One-Shots ~ Raquel y Alicia.

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Alberto- Raquel es mía, ¡puta! -fueron las últimas palabras que escuchó Raquel Murillo antes de ver cómo la bala atravesaba el cuerpo de su amante.
Sintió como el tiempo se paraba, el cuerpo de Alicia en el suelo mostraba el dolor más grande que podía observar. A lo lejos se escuchaban sirenas, Raquel se precipitó al cuerpo y sostuvo su cara.
R- No puedes irte Alicia, no puedes dejarme. -la piel de la pelirroja era pálida, sus ojos estaban cerrados y no parecían tener intención de abrirse.

Doc- Señorita por favor apártese. -arrancaron el cuerpo de Alicia de los brazos de Raquel, dejando a esta desolada en el suelo. Tras varias súplicas logró que la dejaran ir en la ambulancia.
No pudo pasar al quirófano, por lo que esperó de un lado para otro.
"Alicia es fuerte" Se repetía. No estaba lista para llevar una vida sin ella, era lo único a lo que realmente había querido. Por primera vez tenía algo que perder.

Las horas pasaban y el tic tac de ese reloj era cada vez más insoportable, el silencio ensordecedor de la sala de espera ponía los pelos de punta a Raquel, la cual sólo esperaba una noticia.
El doctor llegó a la sala, no tenía buena cara.
Doc- Hemos hecho todo lo que hemos podido, está muy grave. Ha soportado la operación pero está crítica.

Dejaron que Raquel pasara a ver a su compañera, tomó su mano y dejó caer sus lágrimas, no quería continuar sin ella, no podía.
R- Ali, no me dejes ahora. Te quiero, siempre voy a quererte. -La castaña lloraba desconsolada ante la situación que le había tocado vivir, no podía hacer más que rezar para recuperar a la que era el amor de su vida.
Dejaron que durmiera en el sofá de la habitación donde estaba Alicia.
La noche pasó larga, cuando Raquel logró dormir escuchó un sonido ensordecedor.
El monitor se había convertido en un pitido fijo, no había vuelta atrás. Alicia la había dejado, la había dejado para siempre, y con ella se había ido el corazón de Raquel, el cual siempre le pertenecería.