¡! ❛ 𝐏𝐑𝐎𝐏𝐇𝐄𝐓𝐈𝐀 ❜ ¡!
« No puedes entenderlo, Sirius, mi presente fue tu futuro. »
Hazel Noir parece ser una squib, una joven nacida de progenitores magos que no posee magia alguna pero aún así ella ha recibido una carta de aquella famosa esc...
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Después de un par de horas el manto nocturno fue tendido sobre el cielo y unas cuantas estrellas resplandecían con intensidad, no había luna alguna por lo que aquellos astros brillantes robaban todo el protagonismo en el plano celeste.
El hermano de ojos grisáceos se aseguró de despertar al resto de su familia, incluyendo a su amigo en ésta, faltando aproximadamente veinte minutos para su llegada a Hogwarts; orientó a los adormilados jóvenes a vestirse con sus respectivas túnicas y en cuanto el movimiento del tren cesó, los cuatro bajaron de dicho transporte. Sus mascotas parecían hipnotizadas, debido a que siguieron un único camino, Jace y Jake les prometieron a Isaac y a Hazel que estarían bien.
—Isaac, creo que es mejor que vayas con los de quinto grado—. Los ojos verdes de uno de los mellizos se posaron en Bones y luego señalaron una fila en la lejanía.
Hazel no estaba muy contenta con esa decisión y se aferró al brazo del castaño. El mencionado permaneció allí de pie, no se movió ni un centímetro. Lo curioso era que, de no ser por su intercambio, Bones iría a parar con los de sexto año pero su familia había retrasado los trámites y debería iniciar nuevamente en quinto grado.
—Está bien, ven con nosotros, más te vale quedar en Gryffindor—. Jace terminó accediendo en nombre de su hermano, sonrió burlón al ver la cercanía de los dos castaños y se limitó a guiarlos hasta dentro del castillo.
La de ojos dorados mantuvo su vista en el suelo, evitando cualquier contacto visual con los demás y siguió aferrada a su compañero para evitar tropezar entre la multitud. Jace y Jake vestían unas pintorescas corbatas de colores rojos y dorados, lo que indicaba que pertenecían a la casa del león así que por eso mismo se dirigieron a la mesa de su respectivo hogar, no sin antes guiar a Bones y a la otra Noir al frente de la maestra McGonagall.
—Noctis—. Murmuró Isaac cerca de su oído. —Mira el techo, no te arrepentirás—.
La joven decidió obedecer y dirigir su vista hacia el techo del colegio, se sorprendió gratamente al ver el cielo nocturno resplandeciendo fervientemente encima de ellos, por mucho que odiase la magia debía admitir que podía hacer cosas grandiosas. Aunque para Hazel no fuese evidente, Bones podía notar perfectamente como cierto grupo conformado por cuatro personas veía con intriga a la persona a su lado; suspiró para sí mismo y deseó en su interior poder quedar en la misma casa de los Noir, de forma que si sucedía algo podría proteger a Hazel.
