epílogo.

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6 años después....

Había tenido un día demasiado pesado, el auto se había averiado y lo peor es que se había largado a llover como hace mucho no lo hacía.

No podía seguir caminando bajo la lluvia en este estado, terminaría pescando un resfriado así que decidí parar bajo una de las paradas de autobuses.

Increíblemente, era la misma en la que había decidido refugiarme aquella noche hace ya bastantes años, cuando mí estúpido padrastro me había echado de mí propia casa, que ironía ¿No?

Estaba a Punto de sacar mí teléfono del bolsillo cuando un auto negro, bastante moderno aparcó frente a mí.

Aprete mí maletín más a pecho y observé cuando una figura salió del automóvil y se acercó a mí.

- te ves perdido ¿necesitas ayuda? - dijo con una voz tan preciosa que era igual a la de un ángel.

- ¿Es una especie de dejavu a caso? - dije tiritando de frío.

- bueno, tal parece que el destino quiso que así fuera. - sonrió. - ven - estiró su mano. - no queremos que te enfermes ¿Oh si, mí amor?

- tonto, estaba por llamarte. - me paré de la banca y me acerqué a él.

- eres la damisela en peligro por la que siempre tengo que acudir. - bromeó.

- eres un tonto, Li. - golpeé levemente su pecho.

- vamos, bebé. Suerte que se me ocurrió venir a buscarte. - tomó mí mano y corrimos hacia Ryder. Si, así había decidido llamar a su nuevo Aston Martin.

Una vez en el auto, predio la calefacción y condujo hacia casa.
No tardamos mucho, ya que la casa era la misma en donde se habían mudado los chicos cuando llegaron a Bradford.

Al llegar a nuestro hogar, Liam aparco el auto en el garaje y ambos nos encaminamos hacia la entrada.

Al abrir la puerta, unos brazitos me recibieron, dándome la calidad y el cariño que cada noche me regalaba.

- ¡Papi, Zee! ¡Estás todo mojado! - se quejó la pelinegra arrugando la nariz.

- ¿Un besito a papi? ¿Si? ¿Me das uno, bebé? - pregunté sonriendo.

- primero te secas y luego te beso, papi. - hizo un puchero derritiendo mí corazón.

- bueno, pequeña caprichosa. - me quite el saco, colgandolo en la perchera, para luego quitarme los zapatos y sacudir mí cabello de la misma manera que lo haría un perrito. - ¿Ahora sí?

- mhm - se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. - ¡Papi, el tío Lou y el tío Harry llegarán mañana!

- lo sé, mí amor ¿Estás feliz?

- ¡Si! Ya quiero conocer a mí primita. - dijo para luego mirar detrás de mí ya que oímos un carraspeo.

- ¿Y para mí no hay besitos ni abrazos? - dijo Liam, fingiendo llorar.

- oww papá, Liam. Siempre habrán besos y abrazos para ti. - la ojiavellana saltó a los brazos de su papá y repartió besos por todo su rostro.

- ¡Hey! A él no le exigiste que se secará primero . - me crucé de brazos.

- oh, vamos, papi, no te pongas celoso.

- si, papi, no te pongas celoso. - oyó una voz detrás de él, allí se encontraba el rubio, al que hace mucho tiempo no veía.

- ¡Niall! - gritó y fue a darle un fuerte abrazo.

- ¿Cómo estás, Zee?

- bien ¿Tú? ¿Cuando llegaste? ¿Y Shawn? ¿Y liv?

There ain't nothing common about us. (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora