Codicia...

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Mientras el barco va en movimiento sobre las olas, observo el cielo forrado de estrellas y no puedo evitar volver aquel momento cuando estabamos juntos recorriendo el mismo mar, hacia nuestro viaje de amor, lo extraño tanto, estos días sin verlo han sido una agonía, necesito oír su voz, escuchar su respiración mientras duerme, lo amo demasiado, pero soy consciente que nuestros carácter nos pone en una disyuntiva continua.

_My lady...

Gabriel me saca de mis pensamientos mientras observo la noche desde el barco, volteo hacia ella y le digo:

_¿Pasa algo?

_My lady, perdoné solo le traje su abrigo para que no se resfrié si va a permanecer un tiempo mas aquí afuera.

La miro confundida, y inmediatamente comprendo:

_Gracias, seguramente la nana y mi hermana te llenaron de recomendaciones.

_Disculpeme my lady, ellas me pidieron que no le dijera nada.

Me dice apenada, le sonrió amable y después de colocarme el abrigo le pregunto:

_Dime Gabriel, ¿como esta el Duque has podido verlo?

_No, my lady el unico que lo ve es el doctor y Sr. Belinger.

Bajo mi mirada a mis manos un poco decepcionada esperaba que Gabriel pudiera decirme aunque sea un poco de el de su estado y me dice:

_My lady, se que yo no debería angustiarla con lo que le voy a decir pero...

_¡Pero que Gabriel, continua!.

Le digo expectante.

_Los problema empezaron desde que usted se fue, el Duque no hacia mas que tomar en su despacho, solo salia cuando tenia que reunirce no volvió a su habitación, y aunque el Sr. Belinger nos ordeno llevarle las comidas a la hora correspondiente el no comía y a veces ni las recibía.

Me llevo la mano a la boca intentando calmar mi angustia y ella continúa:

_My lady, le cuento esto es por que la señorita Fuma, ha sido en parte, la culpable del encierro del Duque.

La miro confundida y le pregunto:

_¿A que te refieres?

Le digo visiblemente alterada al oír el nombre de esa mujer.

_La señorita Fuma, no hacia mas que acosarlo, día y noche intentando entrar al despacho aun cuando en mas de esa una ocación le pidió que saliera, ella incluso esta hospedada en el Hotel.

La miro y siento mi cara arder, de la ira que siento en este momento, volteo mi vista al mar y trato de tranquilizar mi respiración, debo calmarme y me llevo la mano a mi vientre.

Apenas escucho a Gabriel hablarme:

_¿My lady, se encuentra bien?, disculpeme no debí indisponerla contándole esas cosas...

_Esta bien Gabriel, no te preocupes, necesitaba estar consiente de todo antes de regresar, no te preocupes estoy bien, puedes retirarte yo haré lo mismo en un momento.

Le digo seria, en este momento no se que pensar sobre todo lo que pasa por mi cabeza en este momento.

Después de dos días de viaje al fin el barco arribo, estoy de vuelta en Paris, mientras voy en el carruaje siento los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos, no se a que me voy a enfrentar o que tan cierta sea la perspectiva de Gabriel, no desconfio de ella, pero ella no tiene como saber a ciencia cierta lo que ocurria, dios solo deseo verlo que este bien y que su estado no sea del todo grave.

El Corazón del  Duque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora