Inestabilidad I

24. Peonía

Maratón del final de la primera historia.

“Bien, Wei Ying, piensa… ¿qué hago?” – la mente de We Ying estaba a mil por hora mientras tenía las manos aprisionadas contra su estómago y la boca tapada.

–Shhh… Solo será un momento… - el hombre soltó la boca de Wei Ying y notó que no hacía ruido – buen chico… - susurró – no te puedes dar el lujo de meterte con personas equivocadas, niño, tómalo como tu ultimátum.

Wei Ying tenía todo previsto, así que solo le quedaba asentir – bien – dijo por lo bajo y agachó su cara, el hombre soltó las manos del chico para que las suyas lo aprisionaran en la cintura – relájate, niño.

El menor estaba rígido como estatua clavada al piso, llevaba su mano lentamente hacia el bolsillo de su pantalón, allí estaba su navaja – “Lan Zhan…” – Su mente repitió ese nombre como un mantra, como si eso fuera a darle suerte de salir de allí y, si atinaba, lastimar al agresor para ver quien es luego. Su mano por fin llegó a la navaja…

–¿Wei Ying?

¡Lan Zhan se levantó a buscarlo!

El cuerpo del atacante se irguió y Wei Ying tomó la oportunidad de clavar la navaja en su muslo.

–¡LAN ZHAN! – su voz era de pánico e ira, el mencionado se sobresaltó y siguió la voz. Vio a un hombre aprisionando a su novio, incluso con el dolor de la cortada no lo soltó, WangJi enfureció y se lanzó sobre el tipo dando golpes sin contener su fuerza.

Reaccionó cuando se escuchó una queja de su novio, como si tuviera un malestar. No. Le habían tirado una piedra en el estómago. Con la distracción del niño mayor, el atacante lo empujó, y salió corriendo.

Lan Zhan fue cojeando a Wei Ying, que estaba pálido con la navaja aún en su mano.

–¡Lan Zhan! – se lanzó a sus brazos y soltó la herramienta - ¡Lan Zhan! – Repetía el nombre una y otra vez, estaba asombrado, estaba triste, estaba asustado…

–¿Te hizo algo?

Negó con la cabeza – no tuvo tiempo, per-
–¡AHHH! – el gritó de una chica se escuchó a lo lejos.
¡Es MianMian!

Los dos chicos corriendo por 10 segundos, cuando, contra un árbol, dos figuras aprisionaban a la chica mientras otras dos se acercaban con un metal al rojo vivo.

“¿No es ese el sello del instituto?”

Wei Ying no lo pensó ni un segundo cuando corrió y, a último momento, bloqueó con su pecho la quemadura que iba a la cara de su amiga.

Las cuatro figuras corrieron, nadie les vio la cara y Wei Ying soltó una lágrima por el dolor.

Lan Zhan corrió hacia su novio y vio la herida.
Un perfecto sello con un sol, de los Wen, yacía impregnado en el pecho del menor.

“Mataré a Wen Chao” Lan WangJi no era una persona violenta, pero estaba a tope con las emociones que le traía ver el maldito símbolo de su colegio. Es más, ni siquiera sabía si era Wen Chao el responsable, pero era lo más malditamente lógico.

–Wei- Wei Ying, lo s-siento – MianMian no podía parar de sollozar.

–Oh, amiga mía jajjaja, no es nada ¿ves? – Wei Ying sonrió – te perdono si me das una de esas bolsitas que haces ¿qué dices?

MianMian buscó en su canguro y le dio la bolsa más bonita – es de sándalo, lo lamento – comenzó a llorar de nuevo.

Wei Ying estaba ya sentado contra el pecho de su novio – Hey… A quien hirieron fue a mi ¿por qué lloras tú? Fea llorona.