━━━ Soy 𝘈𝘭𝘮𝘢 𝘓𝘰𝘷𝘦𝘸𝘰𝘰𝘥, cuando me nombraron 𝘈𝘭𝘮𝘢 fue por la palabra 𝘔𝘢𝘭𝘢. Mi padre sabía que sería como mi madre, sería mala al cocinar, bordar e incluso barrer, en lo sería buena era en 𝗼𝗯𝘀𝗲𝗿𝘃𝗮𝗿, 𝗮𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿, 𝗹𝗲𝗲...
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CAPÍTULO TRECE: Disfrazarnos para encajar.
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|Narrador omnisciente|
Un Gilbert muy nervioso y triste entró a la casa soltando un suspiro, Bash al verlo frunció el ceño, este estaba temblando de frío y tenía 4 mantas encima de él.
— ¿Todo bien, Blythe? —preguntó Bash mientras estaba temblando de frío.
— Si... no, Alma se escapo de su casa y ahora la están buscando, temo que algo malo le suceda, Bash —dijo Gilbert.
— No lo creo, por lo que me has contado es una chica astuta —dijo Bash.
— Lo es —susurró y miró a Bash— Voy a traerte algo para el frío —sonrió Gilbert
Enola y Alma caminaban por las calles de Londres, el corazón de Inglaterra, y a pesar de que Alma había visitado lugares así, jamás se acostumbró a andar en las calles, habían muchos carruajes, vendedores y protestantes que te empujaban de un lado a otro.
Malory preparó a Alma para muchas cosas, pero jamás lo hizo para ser una señorita (cosa que Alma siempre estuvo de acuerdo con ella) y para el mundo exterior tampoco, igual para Enola, la prepararon para muchas cosas en la vida, pero jamás para el mundo exterior, se podría decir que Malory Lovewood y Eudoria Holmes eran dos gotas de agua, pues claro, si fueron mejores amigas desde pequeñas, pero desde que se habían casado y cada una tomó su camino, ahora Enola y Alma eran las nuevas Eudoria y Malory.
— Debo admitir que Londres no es como lo imagine —le dijo Enola a Alma.
— Lo se —dijo ella— No me acostumbro a esto —miró a su alrededor.
Alma y Enola se quedaron enfrente de una tienda, miraban los vestidos y hicieron una mueca.
— Creo que deberíamos encajar —dijo Enola.
— Hay qué disfrazarnos, tenemos que ocultarnos —dijo Alma—Debemos convertirnos en algo... que nunca seríamos —suspiro.
— Algo inesperado —rió Enola. Alma y Enola pensaron lo mismo y entraron al local.
