Beso Travieso en Londres (Adaptación Itazura Na Kiss)

Capítulo 15. Pánico en la luna de miel.

Yo, Kimberley Pearson, me había convertido por fin en la esposa de Alexander Romage. De verdad no podía creer que esto estuviera sucediendo, parecía como un cuento de hadas. La ceremonia fue extremadamente hermosa, precipitada, claro, pero no me importó al final porque todo lo que alguna vez había soñado se hizo realidad.

—¡Denles la bienvenida a los novios! —Alexander y yo entramos en el gran salón donde nos esperaban los invitados, tomamos asiento en la mesa del centro junto con mi padre y los Romage. Los meseros trajeron la comida y nos dispusimos a comer, después Rose pidió que trajeran el pastel, Alexander casi sufre de un ataque al ver el tamaño de éste, era gigantesco, ni siquiera yo podía creer que fuera tan grande. Pero lo que en verdad le molestó a Alexander fue el video que Rose preparó, fue uno de esos donde ponen fotos desde que éramos bebés hasta el día de nuestra boda, ya se imaginarán, conociendo la infancia de Alexander, eso definitivamente era una pésima idea.

—¡Madre! —gritó él al ver fotos suyas de pequeño vestido de niña—. ¡Quiten eso! —dijo apretando la mandíbula.

—Lo lamento —le dije encogiéndome de hombros—, no tenía idea —aparté la mirada para no verlo.

—No es tu culpa —cerró los ojos y soltó un suspiro, le di un beso en la mejilla.

—Eras adorable —le dije, el esbozó una pequeña sonrisa y me miró, así que hice lo mismo y le sonreí. Aunque, viendo las fotos que tomaron de la boda, Alexander no se veía particularmente feliz, parecía un poco fastidiado, a excepción de una en la que yo sonreía para la cámara y él me observaba y sus labios esbozaban una ligera sonrisa, fue mi favorita. Recordé todo eso mientras estábamos en el avión rumbo a Mónaco, nuestro destino de Luna de Miel. Decidimos posponerla hasta principios de verano, para que el clima fuera más agradable. Jamás había salido de Londres, estaba realmente emocionada de poder pasar ese tiempo a solas con Alexander y más fuera de casa.

—¿Qué sucede? —me preguntó, lo miré confundida.

—¿De qué?

—Estás mirando a la nada y sonriendo como tonta —fruncí el ceño y luego le sonreí de nuevo.

—Estaba pensando en la boda, realmente todavía no puedo creer que estemos casados —le dije—, pero la ceremonia y la fiesta estuvieron increíbles.

—Mmm, no me lo recuerdes —me dijo—, voy a dormir.

—¿Qué? —dije y cerró los ojos, resoplé y recargué mi espalda en el asiento.

—¿Ustedes también están de Luna de Miel? —me preguntó una chica a mi lado, la miré y asentí—. Genial, yo soy Jane y él es mi esposo Jake.

—Es un placer, yo soy Kim Pear... Romage —corregí—, y él es mi esposo, Alexander.

—Es muy apuesto —me dijo, le sonreí.

—Sí que lo es —le dije.

—Jakie, ¿podrías traerme algo de beber y una revista, por favor?

—Claro —dijo éste y se levantó.

—Tu esposo es muy amable —le dije.

—Supongo, más bien es un hombre normal —dijo ella alzando los hombros, parecía irritada—. Está realmente loco por mí, es un aburrido romance de trabajo —musitó—. ¿Y qué hay de ti? ¿Cómo se conocieron?

—En la preparatoria, éramos compañeros y yo estaba enamorada de él, creo que estuve insistiendo con él un poco —comenté, aunque en verdad fue más de lo que me gustaría admitir, pero al final lo había logrado—, hasta que después de cinco años él me dijo que me amaba.