Alicia no está embarazada y Paula no existe.
____________________________________C- Alicia...
A- Dime Carlos.
C- No quiero que te alteres, ni que montes un drama, pero mira quien acaba de entrar. -Alicia se giró haciendo que sus ojos se toparan inmediatamente con aquella castaña, Raquel Murillo.
Iba acompañada de una chica de su altura y cabello negro. Alicia no pudo evitar que su corazón se detuviera por un segundo.
Casi sin darse cuenta dejo resbalar el café entre sus manos, haciendo que esté gallera al suelo y así sacándola de sus pensamientos.
A- Mierda.
C- ¿Estás bien?
A- Sí, mejor vámonos. -Ambos salieron del bar rápidamente perdiendo de vista a las dos chicas.
C- ¿Necesitas hablar?
A- No, es solo que... no esperaba volver a ver a Raquel.
C- No l has superado ¿me equivoco?
A- Llevaba mi collar, Carlos... Llevaba el Edelweiss que le regalé hace tantos años.
C- ¿Edelweiss? ¿Eso no es una flor?
A- En efecto, hay muchas leyendas sobre esa flor, se la regalé cuando salimos de la academia, es de Swarovski, tiene incrustaciones de piedras preciosas. Es un colgante muy exclusivo. Era perfecto para ella, para mí Edelweiss es la flor más bonita de todas.
C- Joder Alicia, aún la quieres...
A- Claro que la quiero, pero se acabó. -la pelirroja se giró y tras das un par de pasos se encontró de nuevo de frente con la morena, esta vez Raquel iba sola, parece que el destino no estaba de su parte.
R- A... Alicia. -Raquel la saludó notoriamente nerviosa.- cuanto tiempo...
A- Cuanto tiempo... sí...
R- ¿cómo... cómo te ha tratado la vida?
A- Bien, ¿a ti?
R- Bueno, bien. -las manos de Alicia sudaban, ni esperaba tener que saludar a Raquel.
C- ¿Raquel?
R- Carlos, cuantos años hace que no te veo. -Saludó con un abrazo a su antiguo amigo de academia.
C- ¿vamos a tomar algo? -dijo mirando a Alicia- mejor, vamos los tres a cenar a mi casa.
A- Carlos...
C- Allí a las ocho, Raquel, ya sabes dónde es.
R- Claro.
C- Tenemos que irnos, Alicia tiene que ayudarme a comprar unas cosas a Laura, mi novia, chao.
R- Chao. -sin más Carlos tiró de la pelirroja y se alejaron del lugar.
Entraron al coche de Alicia y esta miró furiosa a su amigo.
A- ¿estás loco? ¿Pretendes que vaya a cenar con ella?
C- Alicia, tú no la has olvidado, y dudo que ella te haya olvidado a ti.
A- Estás flipando. Además, ¿tu novia Laura? Si no conoces a ninguna Laura.
C- Ya pero no quería que se pensara que éramos pareja, podría pensar que perdió su turno.
A- Es que perdió su turno.
C- No te lo crees ni tú.
A- No pienso ir a cenar con vosotros.
C- No seas así Ali, venga. Si sale mal no volveré a nombrarla nunca, quiero que seas feliz y con ella lo eras.
A- Tú lo has dicho, lo era.
C- ¿por qué terminó?
A- Yo tuve que ir a vivir a Amsterdam un tiempo, la distancia pudo con nosotras. -sin decir más arrancó el coche y condujo hasta dejar a Carlos en su casa.
C- Alicia, ven a cenar esta noche, por favor. -la pelirroja suspiró.
A- Está bien. -volvió a arrancar y llegó a su casa.
Estuvo toda la tarde dando vueltas por el salón, por el contrario, Raquel, se preparó como nunca, estaba muy nerviosa a si que decidió darse un largo baño relajante.Alicia llegó un poco antes, como de costumbre. Entró y ayudó a Carlos a poner la mesa y terminar la cena, Raquel llegó unos mi tíos más tarde de la hora acordada.
Carlos la recibió y se sentaron los tres en la mesa, instintivamente, las miradas de las dos chicas se buscaban.
R- Perdón por la tardanza Carlos, el coche se averió unas calles más atrás y tuve que llamar a la grúa para que se lo llevara y venir a pie el resto.
C- Tranquila, me hubieras avisado y hubiera ido a recogerte. -comenzaron a cenar en silencio.
R- Alicia... y... ¿en qué trabajas ahora?
A- Estoy en comisaría, quería tomarme un descanso después de tanta persecución.
R- Yo estoy igual, es agotador.
C- Pues a mí me va muy bien trabajando en la cárcel.
R- Me alegro.
C- Voy a por el segundo plato. -Carlos salió del comedor dejando solas a la dos chicas.
R- Alicia. -dijo la castaña en un impulso, Alicia levantó su mirada y se topó con los ojos de Raquel, su mirada rebosaba ternura y melancolía.
A- Dime.
R- ... nada... nada déjalo.
A- Raquel, me ibas a decir algo, dímelo.
R- Que estás muy guapa...
A- Gracias. Tú también. -dijo la pelirroja sin cambiar su semblante serio, y ambas continuaron terminando su plato.
R- No sabía que volviste a Madrid.
A- Llevo casi un año.
R- No te había visto... creí que te quedarías en Amsterdam.
A- Pues no...
R- ¿te ha ido bien?
A- Bien... ¿cómo?
R- Pues bien, en trabajo, amor...
A- Pues estoy trabajando en la comisaría, y si tú pregunta es si he follado, he follado, aunque llevo bastante sin hacerlo. ¿Y tú?
R- Igual, bueno, llevo un tiempo sola, bastante tiempo en realidad...
A- Esta mañana me pareció verte con una morena.
R- Carlota, es la cuñada de mi hermana, fuimos a por el desayuno para los cuatro.
A- Oh... -terminaron sus platos cuando llegó Carlos.
C- Aquí esta, espero que os guste.
A- Gracias.
C- Raquel, tú collar es precioso, desde esta mañana me fijé en él. -Alicia miró a Carlos queriendo matarlo, era el collar que ella le había regalado. Raquel comenzó a ponerse roja y tragó saliva ante la ocurrencia de su amigo.
R- Gracias, es muy bonito sí.
C- Me gustaría regalarle algo así a Laura, ¿sabes dónde puedo conseguir algo del estilo? O dónde lo compraste...
R- En realidad fue un regalo. -Alicia miraba a Carlos haciéndole caras para que se callase, pero este estaba dispuesto a meter el dedo en la herida hasta que una de las dos diera su brazo a torcer.
C- Vaya, pues que buen gus...
A- Se lo regalé yo. Es de Swarovski. Si quieres uno ve y cómpralo. -tras decir eso, Alicia se dió cuenta de cómo había reaccionado y se levantó bruscamente para meterse en el baño, cerró la puerta y se apoyó tras ella, dejando que brotaran un par de lágrimas que habían querido escapar durante toda la noche.Se desahogó todo lo que pudo, lavó su cara y sacó una máscara de pestañas que siempre levaba en el bolso, se puso la máscara y un poco de pinta labios y más serena salió del baño para volver a la mesa.
A- ¿qué me he perdido? -dijo como si nada hubiera pasado.
C- ¿todo bien? -dijo, esta vez notoriamente preocupado, se sentía mal por haber incomodado a Alicia, lo único que quería era que las chicas hablaran para que estuvieran bien.
A- ¿Por qué no iba a estarlo?
R- Hablábamos... de... de la leyenda de Edelweiss...
A- ¿cuál de todas?
R- De la otra versión, la que cuenta que un joven declaró su amor a la princesa Edelweiss, una joven muy especial cuya belleza solo se comparaba con el blanco de las nieves, ella retó al joven a encontrar una estrella que llegó a la Tierra convertida en flor, una que habita en lo más alto de las montañas rodeada de hielo y nieve... un...
A- Un gran amor requiere una gran hazaña, dijo el joven el cual aceptó la propuesta y salió en su busca, pasaron días y semanas y el joven no aparecía, asustada, la princesa salió en su búsqueda. Gritó su nombre hasta quedarse sin voz, desde ese día nadie más los vió, no se supo nada de ellos. Dicen que la flor recibió el nombre de Edelweiss para honrar a la pareja, representa el coraje, los sueños y el amor eterno. -dijo Alicia interrumpiendo a Raquel.- me sé la leyenda, por eso te la regalé. -sentenció. Ninguno de sus dos compañeros de mesa se atrevieron a responderle, Alicia se sentó y los tres terminaron el segundo plato.
C- Bueno, voy por el postre. -dijo Carlos para romper el hielo, volviendo a dejar solas a las chicas.
A- No esperaba que aún lo guardaras.
R- Eh... ya... es que...
A- Es tuyo, no tienes que darme explicaciones de por qué lo usas.
R- Ya... oye, ¿Podemos hablar? Hablar bien, como adultas.
A- Ajá, claro. -la pelirroja asintió y miró fijamente a la castaña.
R- ¿Conseguiste olvidarme? -Esa pregunta derribó todos las murallas de la pelirroja, se esperaba cualquier cosa menos eso, fue como un dardo envenenado directo al corazón.- Porque yo nunca te pude olvidar Alicia. -dijo Raquel muy rápido, los ojos de Alicia cada vez se abrían más ante las declaraciones de la castaña, parece que todo el vino que habían bebido durante la noche comenzaba a hacer efecto, porque de otra manera no entendía que Raquel estuviera siendo tan sincera.
A- Creo que es mejor que lo dejemos aquí, has bebido demasiado quizá.
R- ¿Crees que voy borracha y por eso te cuento esto?
A- ¿sinceramente? Sí.
R- pues te equivocas, te he hecho una pregunta. -Alicia suspiró pensando muy bien su respuesta.
A- ¿qué más da ya, Raquel?
R- Pues me da, Alicia. ¿Qué más te da decírmelo?
A- Ya estamos mayores para estas cosas...
R- A si que no me olvidaste, si lo hubieras hecho fanfarronearías de ello. -Alicia volvió a suspirar.
A- Déjalo ya, tengamos la fiesta en paz.
R- Ya claro...
C- El postre. -dijo Carlos salvando la situación. Apareció con una tarta red velvet, la favorita de la pelirroja.
Comieron el postre y se miraron entre ellos, ninguno sabía que decir ni cómo volver a romper el silencio.
R- Muchas gracias por la cena Carlos, pero creo que debería de irme ya.
C- Claro pero, ¿no pensarás ir andando a esta hora?
R- Sí, no pasa nada, si no llamaré un taxi.
C- Estás loca, a Ali le queda de paso, que te lleve y ya está.
R- No es necesario.
C- Joder tía, que más da.
A- Me queda de paso, yo te llevo.
R- Vale, gracias. -tras despedirse ambas se montaron en el coche.
A- Cuando estemos cerca indícame cuál era, que no lo recuerdo.
R- Claro. Aún queda un rato.
A- Lo sé, siempre veníamos a beber a la casa de Carlos porque era la más tranquila y alejada dentro de lo que cabe. -ambas rieron ante aquel recuerdo, la casa de Carlos estaba a unos quince minutos en coche de la de Raquel.
R- ¿cómo te fue en Amsterdam?
A- Bien, me gusta el lugar.
R- Me alegro.
A- Sabes que caminando hubieras tardado casi una hora.
R- Bueno, podría haber corrido para hacer cardio. -Alicia paro el coche fuera de la casa de Raquel.- Puedo... ¿puedo invitarte a algo y hablar contigo con tranquilidad?
A- Es mejor que no...
R- Quiero que hablemos bien, no te robaré mucho tiempo. -Alicia aparcó bien el coche y se bajó de este para entrar en la casa de la castaña, pensando que se arrepentiría de hacerlo.____________________________________
Holi, he estado muy poco inspirada y he tenido demasiadas tareas.
(Dudo que a alguien le interese esto pero...) Los que hayan leído "Arder en tu fuego" sabrán que ahí también nombré el colgante de la flor Edelweiss, la razón por la que siempre lo utilizo es porque es mi flor favorita y también mi joya favorita.
En la portada del capítulo les dejé una foto del colgante por si les daba curiosidad saber cómo es. Solo les digo esto porque cada vez que leo una novela y hablan de alguna joya en concreto me gustaría verla y saber cómo es y pues por si a alguno le pasa lo mismo...
¿Querrían segunda parte de este?
Gracias por leerla, os leo.❤️

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One-Shots ~ Raquel y Alicia.
Roman d'amourOne-Shots sobre Alicia Sierra y Raquel Murillo. Cada historia será diferente y solo tendrá un capítulo, no estarán relacionados entre sí, y en caso de que alguno lo esté, avisaré. Espero que lo disfruten.