Y aquí estaba yo volviendo a correr hacia la casa de Calum Hood, estaba temblando por el frío que había el día de hoy pero de milagro no estaba lloviendo, cuando lo vi en el pórtico sonreí y corrí hacia el emocionadísima
─ Hola, Calum –sonreí grande y el suspiro hastiado haciendo el mismo proceso de siempre presionar el cigarrillo en el cenicero y dejar su cerveza a un lado─ ¿Cómo estás?
─ ¿Qué haces aquí? –habló el seco y suspiro levantándose curioso
─ Quiero compartir esto con alguien y como no tengo amigos y no quiero contarle a mamá pensé que tu serias la mejor opción –el me observó curioso y rindiéndose a mis ojos de perrito suplicando entramos a su casa el dejó la cerveza a un lado y se sentó en el sofá y señaló el sofá de al lado para que me sentara y así lo hice
─ A ver niña tonta, cuéntame –se recostó en el sofá viéndome sin expresión y yo sonreí emocionada como tonta, tal vez Calum si tenía razón, si era una niña tonta
─ Me gusta alguien –hablé viendo el techo y aun sonriendo como tonta- Y ese alguien me habló hoy -sonrío y lo veo─ Se sentó junto a mí en todas las clases -sonreí más aún- Y me pidió una cita
─ Y como se llama el –hizo una pausa─ Afortunado –dijo sarcástico y rio suavemente al ver mi cara de enojo, eso nunca lo había escuchado. Él se rio, Calum Hood acaba de reírse, de mí, pero rio─ Porque me ves como estúpida responde niña –gruñó
─ Se llama Dylan, Dylan Sanders –sonreí emocionada pero su sonrisa se borró por completo y me observó─
─ ¿Estás en la Universidad? ─habló sorprendido y yo asentí sonrojada─ Como demonios pero si tienes 18 años ─habló sorprendido
─ Oh bueno es que ─hice una pausa pensando qué demonios decir y como explicarlo─ Mi padre era un prodigio de las matemáticas y como que, me lo heredó ─el me vio sorprendido─ Y entonces soy la rata de prueba de los académicos
─ Ya, okay ─el suspiró y rascó su nuca─ No salgas con él ─me vio serio─ Aparte del hecho de que es muy mayor para ti ─el habló entre dientes─ Solo te hará daño, el amor apesta, niña tonta, no salgas con él
─ ¿Por qué dices esas cosas? ─lo veo triste y me recuesto en el sofá─ Suena a que te rompieron el corazón muchas veces, es triste Calum ─hablo mientras juego con mis manos y suspiro jugando con el almohadón y él se levanta y me observa
─ Ven ─camina a las escaleras y yo lo sigo en silencio, suspiro cuando entra a una habitación, es lila por completo, y tiene muchas cosas de bandas en las paredes, la cama está hecha y tiene muchos zapatos de chica por todos lados, también hay ropa en la cama y maquillaje abierto en la mesita pero está tan empolvado que probablemente lleve uno o dos años así sin moverse─ Todo era de mi hermana ─habla el desde la puerta viéndome inspeccionando la habitación─ Ella tenía una cita con un chico mayor Alissa, no nos contó esa parte de la historia dijo que iría con un chico de su edad y solo iban a comer ─la voz de Calum se corta y yo solo espero lo peor de la historia- Ella nunca regresó Alissa ─veo a Calum sorprendida y yo siento un vacío en mi estómago─ Un mes después la encontramos –me gusta cómo suena mi nombre en sus labios pero no puedo pensar en eso con lo que está contándome
─ ¿Ella está bien? –hablo viéndolo desde el otro lado de la habitación con cuidado y camino hasta el también con delicadeza, creyendo que un movimiento en falso lo despertará
─ Malí está muerta, Alissa –Calum habla casi en un susurro pero puedo escucharlo─ Él la mató, y yo insté a Malí a que fuera a esa cita y se divirtiera –habla y veo dos gruesas lágrimas bajar por sus mejillas y las limpio con cuidado, y sin decir absolutamente nada lo abrazo con fuerza, y no es un silencio de comprensión por que no sé cómo se siente perder a alguien que amas, es un silencio de no saber que decir.
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Eighteen ~ Calum Hood
Short StoryDieciocho Para muchos puede ser solamente una edad, para otros una fecha, para otros un año, o hasta un número de la suerte, ese es mi caso, realmente considero el 18 mi número de la suerte. Cuando cumplí 18, el 18 de octubre del 2018, a las 18 hor...