Los juegos del hambre continuan

Los juegos del hambre continuan. Parte 3. Capitulo 3.

(Inciso en la historia para indicar que serán capítulos cortos, simples y de lectura rápida para daros por fin un final. No estarán muy desarrollados y la escritura será sencilla pero creo que ya es hora de terminar la historia solo para que podáis saber que ocurría... Yo apenas lo recuerdo ya y creo que os lo debo)

Capitulo 3.

Mis padres han decidido que lo mejor es que me quede con Finnick en el distrito 4. Creen que eso me ayudará. Ambos se han unido con Gale, Haymicht y el Capitolio a la búsqueda de los tres tributos que Panem no pudo rescatar. Entre ellos está mi hermano. Es tan extraño, tan injusto que unos se salven y otros no puedan hacerlo. ¿Por qué yo? Esa idea hace que me retuerza y que tenga que repetir una vez más en mi cabeza "Mi nombre es Amy Mellark Everdeen. Hija de vencedores. Vivía en el distrito 12. El capitolio reapareció. Tuve que participar en los juegos del hambre. Desde entonces mi vida ha sido un infierno. Supuestamente debía morir para salvar a mi hermano y que fuese el vencedor. Eso no ocurrió. Panem consiguió encontrarnos tras varios días allí. El antiguo Capitolio se llevo a mi hermano antes de tiempo. Ellos me lo arrebataron."

Noto como Finnick me agarra de los hombros y me baja del tren. El tren había parado y yo ni me había dado cuenta. Bajamos a una especie de estación y me agarra la mano dirigiéndome hacia su casa. El camino se me hace eterno y me derrumbo cada vez que mis pensamientos vuelven, aun así, intento aparentar seguridad. Creo que ya hemos llegado. Finnick me aprieta la mano y me hace una señal para entrar. Llevó mucho tiempo sin hablar con él, sin hablar con nadie. Me conduce por unas escaleras hacia el piso de arriba. Alguien deja mis cosas en una habitación a la cual Finnick me lleva en brazos. Me deja en la cama y me tumba. En silencio me da un beso en la frente y se va, cerrando la puerta. Dejándome sola. Porque Finnick sabe que lo único que necesito en este momento es estar sola. Siento que me han quitado una parte de mí. Lo único que hago durante todo el día es estar callada, en silencio, reprimiéndome mi culpa. Sí, mi culpa. Mi deber era protegerle, proteger a mi hermano que con solo cinco años había sufrido más que otras personas a lo largo de toda su vida. Me siento culpable de seguir viva, era yo quien tendría que haber muerto en la Arena. Ahora ellos tienen a mi hermano y a saber lo que le está ocurriendo en este mismo instante. Siento que no puedo más y agarro mi almohada dejando que mis pensamientos y mi culpa me invadan, dejando que el miedo recorra mi cuerpo y dejando caer mi esperanza junto a la lágrima que cae en este momento por mi rostro.

Oigo la dulce voz de Annie preguntándole a Finnick por mí. Se está portando como una segunda madre conmigo, eso me arrebata una pequeña sonrisa que no tarda en borrarse al recordar otra vez a ese dulce niño de cinco años. Cierro los ojos tranquilamente esperando a que mañana suene el teléfono con una buena noticia. Solo quiero oír una frase: "Tenemos a Gale, está bien". Tras pensar en esa frase me sumerjo en un mundo de sueños que por los acontecimientos recientes hacen que en vez de simples sueños, sean horribles pesadillas.

Me levanto como cada mañana en esa habitación del distrito 4. Estoy en la casa de Finnick, en un cuarto que Annie preparó para mí. Al levantarme de la cama doy una vuelta por la habitación que está llena de recuerdos de la vida de Finn. Desde que era pequeño hasta apenas un año. Fotos decoran las paredes, también veo a alguien a quien reconozco, un buen amigo de mamá, en mi casa hay fotos de él. El padre de Finnick. Se parece en el en casi todo, podría decirse que prácticamente son la misma persona, sus ojos les caracterizan. Veo algo en la habitación que me extraña ya que antes no estaba. Me dirijo hacia el escritorio y cojo una carta que hay. Supongo que será de Finnick o de mis padres. Tengo miedo a abrirla pero tal vez sea una buena noticia. Giro la carta para ver el nombre de quien me la manda pero lo único que encuentro escrito en un 'Para Amy'

Decido abrirla porque mi curiosidad es mayor que el miedo. Cuando empiezo a leer se me viene el mundo encima.

'Tributo Amy: