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Uno de los mayores obstáculos que encontré cuando tomé la decisión de pensar en mi misma fue la creencia de que hacerlo era egoísta. Durante mucho tiempo se ha creído que lo primero deben ser siempre las obligaciones contraídas con los demás, abandonando al último lugar nuestras propias necesidades. Pero eso no debe ser así necesariamente.

Cuando nos amamos a nosotros mismos aprendemos a dar el justo valor a nuestras necesidades. Y no se trata de desatender nuestras obligaciones o responsabilidades, pero sí implica que le demos a nuestro bienestar la importancia que merece. Darnos prioridad es una forma de querernos y de respetarnos. Esto es importante cuando se trata de tomar decisiones o de organizar nuestro tiempo. También cuando debemos ser productivos o cumplir con obligaciones contraídas con las personas a nuestro alrededor.


¿Cómo aprender a pensar en nosotros mismos?

El secreto para aplicar esta estrategia con éxito es encontrar el justo equilibrio. Por ejemplo, si somos madres está claro que no podemos priorizar el hecho de ir al salón de belleza que el cuidado de nuestros hijos. Sin embargo, muchas mujeres decidimos olvidarnos por completo de nuestras necesidades, y ponemos como único objetivo de nuestras vidas el bienestar de nuestros pequeños.

Al hacer esto estamos llevando esta situación a un extremo que no nos beneficia, y que a largo plazo tampoco les beneficiará a ellos. Puede que socialmente esté bien visto ser madres 24/7, pero la realidad es que es una estrategia insostenible a largo plazo.

Ningún cuidador puede olvidarse de sí mismo para ocuparse de los demás. De hecho, los profesionales como psicólogos, médicos, bomberos o socorristas son entrenados para ponerse a salvo a sí mismos antes de atender a otros. Esto tiene una razón de ser que puede aplicarse en la vida cotidiana.


Ejercicio para aprender a pensar en mí mismo

Para desarrollar nuestra autoestima es necesario que nos demos la importancia que merecemos. El ejercicio de «pensar en mi mismo» nos dará un espacio para pensar en nuestras necesidades.

Paso 1: Crea una lista con tus necesidades

Crea una lista con esas necesidades, y clasifícala en varias categorías. Por ejemplo, necesidades físicas (alimentación, vestido, ejercicio, salud, cuidado personal). Necesidades emocionales y psicológicas (bienestar, paz, armonía, cero estrés). Necesidades económicas y laborales (trabajo estable, negocio propio, organización de las finanzas). Necesidades sociales (familia, amigos, vida social, entretenimiento). Crea tantas categorías como necesites, y cuando tengas toda la información clasificada, reflexiona si estás cubriendo con lo que has escrito.

Paso 2: Reflexiona sobre tu lista

Es evidente que hay asuntos más urgentes que otros, como la economía o la salud. Sin embargo, todas son importantes. Aunque dediques más tiempo a esos asuntos urgentes, es necesario que te organices para cubrir todos los aspectos de tu vida que requieren atención. Esto forma parte de un trabajo y un esfuerzo activo para conseguir mayor bienestar para ti. Y mientras mejor estés tú, mejores serán cada uno de esos aspectos de tu vida que colocaste en tu lista.

Si detectas que no te estás ocupando como quisieras de alguno de los aspectos de tu lista, es el momento de empezar a efectuar cambios. Diseña una estrategia que te permita dedicarte un poco más a los aspectos que tienes descuidados. Por ejemplo, si no te ocupas de tus necesidades emocionales y psicológicas, organiza el tiempo para ello. Puedes elegir meditar, leer un buen libro de auto terapia o dedicarte a una actividad que te ayude a alcanzar eso que colocaste en tu lista.

Paso 3: Busca soluciones creativas

No te abrumes porque veas que la lista es muy larga, ya que con una estrategia adecuada podrás ocuparte de todo ello sin estresarte. Recuerda que en esa lista habrás anotado aquellas necesidades de las que ya te ocupas, así que eso reduce el número de asuntos por atender. En segundo lugar, no te tomará más de 30 minutos leer un libro por las noches, o jugar un ratito con tus hijos. Si tu lista es larga tal vez sientas agobio de sentir que debes atender todo eso. Para aliviar esa sensación, coloca al lado de cada cosa el tiempo que puede llevarte esa actividad, y así te sentirás menos presionado. No todas las actividades que anotaste serán para hacerlas a diario, eso también debes tomarlo en cuenta para organizarte mejor.

Y si aún así te sientes abrumado ante la lista, entonces escoge una sola de esas necesidades desatendidas, y dedícate a atender solo esa. Mejor si escoges la más urgente o la que te cause mayor malestar. Es decir, agrega esa actividad a tu rutina, hasta que consigas organizarte para incluir otra de las necesidades desatendidas. Ve de a poco, y cada vez que te sientas más fuerte o capaz de asumir una nueva, evalúa como incluirla en tu vida.

Conseguir aumentar nuestra autoestima es más una decisión personal. Es decidir empezar a querernos y fomentar las actitudes y hábitos que nos permitirán sentirnos mejor con nosotros mismos. Quizá al principio te cueste implementarlo, pero con el tiempo te acostumbrarás y convertirás en parte de tu rutina el ejercicio «pensar en mi mismo».

Amor PropioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora