Margaritas

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-Entonces...Prácticamente tienes que estar de niñera-Dijo Zabini con burla-No puedes dejar a Robbinson solo, por que comete estupideces y al rubio prefecto tampoco, por que comete estupideces.

-Supongo-Dijo ella acomodando otro libro. 

-¿Quién lo diría? El genio perfecto castigado por decirle a Mcgonagall que comiera mierda, jamás pensé que diría algo así-Megan asintió estando de acuerdo con el chico de Slytherin, de hecho, todos en el salón estaban muy sorprendidos cuando escucharon al pelinegro decir esas palabras. 

-¡Yo menos!

-Y la gente ha comenzado a hablar.

-Ni me digas.

-Como quieras.

-Por cierto, Potter hará las pruebas de Quidditch la semana siguiente ¿Cuándo son las tuyas? ¿Participarás?

-Mmmmmm no lo sé ¿Irás a verme?

-Nah, no me gustan los deportes.

-Excelente, más espacio para mis admiradoras-Megan rodó los ojos y acomodó el libro en el librero, para soltar un suspiro después.-Mira, aquí viene.-Ella se giró para ver a un muy enojado Robbinson dirigirse hacia ellos, Megan se habría asustado de no haber visto a Voldemort enojado más veces de las que quisiera admitir.

-¿Van a usar eso?-Apuntó al libro que tenía Zabini en la mano, los dos restantes negaron-Gracias-Lo tomó y tan rápido como entró, se fue.

-No se que le pasa, pero está raro...Juro que lo vi en la sala común anoche...No me acerqué, por que quien sea que estaba ahí se veía muy desesperado ¿Sabes? Aún así estoy casi seguro de que era el.

-¿Cómo estás casi seguro?

-Bueno, Robbinson no es muy difícil de distinguir, busca un chico alto con hombros anchos, gusto por los grupos de música muggle, cabello perfecto, perfil de dios y felicidades, encontraste a Robbinson.

-¿Desesperado dices?

-No se como describirlo, solo lo vi caminar de un lado a otro y parecía que estaba hablando solo, por eso digo que estoy casi seguro...Robbinson no pierde la calma así.

-¿Me haces un favor?-El chico asintió-Sostén esto, iré a ver que diablos va a hacer.

-Me parece bien...Parecía que iba a asesinar a alguien-Ella se apresuró a salir de la biblioteca y tuvo suerte de ver a Robbinson al final del pasillo, caminando tranquilamente a (lo que parecía)  el exterior del castillo, por lo que se dispuso a seguirlo. 

Estuvo un rato dando vueltas por el castillo, hasta que lo vio girarse, sonrió forzadamente. Y el se acercó lentamente.

-¿Ibas a seguirme al baño si se me ocurría ir?-La rubia lo miró con horror ante la idea.

-¡Por supuesto que no!

-Si quieres venir conmigo solo ponte a un lado, parece que me acosas...Pensándolo mejor, eso haces. Mínimo que se vea menos obvio, todo el mundo te miraba como si fueras a matarme-Comenzó a avanzar nuevamente hacia el frente, y ella lo tomó como invitación a seguirlo.

-¿Cómo te fue con Mcgonagall?

-Nada mal...Me dio te y galletitas y hablamos de la indudable temporalidad del alma humana...Ya sabes, tema común de abordar.

-Si tu lo dices-Estuvieron caminando por unos minutos en silencio, hasta que el pelinegro mencionó con la mirada fija en el libro. 

-¿Zabini y tu? Si me permites opinar al respecto, creo que es demasiado...Coqueto para tu poca experiencia

-Eduard...No cambies el tema a cosas que ni al caso

-Solo mi opinión

-Es que no entiendo ¿Qué tiene que ver que sea coqueto con que sea mi amigo?-Eduard se detuvo en seco haciendo que ella lo mirara dudando-¿Qué?

-Creo que aquí nos separamos-Pegó media vuelta y comenzó a caminar de regreso a...Donde sea que fuera.

-Oye, oye-Se dio la vuelta y siguió al muchacho, el cual rodo los ojos al sentir los pasos de la rubia-Hablando de Zabini

-Aja

-El dijo que te vio anoche

-Bueno...es natural, estamos en la misma casa

-No, no...Dijo que en la noche, que estabas en la sala común muy tarde y que estabas como hablando solo-El chico comenzó a sentirse incómodo-¿Eras tu?

-No en mi mejor momento-Admitió en voz queda mirando al frente, Megan asintió lentamente.

-¿Ya estás mejor?

-Si...Fresco como una margarita-Megan hizo una mueca. Su madre le había dicho que escuchara al chico cuando este estuviera listo par hablar, pero el no parecía querer hacerlo ni ahora ni nunca-Ahora ¿Por que no te vas con tus amigos? ¿Si?

-Eduard tu eres mi amigo

-Ah claro, lo olvidaba...Que estúpido-Se acomodó el cuello de la camisa y Megan no pudo evitar pensar lo desesperante que estaba siendo intentar ser paciente con ese chico. Su actitud era molesta, demasiado.

Suspiró profundamente, para que el chico sonriera de lado. Fastidiar a todos se había vuelto su actividad favorita, era divertido...No para los demás, claro estaba.

-¿Sabes? Creo que deberías hablar con Devin sobre esto...

-Estupideces, lo único que necesito es mantener mi mente ocupada, y antes de que me de cuenta, podré decirle al colegio si quieres

-Ay Ed, no se si sea una buena idea

-Eduard...Mi nombre es Eduard-Murmuró algo molesto, ella se disculpó con incomodidad. El chico era alguien complicado, y debía ser paciente con el, esperaba que su paciencia durara lo suficiente para que el se sintiera mejor. 

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora