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  El tiempo fué pasando muy lentamente, Zulema tenía semanas de estar en aislamiento, sabía que al salir le esperaba una auténtica vida de mierda y a la espectativa de cualquier ataque..

Pero no era la única que había pasado mal todas estas semanas, Hierro paso días maldiciendo constantemente que la vida hiciera que se cruzara con esa mujer, no la había visto desde aquella noche en el avión, castillo se terminó encargando de todo y dió su palabra de no delatarlo o despedirlo ya que a él también se la había jugado muchas veces, sólo que a él no se lo había follado...
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  Hoy un día normal como cualquier otro, Hierro caminaba por los pasillos de aquella fría carcel y también era el día de sacar algunas reclusas de aislamiento así que la mañana no era tan normal como parecía, sabía que la mujer que sacarían hoy, la estaba tratando de evitar todas estas semanas pero tarde o temprano se la encontraría, pasó muchas noches donde su mente jugaba con el una y otra vez, recordando esos ojos tan demandantes, pero sobre todo aquellos gemidos que le provocaba sensaciones con solo recordarla.

Hierro

  Me encuentro en la oficina de Sandoval estás semanas no había entablado ningún tipo de conversación con el. Se acerca con dos copas de whisky, toca mi cabeza para saber cómo se veía y la quito rápidamente

—¿Te duele todavía?—me pregunta

—¡Supongo que me le lo merezco!

—Si, un poco sí, no hiciste caso a las advertencias...

—Zulema Zahir casi me arranca la cabeza, esa mujer es el Diablo, baje la guardia y me engaño.—tomo un trago de mi copa.

—Bueno si te sirve de consuelo esa mujer en algún momento nos engaño a todos.

—Ya! Pero yo fuí lo suficientemente pelotudo para llevármela al baño y... culiarmela y eso no parece en el informe po....—dije sin darme cuenta que nadie lo sabía solo castillo

—Calláte la boca, que informe policial? sentáte ya y contáme eso. —lo miro expectante había metido la pata. —¡SENTÁTE! —me siento y me pregunta —¿y Cómo es?

—¿Cómo es quién?

—¡Cómo es qué boludo!, ¿Cómo es garrecharse a una mina como Zulema Eh? —acaricia su vaso como si fuera ella. —No sé, en un punto me imagino que es como.... como acariciar un reptil, frío, húmedo. —sigue acariciando el vaso y me mira con ojos muy perversos y excitados, trato de evadir su mirada me incómodaba era algo extraño su forma de expresarse de ella, y empiezo a recordarla.

—¡Es distinto, Qué sé yo!...Es cómo hacer el amor con el miedo.

—Dicen que la muerte, el miedo y el Sexo van de la mano... Aquí nunca escuché a nadie presumir de follarse a Zulema, es diferente a las de aquí.. —mira su escritorio pensando. —¡vete!

.........

  Minutos después tomé la decisión de ser yo quien la sacara de aislamiento, Sandoval me dejó pensando cuando dijo que no sé follaba a cualquiera , quería verla me llenaba de satisfacción saber que no se había salido con la suya , abro la puerta con una bandeja en mis manos, dónde estaba su uniforme amarillo listo para entregarselo, con mi mejor sonrisa .  Y allí estaba tan tranquila , con los ojos tan abiertos a la espera de cualquier cosa.

—Y Aquí estás de nuevo, Ten vístete. —te espero afuera.

—Hierro!, tan descortés como siempre, que pasa me tienes miedo?—dice en tono de burla, así que no respondo— y como está tu cabeza "joder"  el golpe fué un poco fuerte.

Adicto a su venenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora