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Ambos coincidíamos en algunas clases, nos veíamos en las obligatorias y en arte. Me senté a su lado, sé que para Jeongguk represento una compañía en cierto modo. Ya van tres semanas de escuela, al parecer él atiende a clases de inglés privadas en las tardes, eso es un avance enorme. Me contesta cuando lo saludo por las mañanas con un "hola Sam", sé que lo hace después de pelear internamente consigo mismo, es muy tímido, demasiado. Todos los recesos los comparto con él, Jenna lo entiende, dice que estoy loca y que soy la siguiente Madre Teresa, pero como dije antes lo entiende y me comparte con Jeongguk, la veo en las tardes y hacemos la tarea en su casa o en la mía. De verdad espero algún día poder hablar con Jeongguk, sé que al principio dije "chino esto" y "chino lo otro", pero después me dio pena el que esté solo.

La consigna hoy en arte era hacer un dibujo que siguiese la regla de los colores complementarios, podíamos retratar cualquier cosa en cualquier estilo, a veces la libertad creativa es una limitación, ¡tantas opciones! Mi vecino de la izquierda se veía confundido, pues claramente no sabía lo que "complementarios" significa.

─ Jeongguk─ Lo llamé, ahora cuando se giraba no vacilaba tanto, me miró esperando a que tratase de decirle lo que debía hacer─ puedes dibujar lo que quieras, pero... eh...─ me detuve a pensar, agarré mis lápices y una hoja, le dibujé un círculo cromático y lo rellené con los colores correspondientes. Me acerqué a su mesa, y uno a uno le fui diciendo el nombre─ este es el rojo, va con el verde.

─ ¿Verde?, tus ojos─ señaló mis ojos, son verdes, bien, me entendió.

─ Si ajá, amarillo con violeta, y azul con naranja─ Terminé de escribir los nombres en el papel y se lo dejé para volverme a mi mesa. Cuando hablo con Jeongguk siento que hablo con mi primo de cinco años.

Clase de educación física mixta, se resume en correr, hacer juegos de equipo y terminar todos sudados y asquerosos.

─ Bien, hagamos el precalentamiento─ "Hagamos"... pero qué gracioso─ siete vueltas al gimnasio seguidas. Luego estiren bien y pónganse en parejas, hoy practicaremos lo esencial para jugar al basketball.

Me até bien los cordones de ambas zapatillas y me puse a trotar como el resto de mis compañeros, Jenna iba a mi lado, ambas nos quejábamos de que el profesor era un flojo, según mi amiga los maestros de educación física deberían correr con sus alumnos y darles apoyo moral. La chica miró más allá de mí y me hizo un gesto con la cabeza, al girarme vi a Jeongguk corriendo a nuestro lado.

─ ¿Siete? ─ Nos mostró los números con la mano.

─ Si.

Una vez terminamos de darle vueltas al gimnasio nos pusimos a estirar, estaba sentada mientras veía como todos pretendían hacer lo que decía el profesor y sentí como una mano me tocaba el hombro, me volteé y ahí estaba él.

─Emm... Sam, tu, jugar, ¿yo? ─ Preguntó indeciso y trabado, era su primera oración. Jenna se rió bajito y asintió dándome a entender que no le molestaba que no me pusiera con ella.

─ Ok... esto Jeongguk se llama pelota.

─ Lo sé, es... naranja─ Bien... su inglés era mejor que el "cória" del primer día. Se ve que se esfuerza mucho en sus clases particulares, vaya a saber cuántas horas lo tienen encerrado mientras estudia.

─ Exacto, lánzala despacio hacia mí─ Lo hizo perfectamente─ bien, y ahora así, haz que pique─ Se la devolví mostrándole cómo.

Jeon Jeongguk es un caso muy interesante, me hace sentirme como Sherlock Holmes solo que sin los robos y los asesinatos. Es como un sudoku o un cubo rubik, sé que pronto podrá hablar inglés y podrá hacer amigos como el resto.




𝕊𝕚𝕘𝕟 𝕃𝕒𝕟𝕘𝕦𝕒𝕘𝕖 ♥ 𝕛𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora