n), ver su expresión en el rosto me hizo calmarme un poco, ella no parecía tener idea de que era lo que estaba pasando y ciertamente lo afirmó ante nosotros. Tenía que hablar con ella, tenía que preguntarle que estaba sucediendo, sé que no tenía derecho a nada, pero tenía que hacerlo en cuanto pudiera.

Narra (t/n)

Los hermanos Kamikuro, con excepción de Kaei, seguían luciendo espectaculares con su increíblemente blanca piel y brillo fuera de este mundo, todos usando lentes de contacto grises para que no se notaran sus ojos color rojo sangre. Estaban a la cima de la escalera, uno al lado del otro. En una esquina Asuna, con su cabello rubio y radiante, anunciando mi compromiso << ¿Cómo era posible que me acabara de enterar de MI COMPROMISO?>>. Seguidos estaban Haei y Kiya, los terroríficos gemelos, Haei era hermosa como una pequeña versión de Asuna con cabellos más oscuros y Kiya era idéntico a su hermana solo que en versión masculino, ambos lucían bellamente espeluznantes. Impartían ese aura que te invita a observarlos, apreciar su belleza pero que también causaba temor. Como si fuesen fantasmas. Por último veíamos a Amre, el más serio de todos los hermanos con su cabello negro azabache y su atractivo también espectral. A decir verdad Asuna, Dai y Kaei eran los únicos que parecían humanos normales, a decir verdad parecían hermosos dioses caídos del olimpo, pero al menos lucían más normales que sus hermanitos espectrales. Dai se encontraba en medio de los gemelos, luciendo con sonrisa triunfante como si esto se tratase de un juego, no veía la hora de colocarle mis garras encima y matarlo una y otra vez. Sé que debería bajarles a mis instintos asesinos, pero la rabia que me invade es increíblemente fuerte, ni siquiera sé cómo me he estado controlando en estos momentos. Me encontraba en estado de shock, es que como todos se atrevían a tomar ese tipo de decisiones sobre mí. Ni que viviésemos en la edad antigua. Seguía sintiendo como la mirada fría de Todoroki estaba posada sobre mí y eso poco a poco me comía. Yo no lo entendía.

— ¿A qué te ha gustado la sorpresa Hermosa?— reconocí el grave y varonil tono de voz al instante, Dai apareció a mi lado, de la absoluta nada. No sé cómo los invitados no se habían percatado de que había desaparecido de en medio de sus hermanos y aparecido a un lado mío. Instantáneamente levante mi mano para darle una bofetada pero él la paró en seco. — Ah, ah querida. Estamos en una fiesta, ese tipo de cosas se dejan para otros lugares. — me miró picarón mientras sostenía fuertemente mi muñeca, ambos hacíamos un esfuerzo por superar la fuerza del otro. Yo lo miraba desafiante, estaba completamente furiosa.