IX

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Emilio.

Juro por mi vida que jamás había sentido algo como lo que sentí, miles de sensaciones abordaron mi cuerpo, mi estómago revoloteaba con más de diez mil mariposas dentro, mi corazón se aceleró y mi pulso estaba frenético. Como pude coloqué mis manos en su cintura para acercarlo más a mí, igual que la otra vez, cuando me besó sin ninguna razón en medio de los pasillos de la escuela. Joaquín olía delicioso, una increíble mezcla entre ternura y maravilla, su cuerpo se amoldaba perfectamente con el mío y decidí subir una mano hasta su cuello para evitar que rompiera con ese beso tan magnífico que estábamos compartiendo.

Recuerdo los momentos que vivimos antes de alejarnos. Lamento mucho aquello, pues siento que todo es mi culpa. No sé qué es lo que le hice pensar y tiene una pésima imagen de mí. Pero él aquí está. Besándome como si nuestras vidas dependieran de ello. A pesar de odiarme, me está besando y yo no puedo poner queja ante eso.
Joaquín es para mí el ser más hermoso que existe. La primera vez que lo ví caí rendido a sus pies. Obviamente me costó un par de años descubrirlo y unas cuantas luchas internas. Mis padres dijeron que me casaría con él pero que todo era un secreto. Aún no entendía porque debía hacer eso sí mi padre me golpeó cuando le dije que me gustaban los chicos también. Era confuso pero más tarde mi madre habló conmigo. A ella la amo tanto. Es mi más grande apoyo.

Volviendo a la situación actual.

NO MAMES JOACO Y YO NOS ESTAMOS BESANDO.

Si hubiera sido otro seguramente ya estaría en el piso.
Sus labios eran suaves y esponjosos, olía ligeramente a cereza y es que se puso un poco de bálsamo luego de comer.
No me quiero imaginar a qué sabe mi boca. Que vergüenza.
En fin, no importa. Mi crush de toda la vida me está besando y estoy más que feliz.
Demasiado pronto para mí gusto Joaco se separa y la imagen que obtengo de él me tiene en el piso, babeando y dispuesto a construirle una estatua.
Sus ojos brillan, tiene los labios hinchados y rojizos por la mordida que le dí al separarnos, sus mejillas son de un dulce color rosa y tiene la respiración irregular, me mira y le devuelvo la mirada. Coloco mi mano en su mejilla y me acerco de nuevo pero el me detiene y se inclina un poco para besar mi mejilla, cierro los ojos cuando sus labios dejan un pequeño roce en mi piel y estoy casi temblando.

—Aún no— dice él
Lo que me llena de esperanza y amor. Hay que esperar. Él va a enamorarse de mi y juro por mi vida que vamos a amarnos tanto que nos dolerán los huesos y el rostro de tanto sonreír.

Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos. Él me sonríe y soy feliz. Me intimida su mirada y bajo el rostro, él ríe y yo también.
Nos sentamos y nos quedamos un rato en silencio. Con las manos juntas y los corazones latiendo desbocados.

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¡Hey! ¿que tal?

Lamento mucho haberme retrasado con las actualizaciones a pesar de que les prometí venir más seguido.
Tuve unos inconvenientes personales y estaba de la patada. Además de que la escuela me tenía súper estresada.

𝒄𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒊𝒅𝒊𝒐𝒕𝒂|| emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora