Capitulo 3

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—Las apariencias engañan—dice mi amigo—Aunque lo guapo no se lo quita nadie.

—Cállate la boca Jess—le grita Maya golpeándolo con el codo. Nos despedimos y cada uno va a clase.

Al finalizar el día Maya y yo regresamos a casa de Elliot. Voy a lavar el abrigo manchado y le cuento la razón de la llamada de Nicolas.

—¿A qué hora dijiste que sería la cena?—pregunta Maya mientras se acomoda en mi cama, mirando el closet.

—A las ocho. Puedes tomar algo de ropa, no tengo problema.—un silencio sepulcral nos acompaña por unos segundos.

—Creo que me gusta Nicolas.—me suelta sin más. No es sorpresa que sea directa, y tampoco es sorpresa que le guste mi hermano. Comienzo a reír y ella me observa con intriga.

—Por favor, Maya. Se notaba a kilómetros cuando éramos niñas. Papá siempre molestaba a Nic. Recuerdas cuando íbamos a la casa en costa y te quedabas espiándolo desde la orilla mientras él surfeaba—ambas nos echamos a reír—Era muy obvio.

—Claro que lo recuerdo, y ese es el problema. También lo considero como mi hermano, pero no puedo evitar lo que siento, además, tiene enamorada y es... ¡Barbie!

—¿Y? Ella puede ser Barbie, pero tu eres Rapunzel. Las princesas siempre ganan —la sacudo por los hombros y guiño un ojo haciendo que se ría.

Maya me mira y me cuesta descifrar su expresión. Me acerco a ella y le doy un abrazo muy fuerte.

Nos empezamos a arreglar para ir a la cena mientras escuchamos música. Cantamos More Than A Woman, bailamos por toda la habitación con el peine en la mano, y continuamos arreglándonos.

Lo sé, algo antiguo para nosotras, pero nunca está demás poner un clásico.

Llevo una falda beige de corduroy con una chompita de lana color blanca y unas botas cortas color negro. Maya sale del baño, está preciosa. Tiene un palazzo de color negro y un polo manga tres cuartos de color beige, unos zapatos del mismo color y un collar colgante.

—Estás preciosa—Exclamo emocionada. Sonríe y me agradece.

Me maquilla un poco porque soy súper pálida y hace algo similar en su rostro. La verdad es que jamás aprendí a maquillarme, pero está en mis metas de este año.

Tomo el celular y llamo a mi hermano.

—Ratón, estaba por llamarte. Estoy abajo.

—Ahora bajamos—respondo. Por más que me cueste el hecho de ir en el mismo auto que mi hermano y Barb... su enamorada, me aguanto y trato de entablar la conversación más sana posible con mi cuñadita.

—Hola Kate, te presento a Maya, mi mejor amiga.

—Hola Avril, que linda estás. Tú también—dice mirando a Maya. Sus ojos recorren ambos cuerpos, creo que se quedará virola de tanto hacerlo y sin saber a cuál de las dos mirar.

—Gracias—respondemos ambas y nos quedamos perplejas ante su amable actitud.

Esto es novedoso. Mi hermano es el mejor del mundo, aunque su gusto en cuanto a chicas me resulta pésimo. Su última enamorada me odiaba tanto que lo hizo elegir entre ella o yo. Lógicamente, él me eligió y terminaron. Aunque sigo sin entender el por qué del odio.

—Hola abeja Maya—dice Nic, y Maya se convierte en un Tomate. Él me abraza y le doy un pequeño golpe, el sabe por qué.

Cabrón, pienso. Sabe que a ella le gusta desde los cinco años y la molesta de la misma forma cada vez que la ve. Otro pedazo de idiota.

¿Él me conoce?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora