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Su timidez y miedos a los adultos le causaba problemas en la escuela, sus padres se peleaban mucho sin importar que él estuviera presente.
Cada día discusión y solo podía esconderse en la habitación hasta que todo acabara, la mirada fría y severa de su padre le causaba un escalofrío por todo su cuerpo, la ternura de su mamá era un alivió.
Sra.Park; Jimin quieres más panqueques?
Jimin: Sí.
Sr.Park: Deberías dejar de alimentarlo tanto.- habló su papá.
Sra.Park: Pero esta creciendo necesita comer más.
Sr.Park Necesita comer más, mira como esta subiendo de peso por tu culpa.
Sra.Park: Claro que no, mi Jimin esta hermoso.
Sr.Park A caso estas ciega, deberías ir al gimnasio después de clases así bajas de peso.
Sra.Park: Dejalo tranquilo.
Sr.Park: Debería ser más estricta con él, deja de tratarlo como si fuera una niña por eso es que es molestado en la escuela, por eso viene hecho una mierda porque lo tratas como una niña y no lo tratas como un hombre.
Sra.Park: Solo le estoy dando el cariño que tu no le estas dando.
Sr.Park: Cariño ja... Una paliza necesita para que aprenda ser un hombre y defenderse.
Sra.Park:No te atrevas a ponerle un dedo encima y no me digas como tratar a mi hijo.
Un año más y su padres se separaron a los 14, su mamá después de un año consiguió a alguien nuevo y se fue del país dejándolo solo con su padre.
El lo regañaba mucho, su mirada fría nunca cambiaba ni cuando sacaba una buena calificación, en el colegió lo molestaban tanto que en la hora de almuerzo prefería esconderse en un cubiculo y comer ahí.
No tenía ningún amigo, le tenia miedo a los profesores y cada vez que lo querían sacar a leer se burlaban porque su voz no se escuchaba, le preguntaban si era niño o niña y los adultos no lo defendían solo le daban más temor con lo que decían, "ellos tienen razón hasta una niña habla más fuerte que tú".
A los 15 empezó hacer mucho ejercicio y comer menos, en la hora de educación física se unieron con otro salón pero nadie se unió a él, solo tenía una pelota y una fue lanzado directo hacia él haciendo que cayera al suelo.
- Oh lo siento, ¿te hice daño amiga?
-no te vimos amiga.- se burlaban los chicos.
- Te quebraste alguna uña.
Estaba apunto de llorar, ya no soportaba más hasta que vio una pelota impactar contra el rostro de líder de aquellos chicos que lo molestaban.
