One-Shots ~ Raquel y Alicia.

7.2

R- ¿quieres algo de beber? -la pelirroja negó con la cabeza.
A- Has cambiado mucho tu casa...
R- Sí, la he redecorado.
A- Pues te ha quedado muy bien.
R- Siéntate por favor. -Alicia se sentó en el sofá.
A- ¿De qué quieres hablar?
R- ¿en serio lo preguntas? Te creía más avispada.
A- Muy graciosa.
R- No quiero que nos odiemos.
A- No te odio...
R- Quiero que nos llevemos bien, pero para eso hay que zanjar bien las cosas.
A- Las cosas llevan años zanjadas, Raquel.
R- Alicia sabes que no, ninguna se ha olvidado de la otra y lo sabes.
A- Joder Raquel, siempre metiendo el dedo en la llaga.
R- Admites que aún hay herida...
A- ¿cómo coño no va a haber herida?
R- Pues curémosla juntas.
A- Raquel... déjalo así. -la pelirroja se decidió a salir de la casa.
R- No, Alicia. No puedo perderte, no otra vez. -la castaña cogió la cara de la pelirroja uniendo sus labios en un beso.
La pelirroja no tardó en separarse de la que hacía tantos años prometió ser su compañera de vida.
A- No le tienes Raquel... no me tienes... -Alicia salió rápidamente de la casa y se montó en su coche.

Llegó a casa y se tiró en el sofá, le fue imposible contener las lágrimas que brotaban de sus ojos. Decidió llamar a su amigo Carlos, era el único que la entendería.
C- ¿Alicia?
A- Me he ido, no ha salido bien, no podemos caer de nuevo...
C- Alicia no puedes negarte al amor.
A- Soy un pájaro libre Carlos, no puedo comprometerme de nuevo, solo le haría daño.
C- Alicia, podría ser libres juntas.
A- Me está llamando por la otra línea.
C- Cógelo.
A- Ahora no Carlos... voy a dormir...
C- Alicia.
A- No tengo energía ahora.
C- Está bien, trata de descansar. -Carlos colgó el teléfono y la pelirroja se tiró en su cama.
Pasó toda la noche dando vueltas, varias veces se iluminó la pantalla de su teléfono dejando ver las llamadas entrantes de Raquel.
Decidió no atender a ninguna, por su parte Raquel sentía que había jodido la última oportunidad que le quedaba con Alicia. Pero el tacto de los labios aterciopelados de la pelirroja la hizo delirar.
Decidió dejarle un mensaje y apagar el teléfono, había perdido la esperanza de que le contestara las llamadas.
"Todo el tiempo fuimos como una fiebre en verano, un sudor frío y unos nervios desesperados... No estoy segura de qué pensarás en estos momentos... pero algo me hace sentir que no puedo vivir sin ti, quizá sea la manera en la que te mueves, como si tuvieras toda la vida bajo control. No sé cómo sentirme al respecto de todo esto, ni tampoco cual de nosotras se derrumbará antes, pero sé que cuando estoy a oscuras eres la luz que me ilumina...
Alicia, quiero que te quedes, esta vez estoy dispuesta a todo por ti."

Por la mañana, Alicia se levantó y se dió una ducha, no había dormido prácticamente nada, se sentía cansada y solo quería pasar todo el día en la cama. Pero sabía bien que eso no sería posible.
Cogió su teléfono y tenía varios mensajes de Carlos, pero uno de Raquel que le llamo especialmente la atención. Tras terminar de leer el pequeño texto, una lágrima traviesa corrió por su mejilla. Se la limpió rápidamente y se preparó un café.
Raquel no había dormido en toda la noche, esperaba un mensaje de vuelta que no llegó. No le sorprendía, sabía que Alicia era muy orgullosa y que aunque estuviera mal no sería capaz de decírselo.
La castaña decidió salir a pasear para despejarse, estuvo un largo rato recorriendo las calles, decidió sentarse en un parque al que solía ir hacia tiempo. Se estiró en la hierba a observar las nubes, hacía sol, el cielo estaba descubierto y el paisaje era precioso.

Alicia pasó toda la mañana ordenando su casa y tratando de despejar la mente de mil maneras posibles, el reencuentro con Raquel la había removido por dentro pero se negaba a aceptarlo, ni quería volver a pasar por lo mismo y volver a sufrir. Cuando lo dejaron fue por la distancia y la falta de tiempo, es cierto de que ahora eso no sería problema, pero lo que se rompió una vez nunca vuelve a quedar como antes.
Decidió llamar a su amigo Carlos, la noche anterior no terminaron de hablar.
C- ¿estás mejor?
A- Bueno...
C- ¿por qué te niegas a intentarlo?
A- No quiero volver a romperlo, no quiero sufrir otra vez.
C- Alicia ahora es diferente.
A- Carlos lo que se rompe una vez no vuelve a quedar como antes...
C- En eso tienes razón, Kintsugi.
A- ¿Qué?
C- Es la técnica japonesa que se ocupa de reparar las roturas con oro, haciendo énfasis en las fracturas en lugar de ocultarlas y embelleciendo así la pieza. Las cicatrices nunca se van a ir Alicia, puedes tratar en vano de ocultarlas o mostrarlas como marcas de guerra y aprender de ellas.
A- Eres un cabron, siempre me sacas tus términos raros y acabas teniendo razón. -rió la pelirroja.
C- venga, deja de esconder tus heridas y afronta la realidad Alicia, sigue tu corazón por una vez.
A- Gracias Carlos.
C- No hay de qué. -tras colgar el teléfono, Alicia se dispuso temblorosa a llamar a Raquel. Lo hizo rápido porque sabía que si lo pensaba demasiado lo sería capaz de hacerlo.

Tras el largo paseo, Raquel volvió a su casa.
Se había dejado el teléfono, al llegar vió una llamada perdida de Alicia. No pudo evitar que su corazón latiera muy rápido.
Devolvió la llamada y escuchó nerviosa como sonaban los tonos.
R- Alicia...
A- Raquel...
R- ¿pasa algo?
A- Llevo años tapando y ocultando las heridas... ¿conoces el Kintsugi? Es una técnica que se ocupa de arreglar las cosas rotas con oro, enfatizando así la rotura y embelleciéndola.
R- Algo he oído... ¿qué me quieres decir con eso?
A- Que llevo muchos años ocultando algo que realmente tenía que haber afrontado. Deberíamos de haber sido más maduras y no haber dejado pasar el tiempo.
R- Aún estamos a tiempo...
A- ¿estás segura?
R- Contra todo pronóstico.

____________________________________

Hola, espero que os haya gustado.
He dejado como foto de portada del capituló la técnica de Kintsugi, por si alguien no la había visto.
¿Qué os ha parecido?
Gracias por leerlo.❤️