Tú no a mi.

Capitulo cinco.

12:24 pm
Hamburgo, Alemania.
Anna Warburg School, Niendorfer Marktpl.

La clase de matemáticas me gusta pero cuando estas distraído por ver a alguna chica no te importa lo más mínimo una clase.

Él aula es grande, como si fuera un foro los asientos están en línea horizontal pero en media luna así podemos vernos mutuamente los alumnos y profesor. Así puedo verla, estoy un poco embobado con sus lindas mejillas llenas de pecas... — Pon atención tonto. - Adler golpea mi brazo que sostenía mi cabeza y lo volteó a ver con fastidio.- No me mires así, eres el único de los dos que le entiende al viejito y no quiero reprobar.

No tiene vergüenza.
- No, tú no tienes Mark, acosando a la niña aburrida.
¿Es a caso que nunca te callas? Mente metiche.

— ¿Que es lo que tanto observas?, Cabeza hueca.- me pregunta Adler tratando de dirigir su mirada disimulada a donde estoy viendo.- ¿Es enserio Mark? Esa chica es menor que nosotros, es una nena.

— Es una nena... - Adler me pegó un manotazo en la cabeza y aterricé, me di cuenta de lo que estaba haciendo y con vergüenza me limpié la capa pequeña de sudor de mis manos en mi pantalón negro.

— ¿Te estás escuchando? Mark

— Lo siento, no sé qué me pasó.

— No digo que este mal que te guste alguien más, después de todo eres libre pero si no quieres que lo noten quita tu cara de estupido.

Me susurra Adler en modo de regaño.

— Si, lo siento. - le susurre de vuelta.

— Señor Widman y señor Klein, ¿pueden hacerme el favor de salir a preguntarle algo a la directora? - nos dice el profesor de matemáticas.

— Claro que si. - dice Adler levantándose y pues yo lo sigo, cuando estamos en la salida del aula Adler se detienen y dice.- ¿Que es lo que quiere que le preguntemos?

— Si puede levantarles un reporte por hablar libremente en mi clase de temas que no van.- dice levantando las cejas y mirándonos con sus ojos juzgadores detrás de sus gafas de fondo de botella.

La clase se ríe de nosotros, incluyendo a la niña aburrida que se tapa la boca con su mano.

Adler y yo nos miramos con vergüenza y salimos del aula.

— Me debes una Mark, si le llaman a mi padre estoy muerto.- me dice tocándose la cabeza lado a lado dramáticamente.

— No pasará nada dramático, ni se darán cuenta.

— Quería hacer una fiesta después del juego de Jan, pero si le llaman no me dejarán, ¿Estas consiente de que ya contraté un DJ e invite a las animadoras?.- me dice alterado.

— Estas jodido hermano.

— Oh no Mark, estamos, no me dejarás solo en esto.- me mira acusadoramente mientras me señala con su dedo.

— ¿Y qué haremos?

— No iremos con la directora, nos colaremos en otra clase, la clase de teatro con la profesora Lena.

— Ahora tú, ¿estás consciente de que si nos descubren el problema será aún mayor? - le pregunto con el ceño fruncido, es que está loco.

— No pasará nada, vamos antes de que nos vean aquí.

Caminamos hasta el salón de la profesora Lena.
Una profesora muy querida por todos los alumnos por que siempre nos ayuda con todo, es una gran maestra y me atrevería a decir que mi favorita y la mejor.
Es pequeñita, de cabello corto, nariz ganchuda y siempre tiene temas de conversación, nunca va a quedarse callada en una clase, tiene mucho que mostrar al mundo.