En lugar de los sonidos más sucios que pudieran escaparse de sus gargantas y entrar en sus propios oídos, lo que llenaba la acogedora habitación eran las risitas tuyas y de Donghyuck mientras te daba besos en el cuello, mordisqueándote de vez en cuando.
-Dios, te quiero tanto -Susurra en tu oído mientras te desabrocha el sujetador con una mano usando sus hábiles dedos.
-Ni siquiera lo sabes -Dices los dos y se rien al terminar la frase habitual cada vez que se siente tan dentro de ti.
-¡No me copies! Esa es mi frase.
-Te quiero, Hyuck -Le dices mientras le miras a los ojos. Donghyuck frunce la nariz antes de apretar un beso en tu frente- No, de verdad. Te quiero tanto.
-¿Por qué estamos tan emocionados hoy? -Se ríe contra tu mejilla. Hacer el amor con dulzura no es raro, pero ocurre menos veces que el sexo duro entre ustedes dos. Cada vez que ocurre, se siente tan bien, tan feliz. El sexo duro también es bueno, pero los momentos dulces como éste son tres veces mejores.
Tiras de la camiseta de Donghyuck por encima de su cabeza antes de encogerte de hombros.
-Siempre eres tan dramático -Ríe y le empuja para que pueda sentarse. Los dos se despojan de las pocas prendas de ropa que aún tenían en el cuerpo. Después de eso, Donghyuck te tira sobre él para sentarte a horcajadas, abrazándote muy cerca, muy fuerte.
Mueve la cabeza, y luego te baña los hombros y el pecho con besos mientras pasa sus dedos por tus pliegues de abajo, excitándote como si aún no estuvieras lo suficientemente excitada. Su suave tacto hace que tu respiración se vuelva superficial. Nada se siente mejor que eso, excepto cuando está dentro de ti, por supuesto.
Donghyuck inclina la cabeza hacia atrás para mirarte a los ojos mientras te introduce dos dedos, observando cómo tus ojos se ponen en blanco y tu boca se abre. Inclinas tu cuerpo hacia atrás, apoyándote con los brazos. Giras las caderas, gimiendo en silencio cuando la punta de los dedos de Donghyuck toca tu punto dulce.
-Estás tan guapa cuando te hago sentir bien -Susurra y tu cabeza empieza a sentirse confusa sólo con que sus dedos te estiren- Pero no me malinterpretes. Siempre estás guapa. Eres tan hermosa.
Saca sus dedos, provocando un suave suspiro en ti, y alinea su eje, ya duro, con tu entrada. Te inclinas hacia delante, capturando sus labios con los tuyos mientras te abalanzas sobre él, dejando que su longitud se hunda en tu núcleo empapado. Tus gemidos quedan atrapados en su boca mientras los dejas escapar. Donghyuck te sujeta las caderas y tú te agarras a sus hombros, haciendo rodar tus caderas por encima de él.
No se sentía tan caliente como el sexo duro habitual, pero se sentía cálido y eso era lo que te gustaba. A Donghyuck también le gustaron los movimientos lentos, ya que ambos podían sentir cada centímetro, cada parte del otro. Se sentía tan bien, tan lleno de amor. Nada de palabras sucias, sólo susurros de dulces palabras. No hay moratones ni marcas rojas, ni arañazos.
Sonríes contra los labios de tu hombre que te arrastra. Él sostiene una de tus manos, entrelazando los dedos contigo mientras trabajas tus caderas sobre él.
-Estoy cerca -Jadeas contra sus labios, tus movimientos van más rápidos pero tartamudean- Hyuck, ah, Dios... Te amo.
Entre respiraciones profundas mientras alcanzas el clímax. Donghyuck tararea mientras te tumba suavemente sin separarse de ti. Apoya su frente caliente y sudorosa sobre la tuya mientras empieza a mover sus caderas a su ritmo.
-¿Dejas que me corra dentro, nena?.
-Sí, por favor -Gimes, rodeando su cintura con las piernas.
Donghyuck ataca tus labios con un beso de boca abierta mientras acelera su ritmo, persiguiendo su propio clímax, la punta golpeando ese punto en ti una y otra vez, dejándote sin aliento.
-Ahí, ahí, Hyuck... -Cierras los ojos, sintiendo por segunda vez ese nudo familiar en el estómago.
-Déjalo ir, nena. Te quiero mucho -Su última palabra suena como un gruñido mientras explota en tu interior, pintando tus paredes de blanco. Gritas mientras arqueas la espalda en otro orgasmo junto al suyo.
Donghyuck suelta una risita cansada mientras se retira, con las semillas saliendo de ti. Inmediatamente coge un trapo cercano que resulta ser su camisa y se lo limpia.
-¿Acabas de tener doble orga...?.
-¡Cállate! -Te ríes con él y luego te sientas para volver a sentarte a horcajadas sobre él, abrazándolo muy fuerte- Puedo tenerlo todo lo que mi cuerpo quiera. De todos modos, soy toda para ti.
Donghyuck se separa del abrazo sólo para mirarte con ojos brillantes.
-¿Toda para mí?.
-Toda para ti, Hyuck. Soy toda tuya.
-Dios ¿Qué hice en mi vida anterior? -Grita dramáticamente antes de besarte con hambre. Parece que no te vas a dormir en un rato.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
