Fresas olvidadas

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Las escapadas para leer al muelle de volvieron en una rutina, cuando el niño de 6 años está sentado en la madera, con la punta de sus dedos mojandose por el agua salada, la sonrisa inconciente que pintaba sus labios mientras leía las palabras en voz alta y el chapoteo de pecesitos en el agua, justo ahí pudo encontrar un lugar donde respirar. Encontró la paz que necesitaba para olvidar un poco de la presión que se le ejercían siempre.

Sin embargo, ese día fue uno de esos días dónde "mamá y papá estaban enojados", en realidad el señor y señora Rosehearts discutían frecuentemente pero procuraban que su hijo no escuchará.

Riddle se escondió debajo de sus cobijas y se tapo los oídos tratando de escuchar los gritos. Alguna vez había leído que la relación de la reina de corazones con su marido era muy estrecha, se preguntó por qué no les compartía el secreto a sus padres.

Lo peor es que después de pelear sus padres estaban de muy mal humor y si el niño tenía mala suerte sería con quién terminaban desquitandose con él.

Saco la cabeza de las cobijas cuando ya no escuchó ruido, sus cabellos rojos bailaron por la brisa de la ventana, se levantó y miro a través de esta. Ya había ido al muelle en la mañana, nunca se había escapado de su casa dos veces en un día, pero su casa era el último lugar al que quería estar en esos momentos.

El pequeño pelirojo volvio a salirse por la ventana, salió sin su libro bajo el brazo, no le importó en aquel momento, de hecho lo único que le importaba era estar lejos de ahí. Muy lejos.

Cuando llegó al muelle olvidado, el niño caminó hasta el final, por un momento contempló tirarse al mar, pero no sabía nadar y no sabía que tan profundo era, siempre ha sido muy pequeño para su edad así que no tentaria su suerte. Se confirmó con quitarse los zapatos y las medias y dejar que el agua le llegará a los talones, se dió cuenta que la marea subió, en las mañanas apenas se mojaban la punta de sus pies. Pero no le dió mucha importancia, había leído un libro sobre la luna y en algún capitulo mencionaron sobre la marea.

Por costumbre si mano busco a su costado pero recordó que no trajo su libro de cuentos, por un momento se arrepentio pero de nueve la brisa despeinó sus cabellos y lo hizo mirar hacia en frente. Juro que nunca en su vida sus ojos azules habían visto algo tan hermoso, el crepúsculo parecía tocar el mar y por un momento no existía el límite de entre ellos, parecía el puente entre el cielo y lo terrenal, quería ir allí, dónde ambos se encontraban pero no sabía nadar y no tenía un bote. El pelirojo se rió ante sus pensamientos, sabía que no eso no era real que la atmósfera estaba a 800 kilómetros de la tierra, pero decidió ignorar su parte lógica y seguir fantaseando, pero una voz extraña lo interrumpió.

-"oh? ¿Cuando vas comenzar a leer?"-

El cielo se pintaba en tonos anaranjados, rojos y azules cuando los últimos rayos del sol entraban por la ventana de la enfermería hacía tiempo que ya había terminado la tarea y mucho más tiempo su pastel

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El cielo se pintaba en tonos anaranjados, rojos y azules cuando los últimos rayos del sol entraban por la ventana de la enfermería hacía tiempo que ya había terminado la tarea y mucho más tiempo su pastel. La cajita blanca todavía seguía ahí y el plato vacío estaba encima, también al lado de esta, se encontraba una pequeña pila de libros.

El pelirojo estaba leyendo para pasar el rato, agradeció la vista de Cater hace una hora, se sorprendió gratamente cuando le dió el libro que había estado leyendo durante el receso de antier, no pensó que alguien como él le prestaría la suficiente atención como para notar que estaba leyendo. Lo que no agradeció fue que también trajera a ese par de primer año. Si se supone que no debería de alterarse ese par y en especial el pelinaranja eran experto en meterse en problemas. Sin embargo, ambos se estaban portando aceptablemente para sus términos.

Coloco la rosa marchita cuidadosamente entre las páginas y cerró el libro al mismo tiempo que cerraba sus ojos.
Pero su momento de paz no duró mucho cuando  escuchó la puerta abrirse y una cabeza color aqua con un particular mechón oscuro se asomó. Pero no supo si sintió alivio o decepción cuando miro que era Jade.

-"buenas tardes, Riddle"-
-"oh, hola Jade. Gracias por prestarme tus apuntes, aquí están tus libretas"- se acomodo sobre la cama tratando de lucir correcto.
No se llevaba mucho con el Jade pero entre ambos existía cierta camadería. Casi siempre los elegían a ambos como compañeros o para entregar informes a los maestros así que acostumbraban a pasar tiempo juntos.
-"no tienes que agradecerme, no quiera que te retrases"- cuando recogió sus cosas se detuvo un momento al ver la cajita y el plato encima, una sonrisa complaciente pinto sus labios. -"espero verte mañana en clases, que te mejores pronto"-
-"gracias. Hasta mañana, Jade"-.

Decir que prefería la compañía de este gemelo al otro es una frase muy acertada. A veces no podía creer que eran hermanos, su cara era lo único que tenían en común. Riddle como una persona correcta y responsable, acostumbraba la compañía de personas también responsables, su mejor amigo era su vicepresidente y aún que los de primero usualmente se metían en problemas sabían que se esforzaban por sobresalir y no deshonrar el nombre de su dormitorio, el gemelo era excelente en su clase, las veces que ha sido su pareja en clase no se ha decepcionado. Floyd por otro lado, lo saca de sus casillas, se podía decir que Riddle Rosehearts y Floyd Leech eran polos opuestos. El gemelos volátil era quien desencagaba en su grupo de personas correctas.
Su madre siempre le inculto juntarse con personas que lo beneficien, no que le perjudiquen.
El primogénito de Rosehearts sabía que Floyd sería su perdición si lo dejaba entrar más de lo necesario.

Cuando ya oscureció y después que la doctora le diera un rápido chequeó.
-"por lo que veo, no pasará a mayor, pero por favor señor Rosehearts tenga cuidado"- todo el mundo sabía que con solo sobrevivir al Overblot era afortunado, aún que a veces Riddle no se sentía así.
-"lo tendré, gracias doctora"-
-"no tienes que agradecer, si quiere la enfermera lo podría llevar a su dormitorio"-
-"no es necesario, creo que Trey ya debería de"-

-"disculpe la tardanza"- el peliverde entró a la habitación. -"yo me encargaré de él ahora"-.

Sabía que no era necesario que Trey lo agarrara de la mano, no se sentía débil para nada, pero decidió no decirle nada al mayor, sabía que Trey tenía está manía de actuar como el hermano mayor de todos, así que lo dejo pasar. Obviamente no era porque muy muy en el fondo disfrutaba el contacto.

-"Cater quería ver cómo estabas..."- comenzó casual
-"Si, me llevó mi libro y también a los mocosos de primer año"-
-"oh, ¿solo ellos?"- el mayor se había dado cuenta de la pequeña cajita que sostenía el menor, sabía que Cater ni compañía llevaban ninguna cuando fueron a visitar al prefecto.
-"también fue Jade por sus apuntes y ... Floyd"-. Trey no dijo nada después de eso pero no dejo de sostener la mano enguantada del menor, ya no había nadie en los pasillos y Riddle sabía que estaba en contra de las reglas estar afuera a estas horas pero sabía que las circunstancias lo ameritaban, sonrió al pensar que para el Riddle del pasado, esa falta sería imperdonable. Se dió cuenta que aunque poco, había cambiando para bien.
-"lo estás haciendo bien"- como si Trey pudiera leer sus pensamientos, soltó su significativo comentario apenas lo suficientemente fuerte como para que solo Riddle lo escuchará, aunque el único sonido aparte de sus pisadas eran los búhos lejanos y los grillos.

Riddle sostuvo con más fuerza la mano del mayor y miro hacia el cielo, se dió cuenta que estaba nublado, lo único que se veía era la luna menguante pero si veías con atención podrías ver una pequeña estrella acompañándola.

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