Almas De Fuego (Todoroki x Reader) Pausada

Situaciones inesperadas

Me desperté repentinamente, mi reloj biológico me decía que ya debería haber salido el sol, pero en la ciudad vampiro nunca salía... mucho menos en Ketsueki, ya que era el lugar más oscuro de todo el imperio de los chupasangre. A mi lado un Tomoe dormía plácidamente, a veces entendía cómo es que a todas esas chicas les gustaba mi hermano... era bastante apuesto así tranquilito y dormido sin molestar a nadie. Sentí como alguien tocaba mi cabello y miré hacia la otra dirección. Asuna estaba sentada jugando con mi cabello, en sus intentos de hacerme varias trenzas. Me sentí un poco extraña de compartir cama con Asuna y Tomoe, ya que ellos habían tenido algo en el pasado. En un sillón, estilo consultorio de psicólogo, Kaei ojeaba un libro.

— Vaya, pero si ya te despertaste hermanita. —dijo Asuna. — Cuando menos nos dimos cuenta tú y Tomoe cayeron rendidos. Así que Kaei y yo nos quedamos aquí aburridos. — era raro saber que habían pasado toda la noche en la habitación, pues los vampiros no dormían. A juzgar por como lucía mi cabello, Asuna se había pasado toda la noche haciéndome peinados y lo más probable es que Kaei leyera como unos 10 libros juzgando que era la cantidad que había bajo el sillón de cuéntame tus problemas.

— ¿Dónde está Dai? — pregunte.

— Ummm debe estar por allí, avergonzado de lo que hizo anoche. — dijo Kaei sin más y sin ninguna pizca de emoción en su rostro. Él parecía el único vampiro de sangre pura por aquí en estos días, perfecto, guapo, controlado y sin emociones.

No se escuchaba ruido alguno, por lo que era extraño, las fiestas yokai por lo general duraban más de un día.

— Dai los hecho hace poco. — dijo Asuna como si leyera mis pensamientos. — parecía trastornado. Bueno desde hace tiempo siempre parece trastornado, creo que se le han zafado un par de tornillos. A este paso lo llamaran el loco Emperador. Yo sería mejor emperador, pero en fin este reino machista...

— Asuna... — la reprendió Kaei.

— Sí, sí ya me calló.— hizo una pausa y luego con sus dos manos tomo mi cara. — Vamos a tomar un baño hermanita, apestamos a alcohol.

— Ordenaré que les hagan el desayuno a ti y a Tomoe.

Asuna me arrastró con ella hacia el baño, el cual misteriosamente ya estaba preparado. A lo mejor hace rato ordenó que lo prepararan y solo estaba esperando a que me despertase. Nos desnudamos y nos metimos a la pequeña piscina de agua caliente que tenía Dai por tina en su baño.

— Esto se siente bien. — dije sin más, hace rato que no tomaba un baño floral de este tipo, con el agua a una temperatura perfecta, los aromas florares, la sensación del jabón especial para el cuerpo y las propiedades curativas de un agua termal. No es que me esté quejando de las duchas de la UA, cumplían con su fin que te bañes pero esto era mil veces mejor deberían agregar unos baños termales a escuela. Tal vez le diga a mi abuelo que los financie.

— ¿Porqué, no te quieres casar con Dai Ni-san, hermanita? — preguntó Asuna como si fuera una niña pequeña y no una vampira de cientos de años. Me sorprendió la pregunta, pero el rostro tierno de Asuna me hizo querer responder.

— Han pasado muchas cosas y pasado mucho tiempo.

— Entiendo... — se quedó callada por unos segundos como si estuviera pensando algo yo me recosté al borde de la piscina. — Es cierto, que ese chico se parece.

— ¿Ah? — ciertamente no entendía a que se refería.

— ¿Es cierto que Todoroki Shoto es la viva imagen de tu difunto esposo en ese otro mundo?. — esa pregunta me tomo aún más por sorpresa que la anterior. No esperaba que Asuna supiera y preguntara sobre eso. — No quiero traerte malos recuerdos, pero no es algo extraño?. No quiere decir que sean la misma persona, aunque se parezcan, él era de otro mundo. Tengo entendido que también conocieron personas parecidas a nosotros. — No sabía cómo responderle el asunto a Asuna, pero era cierto. En el otro mundo había las mismas personas que en este, solo que era en otra época y todo era diferente. Ellos no eran vampiros, eran personas normales. Allá no existían los poderes, más si la magia pero solo un grupo privilegiado la poseían. Vivían aún en el imperialismo y había una guerra sin fin entre naciones. Decidí que era mejor contestarle.