13. Confusión.

5 0 0
                                    

JACKSON

Estoy preocupado por Davinia. No sé qué le pasa. He ido pasando los apuntes y los deberes de clase, al igual que sus amigos. Sus mensajes parecen automáticos: "Si, no gracias y estoy bien",

No la veo desde ese día en la cafetería, cuando el estúpido de mi hermano le hizo eso. Tampoco no puedo parar de pensar en las palabras que dijo: "Soy yo la que está rota".

Des de entonces tengo muchas preguntas en la cabeza sin resolver. ¿Por qué se lastimó? ¿Qué no me ha contado nada? ¿Por qué no me ha dicho nada, es que ya no me considera su amigo? ¿He hecho alguna cosa mal hecha para que no me hable? ¿La podría ayudar de alguna manera? ¿Por qué me está manteniendo lejos de ella?

Anastasia es la única que tiene las respuestas, ya que le contó todo al parecer, pero no suelta prenda de ninguna manera. Según ella porque no es su historia ni su vida.

Miro mi cama donde hay un regalo para Davi, se lo quería dar para celebrar nuestra amistad. Se me ha ocurrido tráele el regalo para sí poder hablar con ella, eso sí me deja.

Salgo de la casa y toco el timbre de su casa. Su madre es quien me abre.

- Hola Jackson.

- Hola señora Melis.

- Llámame Cristina. ¿En qué te puedo ayudar?

- Me gustaría ver a Davinia. Si no hay ningún problema – al decirlo su madre palidece un poco-. Por favor – agrego.

- Dame un segundo.

DAVINIA

- Davinia – miro a mama desde el balcón-. Jackson está abajo. Quiere verte.

Miro un momento el suelo. No estoy preparada para ver a una persona que no sea mi madre, pero sé que tarde o temprano tenía que pasar. Miro a mama, que está esperando una respuesta.

- Tengo que hacer-lo ¿no? Sabíamos que cuestión de tempo de que esto iba a pasar – digo algo apagada.

- Inténtalo un poco. Te va a ir bien para distraerte, y de esta manera se queda alguien contigo mientras voy a comprar.

- Dile que suba.

Mama asiente. Yo cojo un cigarro y me lo enciendo mientras espero. Estoy en la terraza cubierta con una manta.

- Davinia – lo miro de reojo y lo veo después de tanto tiempo.

- Hola Jackson. Siéntate si quieres – me esfuerzo al hablar. Me fijo que quiere pregúntame alguna cosa-. No me preguntes como estoy porque no habrá respuesta. Háblame como siempre.

- Está bien. ¿Dime has pensado alguna vez en dejarte de fumar? Es malo para la salud – dice moviendo la silla para estar a mi lado.

- De algo hay que morir.

- Yo creo que se tiene que apreciar la vida y vivir al máximo. Estar con la gente que quieres antes de perderla. – dice, así como un poco ido.

- Jackson, te refieres a algo en concreto o te ha venido la vena inspiradora – me pongo un momento seria. Porque aún no sé por qué ha venido-. ¿Qué haces aquí?

Tu eres mi destino. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora