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Querido diario, es bastante estúpido que empiece a escribir así teniendo la edad que tengo pero, supongo que quise hacer un homenaje a cómo empezaste tu diario. Realmente he leído tanto tus escritos pero no sé como comenzar así que tal vez simplemente pondré mi nombre y lo que planeo hacer.
Entonces, soy Osamu, planeo llevar un diario de todos mis avances contigo, de mi día a día, no es que quiera recordar como tú, solo es una recomendación por parte del psicólogo, sugirieron que reflejar mis sentimientos en papel podría ayudarme a sobrellevar la depresión, así que aquí estoy.
Atsumu logró hacer que no te visitara tan seguido, al principio me molestó bastante porque yo aún te sigo queriendo ¿sabes? sé que en algún recóndito sitio de tu mente tú también lo haces, por eso no dejaré de amarte.
A día de hoy se lo agradezco bastante, es más fácil de aceptarlo, porque no puedo soportar mirarte a los ojos y ver cómo te asustas algunas veces porque 'un extraño' entró en tu cuarto. Poco a poco empiezo a superar que ya no me ves de la misma manera, solo puedo esperar que algún día tengas un recuerdo fugaz de nosotros, y que en tus ojos se refleje una visión de ambos siendo felices como antes.
Uh... creo que me puse demasiado melodramático, y estoy empezando a sentirme un poco mal, supongo que es normal, de vez en cuando duele recordarlo, pero dijeron que todo eventualmente pasaría, aunque, yo nunca te olvidaré.
Te quiero.
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─¿Estás seguro de que quieres ir? Podemos cancelar la cita, tal vez todavía no estés preparado.
─Atsumu, por favor, han pasado tres meses desde que no la veo, me gustaría ir, aunque me duela, solo quisiera ver si he avanzado algo.
─Está bien, estaré en la sala de espera, recuerda que si empiezas a sentirte mal-
─Lo sé, paro y me voy.
Tsumu asintió hacia su hermano, que saludó a la recepcionista del lugar, siendo ya una cara y lugar conocido no se paró a pedir indicaciones, caminando directamente hacia la habitación que conocía tan bien. Llamó un par de veces esperando por una respuesta afirmativa que no tardo mucho tiempo en llegar, dio dos grandes bocanadas de aire, abriendo la puerta y sonriendo mínimamente.
─Oye, ¡eres tú!
Osamu asintió, aliviado de que al menos esta vez no te asustases pensando que era un desconocido que quería dañarte al entrar en tu cuarto. Al menos, hoy lo reconociste como el chico que venía a visitarte de vez en cuando, trayendo esas flores que te gustaban tanto a pesar de no saber por qué.
─Me alegra verte a pesar de que no logro recordar por qué siempre me visitas, ¡al menos puedo hablar con alguien!
─Yo también me alegro de poder estar contigo.
Su corazón se apretó a pesar de que fuiste amable con tus palabras, el simple hecho de que no supieras quién era ya hacía que su mente se retorciera de angustia. Apartó los pensamientos, recordando las sesiones con su psicólogo, empezó a ayudarte con algunas pequeñas tareas, como recoger el cuarto o hacer pequeñas actividades que estimulasen mínimamente tu cerebro.
Cuando la hora de visitas estaba a punto de terminar y ambos estabais sentados en la cama, sin hacer nada especial en ese momento, lo miraste por el rabillo del ojo, sonriendo por su compañía.
─Eres un buen chico, ¿tienes novia?
─Sí.
─Estoy seguro de que hacéis una pareja encantadora.
─Sí.
Sus secas respuestas te hicieron alzar la mirada para ver como sus ojos estaban fijos en el suelo, mientras que su expresión era seria, también notaste como sus manos estaban apretadas en forma de puño, tu mirada se suavizó notando su conflicto interno.
─¿Estás bien? ─posaste una de tus manos en su rodilla, haciendo que Osamu se sobresaltase un poco, no pensó que había estado tanto tiempo en su propio mundo, pero se quedó paralizado al sentir tu cálido tacto, no tuvo el valor de levantar la mirada─ Me estás empezando a asustar ¿te encuentras-
Tus palabras se quedaron en el aire cuando sentiste los brazos del hombre rodearte, apretándote con la fuerza justa para no lastimarte, te estremeciste un poco entre sus brazos, pero sentiste que él no se encontraba bien así que decidiste pasar tus brazos por su cuello. No querías romper el momento, pero tu cabeza pareció volver en si por tan solo unos segundos, reconociendo el aroma, los brazos de la persona y la posición en la que estabais, tu boca se abrió por acto reflejo, como si hablaras por impulso.
─Osamu, te quiero.
─¿Qué?
Inmediatamente deshizo su agarre sobre ti, sus ojos miraron desesperadamente a los tuyos viendo el brillo que alguna vez perdieron, pudo ver el reflejo de ambos en tus ojos como si fuera una visión de ambos en otro futuro menos doloroso, pero no pudo volver a hablar cuando aquella imagen fue borrada casi al instante.
─Lo siento, esto es vergonzoso, yo... no sé por qué dije eso, ha sido como si mi cuerpo reaccionase por si solo.
─Claro... sí, será mejor que me vaya ya, nos veremos otro día.
Osamu salió, cerrando lentamente la puerta, se limpió una lágrima rebelde que se fugó de su lacrimal, volvió a poner en práctica las respiraciones pausadas, asimilando lo que acababa de pasar. Por una vez en mucho tiempo, sonrió genuinamente, aceptó que no volverías a ser la misma, pero al menos, al menos podría tener estos pequeños momentos que le recordaban que, por muy enterrados que estuvieran, tus recuerdos sobre él permanecían ahí.
T H E E N D
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Editar esto ha sido reescribir completamente todo, pero TODO como, la historia no termina ni igual que la que tenía antes, de todas formas ¿qué tal estuvo? Reafirmo que sigo sin saber escribir angst
