Cap 6. Enfrentamiento

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Al enterarse de que aquella joven era similar a ella, más dudas surgieron. Su abuelo le prometió investigar más del asunto, pero considerando que había muy poco sobre aquella Saserdotisa llamada Kikyo, no consideraba muchas esperanzas en ello.

Esa misma tarde, se puso a estudiar y repasar una vez más sus materias, aún sintiendo que alguien la observaba. En la cena, no dijo nada respecto al tema pero si anunció su próxima salida con Hoyo. Su madre seguía pensando que la salida le haría bien con respecto a lo que estaba pasando, mientras que el abuelo pensaba que era una mala idea por la situación. Estaba preocupado por si Kagome pudiera tener otro ataque de ese Demonio, cosa que su hija no entendía o al menos trataba de evadir.

Kagome no quiso oírlos discutir y mejor se retiro de la mesa para después ir a dormir. Cuando se acostó y apago las luces, descubrió que estaba por tocar un limite. No quería volver a tocar el tema o pensar nada respecto al demonio. Cuando cerró sus ojos, se quedó profundamente dormida por un buen rato.

Kagome - hmm... ¡Ah!

Empezó a sudar frío y en su sueño corría mientras escuchaba que alguien más la seguía. Las risas y esa voz llena de rencor no paraba de escucharlo cada vez más y más cerca.

Kagome - Estoy harta...

Kagome abrió los ojos de golpe y miró una sombra negra escapar por su ventana y corrió abajo deprisa y con cuidado de no despertar a su familia. Salió al patio y se dirigió al templo y noto huellas de pisadas en el suelo que daban al árbol sagrado.

Kagome - ¿Quién eres? ¿Por qué quieres atacarme demonio?

La sombra apareció justo detrás del árbol sagrado y por fin se mostró ante Kagome.

Kagome - No puede ser...

Este le sonrio y ella lo miró por completo en poca luz, estaba manchado de sangre y herido. Sus ojos eran rojos, sus garras muy largas y manchadas, su cabello blanco y esas orejas inusuales en su cabeza.

Kagome - Dime cómo te llamas...

¿? - Grrr... Tan rápido me olvidaste. No importa, te refrescare la memoria

Se acercó a toda velocidad y estuvieron cara a cara donde la tomó con su mano del mentón.

Kagome - ¡Habló enserio! Hace unas pocas horas me enteré que moriste en este árbol por Kikyo pero yo no tengo nada que ver con ella

¿? - Vaya que vil mentira Kikyo. Tal y como lo dijiste aquella vez que prometiste amarme.

Kagome ya no estaba asustada, al contrario tenía mucho coraje y empujó con todas sus fuerzas a ese ser.

Kagome- No sé qué pasó hace 500 años atrás ¡pero yo soy Kagome y no tengo nada que ver!

Cuando lo empujó, de sus manos salió una luz que daño al demonio un momento haciéndolo retroceder y caer por fin.

Kagome - ¿Eh? ¿Qué fue eso?

El demonio ya no se movió, quedó más herido con esa luz misteriosa que salieron de las manos de ella. Se acercó con cuidado y le dio una pequeña patada con su pie para ver si se movía. Este no reaccionaba pero si respiraba.

Kagome - No tardará en despertar ¿Qué hago? No puedo despertar a mi familia o si no, también querrá dañarlos...

Empezó a caminar alrededor pensando en algo y recordó que en la bodega del templo, su abuelo aguardo diferentes objetos para tranquilizar o neutralizar espíritus malignos. Corrió a la bodega a toda prisa y empezó a buscar esa caja. Había muchas cosas, pero al final miro un rosario extraño y regresó al cuerpo del demonio donde estaba por despertar. Deprisa le puso el coyar y este la tomó de la mano de inmediato.

El Demonio de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora