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Es un poco vergonzoso escribir sobre esto, pero supongo que sentí que era algo que terminaría pasando, por eso necesita tener constancia en este diario. Osamu y yo estamos actualmente en una relación ¿quién lo pensaría? ni siquiera lo asimilo todavía, me refiero a él es tan... y yo tan... ugh es demasiado cursi escribirlo, me lo guardaré para mi mejor.
Parece chiste pero nos unimos más porque nos gustaba molestar a Atsumu, pensamos en gastarle algunas bromas, y entre planificación y planificación... bueno, empezamos a dejar tranquilo al pobre chico, comenzando a fijarnos el uno en el otro de diferente manera.
Así en vez de quedar para ver qué broma podríamos gastarle a su gemelo, terminamos teniendo alguna que otra cita no oficial, hasta que él tuvo la valentía de pedirlo de manera correcta y no como una excusa para molestar a su hermano. Puedo afirmar que ahora tengo el mejor novio del mundo, ocasionalmente tenemos nuestras discrepancias dependiendo del tema, pero no podría pedir nada más de él.
Si lees esto te quiero, Osamu.
Por favor, si algún día se me olvida me gustaría que me lo recordases tú.
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Se miró al espejo, acomodando algunos de sus grises mechones parecían más rebeldes, sonrío al espejo, dando un último vistazo a su atuendo casual, comprobando que todo estaba correcto. Antes de irse procuró agarrar el bote de pastillas, las llaves del coche, las de la tienda y su teléfono móvil.
Después de un par de minutos al volante llegó a una tienda más que conocida para él, una pequeña floristería cerca del instituto en el que alguna vez estudió. Saludó a la anciana conociéndola de años atrás, ella sonrió tristemente preguntando si querría lo mismo de siempre. Solo bastó con un asentimiento por parte del chico para que ella le preparase un ramo con camelias¹ junto con unos lirios amarillos² y algunas lavandas³.
Sonrió satisfecho viendo el envoltorio del ramo creado, pagando y agradeciendo a la anciana que le deseó una buena tarde, miró como el hombre se marchaba con una mirada triste, deseándole lo mejor en la vida a partir de este punto.
Antes de que Osamu pudiera volver a poner el coche en marcha su teléfono sonó, frunció el ceño al ver el nombre de la persona que apareció en la pantalla, dejando escapar un suspiro silencioso para coger la llamada, ni siquiera le dio tiempo a preguntar qué quería cuando ya le atacaron con preguntas.
─¿Vas a ir otra vez? Te recomendaron darte un descanso, a ambos.
─Tengo que ir, se lo prometí.
─Samu...
─No te preocupes estoy bien. —sonó más brusco de lo que quería responder a su hermano, pero no quería que lo privasen de su rutina, no quería dejarte, todavía no— Estaremos bien, sí...
Murmuró, mirando sus manos, que apretaban fuertemente el volante, se mordió el labio al sentir como su visión se volvía borrosa a causa de la capa cristalina que se formó en sus ojos, tomó algunas respiraciones profundas, tragando en seco para deshacerse de la sensación de vacío interno, vaciando sus pensamientos, metió primera y salió del estacionamiento.
─Tengo la mejor novia del mundo.
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¹Camelia: Quien la regala dice; te querré siempre.
