━━━ Soy 𝘈𝘭𝘮𝘢 𝘓𝘰𝘷𝘦𝘸𝘰𝘰𝘥, cuando me nombraron 𝘈𝘭𝘮𝘢 fue por la palabra 𝘔𝘢𝘭𝘢. Mi padre sabía que sería como mi madre, sería mala al cocinar, bordar e incluso barrer, en lo sería buena era en 𝗼𝗯𝘀𝗲𝗿𝘃𝗮𝗿, 𝗮𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿, 𝗹𝗲𝗲...
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CAPÍTULO CUATRO: El incendio.
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|Narrador omnisciente|
La familia Lovewood se encontraba durmiendo cuando Daniel, el padre de Alma, escucho unas campanadas. Una casa se estaba incendiando. De inmediato levanto a su esposa, esta asustada fue a llenar unos botes de agua y a preparar el caballo de su esposo, Daniel fue a levantara Tom y ha Alma.
— ¡Alma! —exclamó mientras la movía de un lado a otro, esta asustada se levanto de repente.
— ¿Qué sucede, padre? —preguntó asustada.
— Hay un incendio en el pueblo —dijo— vamos.
Alma se levanto y corrió a preparar a su caballo, Alec, era su nombre. Su padre se fue a caballo seguido de su hermano y madre, Alma no tardo en subirse al suyo y seguirlos. Al llegar notó que era la casa de Ruby, estaba ardiendo en llamas, observó a Gilbert sobre una escalera tratando de apagar el fuego que consumía rápidamente la parte de arriba de la casa.
— ¡ALMA! —la voz de Diana se hizo presente, venía corriendo junto con Anne— Viniste.
— Si, ¿y Ruby? —preguntó preocupada por su amiga— ¿Y su familia?
— Están allá —señalo— están a salvo.
Alma volvió a ver a la casa, notó que las puertas y ventanas abiertas, sabía que el fuego estaba recibiendo oxígeno, por eso no lograban apagarlo. Anne al ver a su amiga mirar detenidamente la casa supo lo que paso por su mente.
— ¿Por qué las puertas y ventanas están abiertas? —preguntaron Alma y Anne. Diana al escucharlas frunció el ceño.
— No lo se —respondió confundida Diana.
— ¿Hay alguien más dentro de la casa? —preguntó Alma mirando fijamente a Diana.
— No, todos salieron —respondió.
— Bien —dijo Alma y se encamino a la casa seguida por Anne.
— ¿Qué pretenden hacer? —pregunto Diana atrás de ellas.
