Capítulo XIV

159 17 0
                                    

Comienzo a caminar alejándome de la zona del bosque y deteniéndome sólo para rasgar la blusa de tirantes que traía debajo del uniforme para amarrarla sobre la herida y así evitar ir derramando mi sangre por todos lados aunque no era mucha y realmente no era algo que me importase.

-Soldado, ¿hacia dónde se dirige? -escucho que preguntan detrás de mí casi en cuanto entro a la sala médica.

Me detengo respirando hondo para voltear a ver al sujeto que claramente no contaba con un instinto instinto de supervivencia aún viendo mi uniforme o la insignia que marcaba mi autoridad además de que yo no traía la suficiente paciencia como para soportarlo.

-Iba a la enfermería hasta que me detuviste -contesto de forma brusca.

-¿Motivo?

Meto mis dedos por debajo la tela de mi brazo tocando mi herida para mostrarle la sangre que ahora los manchaba y casi obligándolo a ver mi brazo con el pedazo de tela que lo envolvía

-Más te vale que me dejes pasar o sino te daré un motivo para que tu también vayas a la enfermería.

El sujeto se muestra sorprendido de mi tono insolente y mis palabras a la vez que yo pensaba el modo de noquearlo sin tanto esfuerzo por lo que el ambiente comenzó a tornarse bastante tenso entre nosotros y antes de que pasara algo grave escuchamos los pasos apresurados de alguien corriendo hacia nosotros así que volteamos a ver encontrando a un chico con el uniforme de inteligencia quien al acercarse toma una bocanada de aire y hace el saludo militar.

-Teniente Coronel y Sargento Mayor -expresa con la voz entrecortada.

Sonrío al ver como el sargento volteaba a verme al escuchar al chico mencionar mi cargo claramente dudoso de que alguien tan joven como yo pudiera ostentar una posición tan alta pero debía ser porque desde el inicio casi nunca venía a la ala médica ya que en cuanto sabían que estaba herida mandaban a una enfermera a mi edificio.

-Descansa -ordeno firme haciendo que deje de saludar-. ¿Qué ocurre?

-Teniente, han solicitado su presencia en la sala de operaciones de manera inmediata.

-Muy bien, me adelantaré pero tu ve con la jefa de enfermería, diles que es un código 125 y alguien vendrá contigo. Llévala a la sala de inmediato -hablo sin emoción y volteo para asentir-. Sargento.

Doy media vuelta saliendo de ahí cambiando de rumbo para cruzar el puente que unía a los dos edificios e ingresar al elevador presionando el botón número 10 y pasar el antebrazo frente al lector para que este pudiese avanzar al leer el ID de mi implante haciendo que este en vez de subir descendiera aunque técnicamente si pasabas el brazo y tu cargo no era lo suficientemente alto el elevador subiría para llevarte a un piso de oficinas.

Cuando las puertas se abrieron tuve que caminar por un corto pasillo para encontrar una puerta a la que nuevamente tuve que poner mi brazo sobre el lector para que esta se abriera y me dejara entrar a la sala de operaciones yendo directo a una de las sillas que rodeaban la enorme mesa dejándome caer en ella viendo al general frente a mi observando uno de los tantos monitores que estaban frente a él.

-Escuché que hoy comenzaban las misiones de campo -habla volteando a verme al notar mi presencia-. ¿Qué tal les fue a los reclutas?

-No tan bien como esperaba -comento quitando el trozo de tela manchada y dejándolo sobre la mesa-. ¿Para qué me llamaste aquí? Porque, siendo sinceros, no creo que te importe mucho lo que haga con mis reclutas.

Sonríe culpable y chasquea los dedos para que pongan los archivos sobre las pantallas a la vez que el chico que había ido a buscarme entra con una mujer que portaba el uniforme de enfermería y su maletín aunque claramente no era de las nuevas, había un grupo de la ala médica formado para atenderme cuando estaba lastimada y que contaban con un con por lo que ya me conocían y yo a ellas. La saludo con una sonrisa al reconocerla y dejo que comience a limpiar mi herida casi sin notarla.

Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora