Fresas para la cena

1.1K 105 10
                                    

Hoy era el día, después de mucho meditarlo, decidió que no iba a estar todas las vacaciones encerrado. Para darse coraje imagino las expresiones de Trey y Che'nya cuando les cuente cómo valientemente se escapó de la seguridad de la casa de vacaciones. Ya estaba establecido una rutina, en las mañanas al despertar tendía su cama y se duchaba, cuando bajaba desayunaba con sus padres para después subir y estudiar de las 9:00 a la 1:40 que era cuando bajaba a comer. La casa de verano era más pequeña en comparación a la mansión, así que solo habían un par de ama de llaves y unos cuantos empleados más más. Así que no se tenía que preocupar de que un sirviente lo vea. Supuso que no sería ningún problema ya que en la mansión principal se escapa sin que ningún trabajador lo notará.

Su reloj de pared marco las 9:30, a esa hora su madre estaría en su estudio mientras que hoy su padre estaba en la cuidad del puerto por motivos de trabajo.
Levanto la ventana con ambas manitas, tomó  dos libros, uno de tapa gruesa y de al menos 1500 páginas y otro delgado con portada colorida. Este último lo coloco debajo de su brazo y el otro lo puso entre el marco y la ventana, se aseguró que la puerta estuviera cerrada y que el libro impidiera que la ventana se cierre.

Camino sigiloso hasta el final del la propiedad Rosehearts y cuando al fin estuvo a fuera, corrió lo más que pudo hasta que sintió sus pulmones arder.
Se sostuvo con las manos apoyadas en sus rodillas y cuando al fin recupero el aliento, levantó la vista hacia el océano que se extendía en su esplendor delante del pequeño Riddle.

Sonrió triunfante y se infló su pecho de orgullo. Se dirigió al pequeño muelle de madera alejado de todos y todo para sentarse en él. Teniendo cuidado de evitar la arena para no dejar rastro. Se quitó sus zapatos y calcetas, las cuales guardo dentro de sus zapatos, con mucho cuidado se sentó en el borde y dejó que sus pies  balancearse infantilmente sobre el agua. Agarró el libro que trajo consigo, era un libro de cuentos de hadas, el favorito del pequeño pelirojo de ojos azules, lo leía a escondidas pues su madre consideraba esas lecturas de ficción como una perdida de tiempo. -"capitulo 1: en la madriguera del conejo..."- leyó en voz alta sin saber que podría haber alguien más que también disfrutaba de su lectura.

Cuando despertó  sintió que el mundo le daba vueltas, de preocupó al no reconocer dónde estaba, pero entonces vió unos ojos dorados que reconocería en cualquier parte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando despertó  sintió que el mundo le daba vueltas, de preocupó al no reconocer dónde estaba, pero entonces vió unos ojos dorados que reconocería en cualquier parte. Trey Clover estaba ahí, con una expresión de preocupación en sus rasgos pero su mejor amigo estaba ahí, entonces se permitió calmarse. Suspiró y cerró los ojos. Tener a Trey era bueno, pero ahora tenía que aguantar un sutil regaño por parte del vicepresidente de Heartslabyul .
-"¿Cómo supiste...?"-el pelirrojo se sorprendió, él único que lo había visto era Floyd.
-"ya es tarde, faltaste al almuerzo y le pregunté a Jade, me dijo que no habías asistido a clases y Floyd estaba con él..debes estar hambriento, te traje esto"-
Saco de la bolsa de papel un emparedado , ensalada y agua, era una comida ligera que no le daría náuseas -"y esto"- saco un muffin"- el mayor sonrió al ver la expresión del más pequeño, sabía muy bien que el niño tenía un diente dulce.
-"también te traje los deberes, Jade amablemente me los pasó para tí"-
Después de esperar pacientemente que el niño termine todo, hablo.

Strawberry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora