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Desde que visité la casa de Jeongguk el viernes me sentí con una alegría un tanto diferente a la usual, había sido una experiencia excelente, además de que su familia es muy amable, definitivamente voy a hacerme amiga de Jeongguk, con la familia que tiene seguro que debe ser una persona interesante e impredecible.

Me la pasé el fin de semana buscando artículos, todo lo que pudiese encontrar en Internet me servía. Entré en cada link, todo lo que pudiese aprender sobre Corea me servía, todo servía para poder hablar con él, y no es como si tuviera una obsesión o algo... ¿o sí? Simplemente me da curiosidad, quiero aprender y Jeongguk debe integrarse al grupo... nadie va a querer intentarlo, solo yo. Debería replantearme mis metas y mis intenciones...

Convencí a mamá de que vayamos a la librería el domingo, quería ver si podíamos encontrar algún libro en coreano, o alguno de nivel escolar... como esos que compramos para las clases de español, esas en las que en la cubierta hay personas sonriendo. Además mamá debía ir para evaluar libros, ya que da clases de literatura tiene que elegir algunos de la lista del temario... de modo que todos ganamos.

Una vez en la librería me dijo que no me alejara tanto, ella iba a estar en la parte de literatura griega, y yo debía acercarme a un empleado de la tienda y preguntarle por todo el stock en coreano que pudiera encontrar en la base de datos del local. No me fue difícil pedir ayuda, no soy introvertida, si lo fuese nunca le hubiera hablado a mi compañero coreano, es más... hasta me considero algo descarada. Fue difícil encontrar material, pero con mamá fuimos inteligentes, fuimos a la librería más grande de Manhattan, si allí no había nada entonces en ninguna tienda pequeña lo habría. Para mi sorpresa solo tenían dos libros... un cuento para niños sobre animales y otro de gramática, ese último me serviría mucho más que el primero, pero ya que... agarré los dos y volvimos a casa después de pagar.

No avancé mucho ese mismo día, ya la travesía heroica de ir a buscar los libros nos tomó su debido tiempo. Definitivamente Internet me ayudó, como cuando te vas a de viaje y solo te aprendes algunas frases simples que te ayudarán a sobrevivir, en este caso evadí el "Quisiera ordenar sopa por favor" y el "¿dónde está el baño?"

Entré en el salón y ahí estaba él... sentado mirando fijamente un libro, seguramente será de esos que usa para aprender inglés, pobrecito... aunque ahora estamos en mismas condiciones, si él aprende inglés y yo aprendo coreano es más fácil comunicarse... o al menos intentarlo. Me acerqué y con una seguridad inestable me lancé y se lo dije.

Annyeonghaseyo ─ Y le sonreí. Él automáticamente levantó la mirada y con los ojos gigantes abrió la boca sorprendido. Supuse que lo había dicho bien─ ¿Qué?, si tú puedes aprender inglés yo también puedo aprender coreano.

─ Wow... eso... sería... genial─ Es la segunda vez que sonríe... aunque tímidamente... pero lo hizo.

─ La pasé muy bien en tu casa, me divertí. Tu familia es muy amable. ¿Kuki? ─ Levanté el paquete de galletitas y esta vez lo aceptó sin dudarlo, ya se volvía una rutina.

¿Choko pie? ─ Me ofreció una especie de alfajor de chocolate. Sonreí genuinamente, se me escapó literalmente, no fue premeditado.

Komawoyo─ Le agradecí con la cabeza levemente y probé la golosina que me compartía. Y así estábamos los dos, compartiendo comida como siempre, pero esta vez era diferente, porque cualquier atisbo de timidez o complicación no existía. Éramos dos niños compartiendo comida, y por primera vez el idioma no resultaba un problema.




𝕊𝕚𝕘𝕟 𝕃𝕒𝕟𝕘𝕦𝕒𝕘𝕖 ♥ 𝕛𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora