—¡Avril, llevas dos horas en el baño—golpea la puerta de nuevo—quieres apurarte!
—Te quejas como niña—respondo a su llamado abriendo la puerta de golpe.
—Ya está listo todo—suspira—Jenn llegó hace más de diez minutos, ¿no le dijiste que te irías?
—No te dije que ella vendría con nosotros—mi hermano saca los ojos de la cara y se pone mas rojo que un tomate.—¿por qué esa cara? No es que vaya ser la primera vez que viajamos con ella.
—No, solo que aveces me sacan de quicio sus respuestas.— volteo los ojos a mi hermano. No se que tiene, actúa como un niño.
Subimos al auto los tres. Nic arranca y yo pongo la música. Suena <<There She Goes>> de <<The La's>> , mientras Jenn y yo cantamos. Mi hermano se detiene en un semáforo y toma la ruta equivocada.
—¿A donde vamos?—él no responde y se detiene en la puerta de una casa. Es la más hermosa de la cuadra, probablemente la más grande. Lucas sale por el portón de la cochera.
—No me dijiste que vendría Lucas.
—Y tu no me dijiste que vendría Jenn.—susurra.
Jenn está al teléfono y gracias al cielo no escucha nuestra discusión.
—¿Por que me haces esto?—pregunto.
—¿Acaso te gusta?—contrapregunta mi hermano.
—No, solo es muy molesto—respondo cortante
—Bueno pues para mi también—responde hablando de Jenn.
Observó a Lucas caminar hacia el Auto y me bajo del asiento delantero para cederle el sitio.
—Iré atrás. —digo.
—No está bien, no importa. Además tengo sueño.
—Puedes dormir adelante—le doy una sonrisa falsa y tomo asiento atrás. Jenn cuelga su llamada y se acuesta en mis piernas. Sigo teniendo el poder de la música en mis manos, así que pongo la siguiente: <<Dreams>> de <<Fleetwood Mac>>, empiezo a moverme al ritmo de la melodía y pausan la canción desde el tablero del auto.Siguiente, siguiente, siguiente y suena la melodía que había evitado por tanto tiempo, esa que calaba mi alma. Aquella que me hacía pensar solo en él. <<Wouldn't it be nice>> Me hace viajar en el tiempo a cada momento junto a papá. Aquella canción era felicidad. Era él.
Sin darme cuenta una lagrima resbala por mi mejilla. "No sería agradable si...". Me limpio de inmediato los ojos y los dejo cerrados mientras me acuesto en la puerta del auto a descansar. Las notas no dejan de sonar en mi cabeza a pesar que la canción ha terminado. Nuevamente me quedo dormida con un nudo en la garganta. Un nudo que me deja vacía, que no me deja avanzar.
Unas horas después, llegamos a Linton. Hogar, dulce hogar. Nicolás abre la cochera, mete el carro y todos sacan sus maletas.
—Ratón, te has traído el closet.
—Al menos traje ropa, tu no has traído ni maleta.
—Tengo ropa acá, monga.
Entramos por la cocina, la puerta chilla anunciando nuestra llegada. Huele a pie. Aroma dulce e inigualable. Caminamos hasta la sala y encontramos a mamá en su rincón.
—¡Huele a DIOSES Alice!—exclama Jenn mientras saluda a mamá.
—Mami—corro a abrazarla y ella deja su libro. Comienza a reír por mi abrazo.
—Yo también te he extrañado cariño—dice en voz alta. Se logra poner de pie y me da un beso en la frente.—estás hermosa—dice finalmente.
—Lucas, esta es mi mamá. Mamá el es Novoa. —dice mi hermano.
—¡Tu eres Novoa!—dice emocionada—John me ha hablado maravillas de ti. Te estimaba mucho.—le da una sonrisa delicada.
—Un gusto señora, yo también lo estimaba.—le devuelve la sonrisa.
—Oh por favor no me llames señora, dime Alice. Espero te guste el pie, acabo de preparar uno. No es por presumir pero el mío es el mejor del pueblo.
—No lo dudo—dice Lucas.
Después de probar el pie de mamá, Jenn se va a su casa para ver a sus padres. Me quedo sola en casa porque mamá regreso a la tienda, y Nic fue a enseñarle el pueblo a Lucas. Decido ir a mi segundo lugar favorito. Mi bicicleta de paseo amarilla está apoyada en el patio trasero de la casa. Camino hacia ella y observo lo empolvada que está.
—Necesitarás esto si quieres pasear en con esa vieja amiga.—Roberta me sonríe con un paño en la mano.
Corro hacia ella, me abraza con la misma intensidad y emoción. La he extrañado mucho estos meses.
—Me has hecho mucha falta "vieja amiga"—respondo acostándome en su hombro.
Roberta ha trabajado por años en la casa, empezó siendo mi nana, pero a medida que yo iba creciendo se volvió el ama de llaves. Siempre ha estado para mi: Cuando perdí mi primer diente. Cuando me regañaban por escaparme a Linlake solo para observar la pequeña cascada tenía. O cuando ponía en marcha cada idea loca que se me ocurría. Y cuando perdí a papá.
Después de contarle todo lo que he pasado en estos meses a Roberta, siento que el peso de mis hombros se hace más ligero.
—No puedes que dejar esos nudos se hagan más grandes, o que el dolor se convierta en una tormenta. Debes seguir adelante pequeña, sé que duele.
—Todos siguen adelante, y yo no puedo. Me siento más sola que nunca. Mamá y Nic lo lloraron juntos, yo no pude. Y ahora que intento seguir adelante, solo siento un vacío sin fin. Cada que duermo con un nudo en la garganta, tengo pesadillas, y ahora él. Solo aparece y dice conocerme, conocer a papá. Escucha las mismas canciones que él, conoce mis gustos y se mete en mi cabeza.—Intento no llorar. Tengo el corazón en la garganta y como siempre, solo quiero escapar. Escapar de mis recuerdos, de mi misma.
—Mientras no seas sincera contigo, no podrás dejar ir el dolor. Jamás podrás cicatrizar, y eso te va a consumir.Las palabras de Roberta suenan en mi cabeza mientras pedaleo por la ciudad. No hay mucho que ver pero cada calle tiene su encanto. En el centro del pueblo en una esquina, al lado de una florería llamada Mon amour. Se encuentra la tienda de mamá. La esquina más dulce de la ciudad. Y no lo digo porque sea empalagosa, en lo absoluto. Me refiero a que todos pasan aunque sea una vez por ahí, y su día no está completo si no compran un postre donde en Miller's Bakery.
Recuerdo el día en el que mamá inauguró su pastelería, tenía tantos planes y tantas metas, pero aveces los planes no resultan como uno quiere y la vida toma otro camino.
Ding, suena la campanilla de la puerta. Observo a todos los comensales, las meseras y entro a la cocina.
—Avril, que bueno verte.—dice Mike
—¡Bonita has vuelto!—Dice Mila.
Mientras camino devuelvo los saludos a todos hasta llegar a mamá.
—¿Helado gratis?
—Helado gratis—respondo sonriente.
Mientras mamá me sirve helado, noto que observa lo hinchada que tengo la cara bajo los lentes. Me los pone en la cabeza y ladea la cabeza.
—¿Te encuentras bien?—pregunta. A lo qué respondo moviendo la cabeza hacia arriba y abajo.
Miento a señas, lo único bueno que se hacer.
—Recuerda que a las cinco nos entregan los vestidos. Cambia esa cara que te ves más bonita cuando no lloras.—Me da un beso en el cachete y vuelve al trabajo.
—Gracias por el helado ma, te amo—le sonrío y salgo hacia la Florería.
—¡Avril has vuelto!—exclama Pepe, el vendedor.
—Hola Pepe, es bueno verte. Me das lo de siempre por favor.
—A la orden bonita.
Me entrega un ramo sencillo de las flores más coloridas que tiene en cada cesta. Y una rosa roja a parte.
—Aquí tienes—digo dándole su paga y recibiendo mi ramo.
—Para un hombre que se merecía más que el cielo y la tierra juntos—dice Pepe sonriéndome. Asiento con una sonrisa en el pecho y el corazón en la boca.
Coloco el ramo y la rosa en la canasta de mi bicicleta y el helado en la mano izquierda.
Pedaleo un par de cuadras abajo, me detengo en el cementerio y le pongo la cadena a mi bicicleta. Camino por el césped y hojas muertas recién caídas por el otoño. Estos crujen en el suelo hasta que todo se vuelve verde y hermoso.
—Hola papá.—tomó asiento en el césped dejando el ramo encima de la placa que lleva su nombre.
"John Miller. Padre, hijo y amigo. Por siempre en nuestros corazones"
—Para un hombre que se merecía más que el cielo y la tierra, y yo solo tengo flores para darle.—digo mirando hacia la nada. Saboreo mi helado y continuo—hablé con Roberta, es la única que me entiende, no eres tú pero me quita un peso de encima.—río sola, trago y continúo—hoy escuche wouldn't it be nice. "No sería agradable si..." —no logro terminar nuestra frase y se me corta la voz. Reprimo el impulso de llorar y respiro.
Durante meses hice esto, venir al cementerio, todas las semanas. Siempre venia con algo, algunos empezaron a verme como la rara que no dejaba ir, pero es que nadie entendía lo que yo acababa de perder. Poco a poco el cementerio, y Linlake se habían vuelto mi segundo hogar. Pasaba el día en ellos, si no era sola, era con Jenn y Ross.
Me limpio los ojos con la servilleta del helado, y doy un brinco al escuchar una rama crujir atrás de mi. Esta él. Lucas.
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¿Él me conoce?
Genç KurguDespués de un doloroso momento en mi vida estoy en otra ciudad empezando la universidad. Todo empezaba a encajar de a poco de nuevo, hasta que en un encuentro inesperado conocí a Lucas Novoa, quien al parecer sabia más que yo sobre mi propia vida. J...