Doyoung & Yuta

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—Olvide lo hermoso que es Corea —Veías el lugar con una sonrisa, Yuta imito tu acción y te apretó más contra él, feliz de verte contenta— ¿Tan mala es mi memoria?.

—Cariño, creo que no quieres escuchar la verdadera respuesta —Tu novio evitó hacer contacto visual en ese momento, sin intención de atraer los malos recuerdos— Si tenemos suerte el centro comercial no estará tan lleno, podremos hacer nuestras compras sin apuros.

—Yuta, mañana es navidad, tenemos prisa —Al entrar al centro comercial disfrutaste del calor dentro del lugar, a diferencia de afuera, que el frío estaba por congelarlos. Fue su día de suerte, el lugar se encontraba casi vacío— No podemos tardar tanto, tenemos que salir con los regalos envueltos, buscar los adornos, comprar la comida.

—Tranquila, vamos a comprar todo, estaremos listos para mañana —Deseabas que fuera así o te volverías loca, ambos tuvieron que tomar en cuenta que mudarse cerca de navidad no sería buena idea.

—¿Por qué nos mudamos en esta fecha?.

—Porque no quisiste venir hasta que Hiroshi se graduara —Rodaste los ojos por tu decisión.

—¿Por qué no insististe?.

—¿Me habrías hecho caso? —Dijo con reproche, reíste golpeando su costilla con tu codo. Dejo de caminar, te jalo hasta él quedando tan cerca que sus labios se rozaban— ¿Por qué fue eso?.

—Por decir eso —Algunas personas les daban malas miradas por estar tan cerca, mordió tu labio y te beso.

—Dije la verdad, si vuelves a golpearme. Te voy a besar.

—Estamos en público —Dijiste nerviosa, su sonrisa te encantaba y esta vez fuiste tu la que los unió en un beso.

—No me importa y parece que a ti tampoco —Lo obligaste a caminar, tendrían tiempo para besos al llegar a casa.

—No entiendo porque tanto estrés, no vamos a estar en casa mañana —Se quejo viéndote sin intención de relajarte.

—Pero el departamento debe estar limpio, ordenado y decorado —Apretaste su mano, guardo silencio y no se quejo más, iban tienda tras tienda. No parecías cansarte, después de un rato él también se emociono con lo que veían.

—¿No te gusta este? —Movía un duende verde de un lado a otro, negaste con la cabeza.

—No necesitamos un duende, piensa en esto. Vas caminando en la noche por un vaso de agua, las luces apagadas y ves una pequeña sombra, te asustarías ¿Cierto? —Reíste imaginando la situación, lo asustado que estaría y luego el susto que te daría.

—¿Cuando me he asustado por algo como eso? —No dijiste nada, no querías avergonzarlo. Seguiste caminando dejándolo atrás, por esto no notaste que su sonrisa se borro y sus músculos se tensaron al ver al hombre que quería lejos de ti— Voy al baño, ya vuelvo.

Doyoung al verlo lo ignoro, siguió caminando hacia ti pero Yuta lo tomó del brazo, el pelinegro quejándose por la fuerza del agarre.

—¿A dónde crees que vas? —Yuta se sintió tan molesto de repente, hace mucho tiempo no se sentía tan molesto y agresivo. Si Doyoung se acercaba a ti, lo mataría. Él no quería a Doyoung en tu vida, no quería que Doyoung te mirara o que simplemente dijera tu nombre.

—Voy a hablar con _______ ¿Acaso ya no se puede hablar con ella? —Con algo de fuerza se zafó del agarre del mayor. Muchos se intimidaban por la mirada de Yuta pero no era el caso de Kim. Doyoung era consciente del profundo odio que Yuta le tenía pero sinceramente. No le importaba.

—Si te acercas, te juro que te mato.

—Al final te quedaste con ella ¿Eh? —El dolor, la tristeza y la rabia a si mismo, volvió aunque siempre estaba ahí. Yuta lo miraba lleno de seriedad, molesto por mantener una conversación con esa basura.

—Nunca la quisiste, el saber que estamos juntos no debe tener ningún efecto en ti .

—Yo la amaba y la amo —El japonés rio sarcasticamente, su risa acompañada con una mira de odio y desprecio.

—Cuando se quiere a alguien no se le hace daño y menos como el que tu le hiciste —El coreano bajó la mirada, recordando todo lo que te hizo pasar años atrás.

—Me di cuenta de lo que estaba haciendo y me detuve, no quise hacerle daño.

—Le hiciste daño física y psicológicamente, lo peor es que ella te amaba, buscaba excusas para defenderte pero no lo merecías —Ambos molestos por tener que sacar ese tema, esos recuerdos traían tanto dolor. Por eso nadie hablo del tema.

—Lo sé, estoy muy arrepentido, entiendo que ella probablemente me odie y no me quiera ver nunca más pero debo hacer un último intento.

—¡Maldición! ¡No te quiero cerca de ella! Es mejor que te vayas porque estoy perdiendo la paciencia —El japonés apretaba los puños, intentando controlar su ira. Te sentirías mal al ver a Doyoung y eso lo quería evitar, no permitiría que el coreano te hiciera daño otra vez.

—¿Por qué no vamos con ella? Así puede decidir si me quiere en su vida o no ¿O es que tienes miedo de que ella todavía me ame? —Y lanzó el primer golpe. En pocos segundos ya lo tenía en el piso, golpe tras golpe, las personas se acercaban para ver la pelea. Saliste de la tienda preocupada porque Yuta tardaba demasiado, pasaste cerca del baño de hombres pero viste una pelea, tu respiración se detuvo al ver una cabellera naranja, corriste y te abriste paso entre las personas y si, si era Yuta. No podías ver quien era el otro chico, solo sabías que tenías que separarlos.

—¡Yuta! ¡Basta! ¡Dejalo! —Al escuchar tu voz, se detuvo, justo cuando estaba por darle el siguiente golpe. Frunciste el ceño al ver a Doyoung, tu corazón se aceleró y tus ojos se cristalizaron, se acercó a ti con rapidez abrazándote al verte.

—Amor, yo... —Lo interrumpiste.

-Vámonos, Yu, no quiero estar aquí —En su rostro se formaba un feo moretón que no desaparecería pronto.

—______ -Llamó Doyoung, las personas seguían ahí, viendo todo y te preguntabas porque no llamaron a los guardias de seguridad. Te acercaste a Kim, quien tenía una expresión triste y varios golpes. El sonido de tu cachetada fue más fuerte de lo que creíste— No quiero que te acerques ni a mi, ni a mi novio. No quiero volver a verte o saber de ti.

—Por favor, hablemos un momento —Te diste la vuelta, tomaste la mano de Yuta y caminaste hacia la salida.

—Amor...

—¿Estás consciente de que ese morado no se irá fácilmente? —No quisiste hacerle saber cuánto te afecto ver a Kim sin embargo no necesitabas decirlo— Te pudiste meter en problemas por pelear con alguien que no vale la pena.

—Perdí el control, lo siento —Lo abrazaste, temblando.

—Eres tan idiota —Reíste suavemente.

—¿Aún lo amas? —Su pregunta te sorprendió, él sabía que realmente amaste a Doyoung y tenía miedo de que lo siguieras haciendo, solo Kim podía volver inseguro a Nakamoto. Negaste con la cabeza y le regalaste un sonrisa.

—No, no lo amo pero a ti si, él ya no me importa Yuta —Lo besaste suave y cortamente, con la intención de calmarlo- Estoy bien.

—No, no lo amo pero a ti si, él ya no me importa Yuta —Lo besaste suave y cortamente, con la intención de calmarlo- Estoy bien

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