Capítulo 10

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¿Alguna vez les pasó que debían odiar a alguien, pero por alguna razón les era imposible? ¿De no querer perjudicarla a pesar de todo lo que hizo? ¿De querer perdonarle, darles otra oportunidad, cuando no pidió perdón? ¿Les paso que se querían qued...

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¿Alguna vez les pasó que debían odiar a alguien, pero por alguna razón les era imposible? ¿De no querer perjudicarla a pesar de todo lo que hizo? ¿De querer perdonarle, darles otra oportunidad, cuando no pidió perdón? ¿Les paso que se querían quedar a su lado, cuando ni siquiera te valoraban?

Pues eso le pasaba a Jessica, no quería enfrentarse a Marcos, estar en su contra. Ella anhelaba recuperar aquella relación perfecta que tenían. Deseaba que el cariño que él le tenía, volviera. Sin embargo, sabía que eso era imposible.
No era momento de pensar en algo que nunca ocurriría. Aunque dentro suyo algo le decía que no, debía aceptar que él cambió. Ese hermano protector y cariñoso, se había ido.

—¡Hey Marcos! — habló nerviosa la pellirroja — ¿Quieres que te muestre las estadísticas de mi último video? —intentó distraerlo

— Eres una gran amiga, pero no funcionara —señaló a Jessica—Mocosa, a mi oficina.

—No —dijo sin más.

—¿No? No estás en posición de negarte, mocosa — se acercó a ella.

Ezequiel disimuladamente tomó las manos para que ella no se asustara. Lo que no sabía era que ella sentía mil cosas, pero definitivamente no estaba asustada.

—Quizás tengas razón, no estoy en posición de negarme, pero aun así tengo un nombre mucho más bonito que ese apodo nefasto.

—Me importa muy poco, vámonos —la chica negó con su cabeza

—Hasta que no digas mi nombre, no me iré de aquí —se cruzó de brazos —Dices mi nombre y te sigo o nos quedamos aquí viéndonos como dos personas que se quieren.

Era gracioso ver como algo tan estúpido haya logrado que Marcos se encuentre en una pelea contra su orgullo. Guillermo, Aillen y Ezequiel se aguantaban las ganas de burlarse, mientras que Jessica se preguntaba que pasaba por la mente de Marcos, era imposible que lo haya puesto en aprietos con algo tan tonto.

Por su parte, Marcos realmente se encontraba analizando toda la situación. Si la llamaba por su nombre le daría un poco de satisfacción a ella, pero si mantenía su orgullo y dejaba que el enojo lo controlara, esos 3 que estaban allí, saltarían a defenderla y quedaría mal parado.

—Emily, a mi oficina ahora.

Marcos no iba a perder esa batalla, por más pequeña que sea, pero estaba consciente de que no la podía ganar. Por esa razón, decidido empatar la situación, llamándole por su segundo nombre.

—Viste que no era tan difícil, Marquitos— dijo para luego ingresar al lugar, seguida de Marcos, quien procuro que el resto de influencers no los siguieran

—Una cosa te prohibí...—cerró la puerta — ¡Una puta cosa te pedí y no eres capaz de cumplirlo! —gritó enojado, pero ella ni se inmuto.

— ¡Uy si! Habló el señor que cumplió todas sus promesas —dijo en tono sarcástico, haciendo alusión a lo que ocurrió en el pasado

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