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A paso lento acorté los míseros siete pasos que separaban su pupitre del mío, me senté en la silla de Jenna, la cual no estaba en la habitación en este momento y esperé, el chico no levantaba la cabeza. Carraspeé para llamar su atención y recién ahí se movió para verme, los ojos bien grandes y redondos, como si estuviese sorprendido... o en algún transe causado por el pánico.

─ Hola─ Dije saludándolo con la mano como para dejar en claro lo que la palabra escondía detrás de ella... porque claramente tiene la misma complejidad que "arritmia" o que "hipocondríaco", hasta un niño de África sabe lo que "hola" significa ─ Soy Sam─ Me llevé exageradamente la mano al pecho para señalarme─ ¿Tú te llamas...?─ Lo señalé a él.

─ Jeon Jeongguk─ Respondió cortamente.

─ ¿Cómo?... ¿John... Johngul? ─ Fruncí el ceño y poniendo una cara bastante ridícula... el chino debe pensar que soy estúpida.

No era muy expresivo a decir verdad, negó rápido pero no me corrigió, de verdad parecía ido, como si hubiese visto una película de terror espantosa la noche anterior.

─ Emm... y... ¿De dónde eres?─­ Se achicó más en la silla, quizás no había entendido la pregunta, ¿cómo explicarlo con señas?, quizás si lo escribo en papel lo entienda mejor. Me paré descuidadamente haciendo que se exaltara, fui hasta mi banco, tomé una hoja y un bolígrafo y volví. Apoyé las cosas en la mesa y por un segundo me lo pensé, tal vez tampoco sabía leer. Una imagen vale más que mil palabras, eso dicen, dibujé una especie de planeta Tierra y pinté de azul los océanos, escribí un signo de interrogación al lado y se lo mostré. Lo admiró por unos segundos y respondió bajito como antes.

─ Corea─ Lo pronunció como "cória" y me dio gracia, ok... no es chino, es coreano. Asentí para hacerle saber que le había entendido totalmente. Traté de preguntarle un par de cosas más, pero lo único que logré averiguar era que tenía doce años, nada más, no supo responder el resto de dudas, y entendí que era limitado, no podía presionarlo si él no entendía. Le sonreí ampliamente y volví a mi asiento. Saqué una manzana roja de mi mochila y me dediqué a comerla sin mancharme las manos con el residuo pegajoso que dejan.

(...)

Hoy por ser el primer día nos dejaban irnos a casa para comentar con nuestras familias el tema de los horarios y las clases optativas y extracurriculares. No vivo exageradamente lejos de la escuela, camino tanto en la ida como en la vuelta. Cuando llegué a casa dejé la mochila en la silla del comedor y fui directo a la cocina, sabía que mamá estaba ahí porque un rico aroma me lo dejaba saber.

─ Llegué mamá.

─ ¿Cómo te fue en tu primer día niña grande?

─ Bien, tengo que dividir mi tiempo seriamente, muchas asignaturas a las que me quiero inscribir... quizás los deportes sean limitados este año.

─ Tu papá no va a estar contento con eso, ¿por qué no te inscribes en natación? Es bueno para el desarrollo del cuerpo.

─ Rellena soy feliz gracias─ Aclaré mientras robaba una cucharada de comida de una sartén que no estaba al fuego. Ella rodó los ojos negando.

─ ¿Algún niño o niña nuevo?, ¿o siguen siendo la misma banda de salvajes de siempre?

─ Un chico nuevo, no habla inglés, es coreano y se llama John Shukuk o algo así, no le entendí muy bien la verdad.




𝕊𝕚𝕘𝕟 𝕃𝕒𝕟𝕘𝕦𝕒𝕘𝕖 ♥ 𝕛𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora