En un mundo en donde los poderes destacan, habrá una persona capaz de alterar la realidad de todos, literalmente.
Nunca combines la tensión mental y emocional, todo puede salir mal.
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Todos los personajes le pertenecen Kōhei Horikoshi, el...
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El llanto y los gritos de una mujer se escuchaban por todo el lugar, varias personas vestidas con batas de hospital se movían de un lado a otro buscando la manera de resolver el problema que yacía en el vientre de una pelinegra. Un vidrio pegado a la pared era lo único que le separaba de su secuestrador, aquel hombre que le había obligado a realizar tal experimento con tal de buscar una forma de destrozar a su archienemigo: All Might.
—¡No lo hagas! ¡Por favor!
La mujer quiso levantarse de aquella camilla, pero no tenía las fuerzas suficientes para poder hacer algo al respecto. Llevaba un año secuestrada y sabía que nadie la vendría a rescatar, tal vez porque no tenía familia y amigos que se preocupan por ella, vivía en el lugar más apartado y había decidido vivir una vida tranquila alejada de la sociedad, por lo que nunca tuvo en cuenta que él viniera por ella sólo por su quirk. Los primeros tres meses de su encierro, el hombre que ordenó su captura, había intentado robarle su quirk, pero esta se rehusaba a salir del cuerpo de su portador, ella no entendía lo que pasaba, aunque se aferraba a su quirk para evitar caer en la locura del encierro.
All For One era aquella persona que decidió privarla de su libertad, fascinado por el quirk que poseía. Si bien podía robarle su poder (claro que con gran dificultad), una mejor idea se le vino a la mente. Su ambición por lograr sus ideales y derrotar al portador de One For All era tanta que no dudó en usar aquella mujer. La descendencia de dos personas con grandes quirks podría resultar maravillosa, incluso hasta podría catalogarse como monstruosa, y eso es lo que él deseaba, pero no quería perder tiempo en hacer niños hasta que uno manifieste una quirk, es por eso que experimentó con ella hasta el tercer mes del secuestro, siendo el cuarto confirmar que estaba embarazada de aquel ser maligno.
—Por favor, haré lo que sea... no me hagan esto. —rogó la mujer llorando aún más fuerte al sentir las contracciones de su vientre, señal de que estaba en labor de parto.
Nadie hizo caso a sus súplicas, posiblemente para evitar el enojo de All For One, uno de ellos se acercó a la pelinegra de ojos verdes para pedirle que pujara, pero ella se negaba hacer tal cosa, aunque ello le costase la vida.
—Tendrá que ser por cesárea.— dijo uno de los médicos sacando uno de los bisturíes de las herramientas médicas. La mujer se asustó al ver aquel instrumento con el que había experimento con ella, y sin dudarlo una nebulosa verde apareció en su mano, el objeto filoso se elevó en el aire y con rapidez se incrustó en el cuello de uno de los doctores salpicando de sangre a los que estaban cerca de él.
Antes de que pudiera hacer otro movimiento, el vidrio de la pared se rompió debido a que algo había atravesado, unas gruesas barras de color negro y rojo llegaron al pecho de la mujer, quien gritó ante el inminente dolor. La nebulosa de color verde dejó de aparecer en sus manos y la habitación quedó en un completo silencio, solo la mujer intentaba pedir ayudar, pero el dolor en el vientre y el pecho no le permitía decir o soltar alguna palabra.
