VI

1.4K 162 51
                                    

Cuando Emilio descubrió para que servía su pene -además de para orinar- no dejaba de pensar en su antiguo mejor amigo. Claro, era sucio, asqueroso y ligeramente retorcido, pero no podía evitarlo. Era un adolescente lleno de hormonas.

Pero hoy, hoy era la excepción.

Estaba molesto, consigo mismo por estar enamorado desde los 10 años del mismo tonto y lindo chico y con Joaco, por haberse alejado cuando más lo necesitaba, así que ahora, mientras tenía sobre sus sábanas a esta linda morena, estaba desquitando toda su ira, ella hacía unos cuantos ruidos que no hicieron más que molestar aún más a Emilio y se encontró a si mismo golpeando más fuerte, apretó su cabello y tiro de él, ella se retorcía bajo su toque y Emilio cerró sus ojos, imaginando a las piernas de Joaquín rodeándolo por la cintura, sus bocas chocando juntas mientras él embestía fuertemente en contra suya y sus ruidos desesperados por obtener liberación alguna.
La chica debajo suyo en definitiva estaba amándolo completamente hasta que...

—Mierda Joaco, sí...—

Fue apenas un susurro pero ella si que lo escuchó.

Se detuvo, Emilio perdido en sus fantasías la miró, dándose cuenta de que era Sara y no su Joaco. Demonios.

Con cuidado se retiró, nervioso y ella rió.

—Se debe ser estúpido para no darse cuenta de que te vuelves loco por Bondoni, solo pensé, que yo realmente te gustaba y no ibas a usarme para, bueno, esto—

Emilio se sentó en la cama, sintiéndose patético.

—Yo..—

—No tienes que decir nada Emilio, eres agradable y no es como que hubiera sido un martirio medio follar contigo—

Terminó de vestirse y besó a Emilio en la mejilla, salió de la habitación y pudo oír la puerta de la entrada ser cerrada, él suspiró, cerró los ojos y llevó la mano a su polla para al menos terminar.

Ojos hermosos y brillantes lo miraron a través de su imaginación, Joaco se aferraba a su espalda, queriendo más, amándolo como Emilio lo amaba a él.

Con un gemido roto y ronco Emilio terminó, odiandose un poco por haber usado a Sara.
Fue a su ducha y suspiró, esta era una de tantas veces.

Un par de días más tarde, Emilio estaba igual de raro como lo había estado esa noche, cuando decidió revisar el perfil de Instagram de Joaco, él había subido una foto con Andrés, no necesitaba detalles porque sabía lo que había ocurrido esa tarde, y no precisamente estudiaron.

Era un poco ridículo sentir celos porque él no había estado jugando a las comiditas con Sara, claro, él se vió yendo hasta sus fantasías favoritas pero todo era por culpa de Joaco. Él lo había hecho enojar y ponerse celoso, odiaba eso, porque sabía que Joaco no le pertenecía, aún...

Y Joaquín no se sentía mejor, estaban a unos días para su cumpleaños, por fin tendría 21, le aterraba pensar en ello, él aún se mostraba inseguro, había sido fiel a la idea de que el amor de tu vida es con quién debes formar una vida, sí, quizá sonaba algo que creería una niña de 8 años, pero le gustaba tener esa idea respecto al amor.

No sé había enamorado nunca en su vida, al menos no realmente, él salía con la gente, le gustaba a la gente y tenía sexo con la gente que le gustaba a él, todo comenzó a ser un juego pesado desde que Emilio había demostrado interés en él, o al menos interés en follarselo o molestarlo, cualquiera de las dos, no le importaba.

Emilio era estúpido, quizá no en cuanto a sus notas, pero era un patán, un horrible hombre que disfrutaba gustarle a todos, arrogante, presuntuoso y... Demasiado parecido a Joaquín.

Sabía que esas palabras quedarían en su descripción, lo único que los diferenciaba era que Joaquín, muy en el fondo creía en el amor verdadero, esperaba poder encontrar a su hombre ideal, un tipo lo suficientemente maduro para saber lo que quiere y darle a él lo que necesita.

Pensaba en alguien mayor, pero conoce tipos de más de 30 que no estaban cerca de madurar.

Entonces, la imagen que Joaquín tenía sobre formar una familia y entregar su vida a el hombre que amaría algún día, se desvaneció, porque recordó, que no podría, simplemente no podría hacer lo que quisiera porque ahora estaba atado de por vida a Emilio.

Quizá podría huir y ser feliz del otro lado del mundo, pero era más esfuerzo y no creía que valiera la pena. Llegaría a tolerar a Osorio, sin embargo, no creía poder enamorase de él, representaba todo lo contrario que Joaquín buscaba respecto a su hombre ideal.

No negaba que se sentía atraído a Emilio, porque eso sería mentirse a sí mismo.

Su rostro era realmente agradable de mirar, tenía una sonrisa preciosa, unos rizos hermosos y un cuerpo de ensueño. Claro, era el tipo perfecto de Joaquín físicamente, pero la magia desaparecía cuando el imbécil abría la boca.

A menos que sea para besar a Joaquín.

Por un demonio que no estaba pensando en besar a Emilio, aunque teniendo en cuenta, tendría que hacerlo frente a sus padres, a sus amigos y a todos en general, tendría que acostumbrarse.

Suspiró y visualizó a Emilio en su casillero, él había estado bastante tranquilo los últimos días y eso había desconcertado a Joaquín, tenía un plan en mente, detestaba que pareciera que a Emilio había dejado de importarle, era jodido y horrible, pero era la verdad.

Sostuvo su mochila con fuerza y acercándose a pasó seguro habló.

—Hey Marcos—
Dijo, recargandose en el casillero de al lado.

Emilio sonrió un poco. A Joaquín le temblaron las piernas.

—Hola, dulzura— su tono de voz increíblemente bajo y seductor, su estómago revoloteó y antes de que pudiera arrepentirse estrelló sus labios contra los de Emilio, besándolo desesperadamente.

Su cuerpo pico al ser empujado más fuerte contra los casilleros, murmullos extendiendose y perdiendose al mismo tiempo porque lo único que podía escuchar eran los chasquidos de sus bocas unidas.
Subió las manos a su cuello y Emilio empujó sus caderas contra las suyas, más fuerte, Joaquín estaba a punto de delirar, solo quería besar a este hombre por siempre.

¿Por qué se había negado tanto? Esto era fantástico.

________

Well, probablemente establezca una fecha para actualizar, así que....
Subiré los capítulos los Miércoles, Viernes y Martes.

𝒄𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒊𝒅𝒊𝒐𝒕𝒂|| emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora