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Suspiré viendo el último mail que me habían enviado. Era del intercambio a Inglaterra, quedaban dos meses para que fuera mitad de año y ellos buscaban una respuesta sobre si aceptaría o no. Aún me era difícil elegir.

Antes, mi razón válida era Gastón y ahora que no estamos juntos no sabía si era lo que quería. Él quería que decidiera por mi, no por él. Tal vez debería quedarme.

Luego pensé, que quizás ir sería genial. Cuando me incribí, era porque yo deseaba saber si era capaz de ganarme el intercambio. Lo hice por mi, no por él. Y aunque lo había enviado por error, el llenar el formulario fue con una clara intención.

Mierda. Volvía al principio.

Cerré mi computadora y decidí terminar el licuado que Matteo, el nuevo empleado del Jam & Roller me había preparado. Me recosté sobre el sillón en el que me ubicaba y dejé mi mente en blanco mientras terminaba mi bebida.

Por un momento, solo un pequeño instante, quería dejar de pensar. Cerré mis ojos y respiré profundo para calmar mis pensamientos y emociones. Dejaría que todo fluya.

En eso, escucho una voz cantar, una voz que desconocía. Venía a este lugar siempre, sabía perfectamente quienes eran los cantantes y reconocía sus voces fácilmente. Es por eso, que esta voz me llamó la atención.

Confundida me levanté de mi asiento, y seguí el camino de la voz, dejando mi bebida en la mesa. Me encontré en los camerinos a Erick, arreglaba unos patines mientras cantaba. Sonreí sorprendida. Cantaba bastante bien.

Se dio vuelta y se detuvo asustado, dejando de cantar. Y, bueno, se le cayó todo de las manos. ¿Era normal que todo esto se me hiciera un dejá vu?

—Perdón—murmuró nervioso mientras lo ayudaba a levantar lo que se le había caído.—¡Que vergüenza!

—¿Por qué?—me reí ayudándolo a colocar las cosas en la mesita que había a un costado.

—Es que no puedo cantar cuando hay personas.

—No es necesario que pidas perdón—murmuré entendiendo a lo que se refería—cantas muy bien, seguí—lo animé.

—No, no puedo hacerlo aunque quiera—dijo nervioso, eso sonaba a excusa.

—¿Te olvidaste la letra?—me burlé.

—Si, si, eso es, me olvidé la canción de la letra—ok, en serio lo incomodaba. Mensaje entendido.

—No te quería interrumpir, y perdón por incomodar—me disculpé.

—Tranquila,—me sonrió—es solo que me cuesta cantar en público.

—Te entiendo, a mi me pasaba lo mismo—sonreí.—Me costaba muchísimo pisar un escenario.

—Pero si tú eres increíble allí, Nina Felicity—dijo haciéndome reír.

—Me causa gracia que me llames así.

—Es que para mí tú eres las dos—sonreí.

"Nina y Felicity, la chica de mis sueños". Me fue imposible no pensar en Gastón.

—Si, bueno—dije incómoda—para mi fue un desafío muy grande pararme frente al escenario a cantar, enfrentarme al público.

—¿Y cómo lo lograste?—Por Gastón.

—Solo pude hacerlo—contesté en cambio—pero, si yo pude, vos también vas a podes, te prometo que te voy a ayudar ¿confías en mi?

—Así es.

Difícil Decisión 《Gastina》|✔|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora