—Leena, ¿por qué decidiste la élite? —le pregunto mientras bajamos las escaleras después de que terminó la simulación—. ¿Tienes idea de los riesgos que implica ser mujer en este ámbito?
Comienzo a guiar el camino hacia la cafetería con el resto del grupo de reclutas a tan sólo unos pasos enfrente y esperando que no pudieran escuchar nuestra conversación.
—No quería algo fácil cuando ingresé —responde ella encogiéndose los hombros con calma—. Y además de que cuento contigo y con Aster.
—Aún así, Leena —respondo con un poco de pesar—. Yo he estado prácticamente en la élite toda mi vida y he sido testigo de lo que los hombres les hacen a las mujeres aquí.
—¿Estás diciéndome que debería renunciar?
—No, sólo quiero que sepas de los riesgos que puedes encontrar en este trabajo —comento antes de entrar al comedor.
Leena decide adelantarse con el grupo, al verla relacionándose con ellos con tanta calma me hizo creer que realmente estaría bien sin importar lo que llegara a pasar y quería creerlo. Había visto a varias mujeres reclutas querer ingresar a la élite pero los abusos de los hombres e incluso los intentos de violación ponían muy lejano aquel deseo para ellas y ver que Leena podía estar bastante cerca de lograrlo lo hacía increíble pero probablemente era porque yo había estado cuidando tanto de ella como del resto de las chicas.
Tomo mi charola de comida para avanzar con el resto del grupo para sentarme entre ellos como había sido desde el inicio, a diferencia de Kellan y Ereth, me gustaba comer con los reclutas ya que se formaba una mejor relación entre todos pero aún se encontraba presente esa ligera línea marcada por mi puesto como su teniente y entrenadora.
—Teniente Coronel —habla una voz masculina interrumpiendo las conversaciones que se estaban haciendo.
Alzo la mirada de mi comida para ver a un chico haciendo el saludo militar, le pido con un gesto que deje de hacerlo y lo veo poniéndose en posición de descanso a las vez que yo masticaba la comida que traía en la boca y tragaba.
—Dime.
—Han solicitado su presencia en Registro —reporta con la voz neutra.
—¿Ahora?
—Si, señora.
Dejo escapar un suspiro viendo la comida a medio terminar pero sabiendo que él no se movería hasta que yo lo hiciera por lo que me levanté pidiendo a mis reclutas que en cuanto terminen regresen a su edificio y sigo al chico por la base hasta llegar a Registro que es donde la mayoría de las chicas vendrían en cuanto se hiciera la graduación. Noté a varias chicas que conocía pero al ver quién me había llamado me di cuenta de que era la chica que había hecho mi registro cuando entré bajo el nombre de Lai Jensen.
—¿Tu eres la teniente? —pregunta con sorpresa al verme.
—¿Quieres revisarlo? —pregunto y extiendo mi brazo—. Aunque creo que estás muy bien informada como para saber que la suplantación de posición es ilegal en el ejército.
La veo con la tentación de revisar el implante de mi brazo pero al ver mi uniforme y la actitud del chico que me había traído y que ahora se movía nervioso detrás de mí fueron suficientes pruebas para confirmarlo así que sólo se disculpa y me hace entrar en su oficina poniendo en el escritorio un par de carpetas abiertas que identifiqué con un vistazo rápido.
—¿Qué han hecho mis reclutas?
—Nada malo, teniente, estos reclutas han solicitado ser transferidos a la élite.
Silas, Jack y Othell, áreas de espionaje y cibernética, eran las áreas a las cuales iban a ir pero ahora estaban solicitando su cambio a mi área. Tomo el archivo de Silas viendo los datos de sus progresos y repitiendo el mismo proceso con los otros dos reclutas. Para poder conseguir su transferencia necesitaban la autorización de su entrenador y del líder de la élite y yo era quien ostentaba ambos puestos así que no había que esperar más.
—Doy la aprobación —respondo firme—. Avisa del cambio y junta sus datos en la base de la élite.
—Si, señora.
Doy media vuelta saliendo de aquel lugar, pronto sería la graduación y sólo tendrían un par de días de descanso antes de ser enviado ya a las misiones reales y ahora el equipo que estaba formando había crecido en número, lo que en cierto modo, era beneficioso. Al llegar a mí edificio le pedí a Ereth que se encargara de arreglar la ceremonia de graduación para que nuestra ausencia no causara problemas.
La mañana era algo fría y el aire enfría mis mejillas haciendo que deje escapar un quejido a la vez que me ajustaba el saco del uniforme. Tuve que hacerle unos cambios para evitar usar la falda incómoda y más con el frío que hacía ese día por lo que traía un pantalón negro, mi camisa blanca, el saco con las dos cintas azules en el brazo derecho indicando que era de la élite y las medallas que había recibido.
—Te ves muy bien, jefa —escucho a Kellan mientras me extendía unos guantes negros junto con mi boina azul.
—Lo mismo puedo decir de ustedes dos.
Mis dos compañeros se veían bien en sus uniformes grises que representan a los de espionaje aunque me hubiese gustado más haberlos visto con su uniforme de élite. Me acomodo los guantes y subo al coche que nos estaba esperando para poder llevarnos a donde sería la ceremonia de graduación.
—¿Listos para nuestra ceremonia?
—Es la primera vez que me toca asistir como entrenador —señala Kellan claramente ansioso.
Para mí era la segunda vez que lo hacía ya que la primera fue hace unos tres años cuando yo tenía 15 años y fue la ceremonia de graduación de ellos quienes al principio les costó entender que era su entrenadora lo que hizo un poco difícil la relación recluta-entrenador .
Cuando llegamos tuvimos que caminar hacia el podio donde saludamos al resto de los líderes de áreas, quienes estaban sorprendidos de verme escoltada por dos chicos de espionaje aunque era claro que nadie sabía exactamente que habían hecho antes de ser enviados ahí. El camión que traía a los reclutas llegó varios minutos después, los veo bajar con sus uniformes de camuflaje azul marino y tomando sus asientos frente al podio.
Al llegar el general nos levantamos haciendo el saludo debido para mostrar respeto, durante la ceremonia se dieron a conocer los resultados que habían conseguido durante los tres meses y argumentando que eran las mejores puntuaciones que se habían visto con un grupo de reclutas desde hace un tiempo. Para la asignación de sectores, eran los líderes de área quienes les daban la insignia que representa que ahora eran miembros de las áreas. Felicité a cada uno de mis reclutas mientras colocaba aquella insignia viendo la emoción de cada uno por formar parte de la élite mientras me saludaban.
En cuanto la ceremonia terminó, tuve que detenerme por varios minutos mientras hablaba con los reclutas que se habían ido a otras áreas y quienes me agradecen por el tiempo que habíamos compartido y las chicas también me agradecieron por haber velado por su seguridad durante su tiempo de recluta.
Me acerco al camión donde se encontraban mis nuevos y recién graduados miembros del equipo quienes al verme hacen de nuevo el saludo.
—Van a ir a su edificio ahora mismo para recoger sus cosas —informo viendo sus rostros confundidos—. Ahora se van a instalar en mi edificio el cual será su residencia permanente y quiero que tomen lo que crean necesario para una salida de dos días al bosque.
—¿Al bosque? —escucho la voz de Ren.
—Falta su bienvenida por parte de sus instructores, así que prepárense y los veré en la entrada norte del bosque en unas dos horas.
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Alma de Acero
Teen FictionBitácora del cabo Kellan. 15 de diciembre de 2263. Sin ningún detalle digno de mención. El cabo cierra la libreta mientras mira desde la torre de vigilancia la nieve caer afuera de la base militar y se cerraba la chamarra verde cuando nota movimi...