６０ AÑOS -Pausada-

🍁[05]🍁

Mierda.

Mierda.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
¿Es en serio?

Hoy, me he levantado tranquilamente.

Salí a pasear y le di unos chocolates a Mika, un nuevo invento de la loca, Hange Zoe.

Todo iba bien hasta ahora.

Resulta que el mundo me odia, ¿o esto es pura coincidencia? 

Llego a la casa y encuentro a Historia Reiss Lenz, en la puerta. 

Ahora mismo estoy encerrado en mi cuarto. 

Resulta que ella es mi prometida.

¿Y cuando apareció el compromiso?

Cuando hicieron el de Mika hicieron el mio con esa niña rica.

Es la hija del Rey.

Mierda.

–Bert, Bertholdt, ¡Hermano! —Es Mika, esta tocando la puerta, la deje afuera. Me levanto y abro

–Hola —entra y se sienta en mi cama haciendo un ademan con su mano para que me siente con ella. Cierro la puerta y me siento junto a ella que se retranca en mi hombro

–¿Enserio estas enojado? —a pesar de ya saberlo pregunto

–Si. 

–Desahógate —A si es nuestra relacion. Ella guarda mis penas y yo las de ella

–¿Como demonios se le ocurre darme prometida? Ya sabe que yo estoy dispuesto a ser su heredero pero esto ya lo cambio. Pienso largarme

–¿Es enserio? —me voltea a ver

–No lo se... Pero no pienso casarme con esa niña rica —ella se ríe. Sabe que le digo niña rica mientras que yo seré rico.

–Pues si te vas a escapar yo me voy contigo

–Pero aun tienes...

–Si, 12. ¿Y que? Tu sabes muy bien que puedo matar a alguien por la espalda con un cuchillo...

–SI... —Me acuesto y ella se acuesta junto a mi

–Yo si me pienso ir Bert, no me importa, pero me voy. Tu padre esta de acuerdo. Me largo a los 15. Agradezco su hospitalidad y todo, pero no soy feliz... Si, tengo un hermano y padres, una buena vida, pero era feliz en esa cabaña... —Cada que habla de sus padres se pone triste, ¿y quien no lo haría en su lugar? — A pesar de ello estoy igual que tu. No me quiero casar y si lo hago sera con alguien que ame. Asi que tu tambien espera a alguien, no lo se. A aquella chica, Ymir.

–¿Ymir? No lo se... Solo se su nombre. Y no se que es el amor.

–Pues anda —se levanto y me jalo de la camisa obligandome a sentarme—, ve a verla. Tu corazon te dira si es ella la indicada.