06:22 pm
Hamburgo, Alemania.
Café Artig, Graf-Anton-Weg.Cinco, diez, quince cafés más.
Ya perdí la cuenta de cuantos cafés y pedazos de pastel o postres he preparado esta tarde, hoy como nunca hay clientela.
Yo que pensé que hoy era un día de suerte.
Que ingenuo Mark.
Quedan cuarenta minutos para que termine mi turno y correr a casa de nuevo, estoy ansioso por la fiesta que organizó Adler, sus fiestas siempre son buenas y aunque ahora no me guste salir por alguna razón hoy tengo muchas ganas, creo que es la felicidad compartida con Jan y su triunfo.
La verdad si pienso en el hecho de que tendrá que irse a otro país.
Otro país.
Lejos.Me atormenta pero estoy feliz por el, es muy bueno en tenis y lo ha comprobado sin dejar dudas hoy.
— Mark, aterriza aquí y entrega ese café.- El señor Krauze me da un golpe en la cabeza y me hace dar cuenta qué hay dos cafés que esperan a la mesa siete.
Vaya dia.
Estoy limpiando la última mesa, tengo diez minutos para llegar a casa a la hora que le dije a Jan, buen tiempo para tomar mi mochila y largarme de este infierno cuanto antes.
Comienzo limpiando mesas, lavando platos, acomodando los utensilios y tazas que se usaron, mis manos se sienten secas pero necesito el dinero para comprar mi auto.
Siempre he soñado con tener mi propio auto, Erika tiene el suyo, ella me enseñó a manejar desde los siete años, soy muy bueno para eso gracias a ella y me ilusiona mucho comprarme un pequeño auto para poder ir a la preparatoria o cuando vaya a la universidad.
Cuando comienzo a lavar el trapo verde con el que limpie las mesas de la cafetería, siento pisadas detrás de mi por el mostrador.
— Ya hemos cerrado. - digo sin voltear, enfocándome en lavar ese trapo con una mancha parecida a aceite de cocina.
— No vengo por un café, vengo por ti.
Ese acento ruso, es de las voces que se me hará difícil olvidar.
Volteo a verla, me sonríe apoyada en la barra con sus manos aplastando sus mejillas pecosas.
— ¿Qué haces aquí pequeña acosadora?
— Escuché que irías a la fiesta así que como no conoces a nadie por aquí, podemos ir juntos, vamos a ir juntos. - afirma.
— Buena jugada niña, pero iré con alguien más. - miento.
— Mentiroso.
— Pruébalo.
— Hablé con Jan, me dio su número. - dijo agitando su celular frente a mi.
Vaya mierda.
— Puedes ir con el entonces.
— No seas agua fiestas, no me iré sin ti de aquí.
La miro unos segundos, cuelgo el trapo que había lavado y mientras me secaba las manos con el delantal que llevaba caminé hasta el vestidor.
Quite mis zapatos y metí mi mano en la mochila para sacar las deportivas pero la mochila se calló tirando unas cuantas cosas al suelo.
El libro.
Yo no recordaba haber metido este libro en la mochila, un libro titulado "Curso de piano para principiantes adultos" , un libro que Marcela me había regalado en uno de los viajes que hizo a España con sus abuelos, gracias a ella aprendí a hablar español y así pude leer este libro.

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Tú no a mi.
RomanceMark un chico de 17 años después de la repentina muerte de su novia Marcela, conoce a una chica que comienza a interesarle aunque es un amor prohibido, pero ¿Qué pasa si Marcela de alguna manera regresa a la vida de el y de sus amigos? Nunca despegu...